Vacaciones europeas de unas locas franquicias |
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Como ya va siendo costumbre, en octubre la NBA coge los bártulos y se pega una pequeña gira por la vieja Europa y por la vieja España. El año pasado fue la ciudad de Barcelona quien hizo de anfitrión de los Sixers, entonces de Iverson y Webber.
Este año son Málaga y Madrid quienes reciben a los bautizados "Spanish Raptors" y "Spanish Grizzlies".
En sus promos, todavía aparecen erratas bastante gordas, como poner un coche de caballos en Madrid, de lo que se trata es de vender el muñeco, y en eso David Stern es un auténtico maestro. Con un mercado americano sobresaturado, y con unas luchas feroces entre las 4 grandes ligas por hacer que su trozo del pastel sea más grande, la NBA ha visto claro que, para crecer, qué mejor que Europa, aquellos locos que pretenden también jugar a esto del basket, y que, visto lo visto, no lo hacen tan mal. Su tiempo les ha llevado a darse cuenta, ya no miran tan por encima del hombro, aunque más de uno todavía sitúe en el mapa a España junto a Méjico.
Una vez que el mito de los mal llamados Dream Teams cayó, y que varios equipos europeos han sobado el morro a los equipos NBA, lo de ganar o perder qué mas da, de lo que se trata es de que el interés por la NBA y sus estrellas en la vieja y vetusta Europa siga creciendo, que se vendan muchas de las camisetas edición especial que se hacen para el evento (en muchos casos, infumables), muchas entradas, derechos televisivos (ambos, éxitos asegurados), y que el mito de la NBA no sólo no decaiga, sino que siga
creciendo.
Mientras el interés por la ACB sigue en límites ínfimos, ya sea por la mala gestión televisiva, reglas trasnochadas, exceso de extranjeros/asimilados, escándalos de compra de pasaportes como el que compra una alfombra en un bazar de Estambul o de matrimonios de conveniencia, el interes por la NBA en la piel de toro crece, viendo que los nuestros son capaces de hacerse un nombre allí junto a los mejores, un deporte por y para el espectáculo al 200%, donde se da lo que el público demanda, y una venta del producto en España muy buena. Estos dos mundos aparentemente tan lejanos, por unos días se juntan por su bien común, y nosotros, hambrientos de baloncesto, lo degustaremos como se degusta un buen vino. Ya habrá tiempo para reflexiones más profundas.