| El partido maldito de los Cavaliers |
 |
La fecha del 2 de diciembre, estaba señalada en rojo en el calendario de la NBA: LeBron James volvía a Cleveland, tras su decisión de dejar Cleveland por Miami. Decisión entendible, pero las formas, como suele pasar, es lo fallaron, con toda la parafernalia de anunciar su decisión en directo vía ESPN.
A dicha cita, Miami y Cleveland llegaban de distintas formas: Los Heat no eran ese rodillo esperado, y la marca de 70 victorias que predijeron especialistas como Jeff Van Gundy, estaba más que olvidada. La convivencia en la cancha de LBJ y D-Wade, no era tan plácida como se preveía, Spoelstra estaba criticado por sus superestrellas y estaban lejos del liderazgo incluso divisional. Cleveland, por su parte, andaba en zona playoffs en el este, con alguna victoria sonada, como ante los Celtics.
El partido en sí, no tuvo gran historia: “The Chosen One” se dedicó a martillear el aro local, con 38 puntos, y los Heat se hicieron con una victoria fácil, por 28 puntos, pero se convirtió en un partido maldito. Toda la previa, y el propio partido y lo que sucedió en la pista, destrozaron la frágil fortaleza mental del equipo.
Aquí empezaba un punto de inflexión para ambas franquicias:
Para Miami, todo empezó a hacerse más fácil, con una racha que incluye 13 victorias consecutivas a domicilio. James y Wade empezaron a entenderse, y los currelas, a entender cada uno cual es su papel. Los Heat ya están a 2 partidos y medios del mejor record del Este, y todo parece ir cuesta arriba.
Por su parte, para los Cavs, supuso un total y absoluto corto circuito mental. Desde entonces, el record del equipo es 1-24, sin conocer la victoria desde el 18 de diciembre ante los Knicks. Su racha actual incluye 16 derrotas consecutivas, y son el peor equipo de la competición. Algunas derrotas han sido humillantes, como el 112-57 ante los Lakers.
El equipo básicamente es el mismo sin Lebron. Son tan malos? Obviamente no, pero el daño que hizo mentalmente al equipo toda la historia de la vuelta de LeBron, ha sido tremenda. El equipo es un desastre que a la mínima se viene abajo. Mo Williams no quiere saber nada, Hickson fue apartado por Byron Scott temporalmente, Sessions no ha aportado nada nuevo, nadie ha dado un paso al frente. El vestuario está roto y solo se salva la profesionalidad de un Antawn Jamison que cuando llegó a Cleveland soñaba con un anillo…y ahora vuelve a estar en una entidad a la deriva.
Y James, camino de su tercer MVP..
NEWS |
