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Es relativamente frecuente en el baloncesto femenino cuando se producen situaciones que se consideran injustas o se entra en comparaciones con el baloncesto masculino recurrir de forma explícita o implícita al machismo como justificación de estas situaciones, muchas veces por los aficionados al baloncesto femenino (sin distinción de género) y algunas veces también por las mismas profesionales. Es algo con lo que nunca he estado de acuerdo y me molesta que se utilice en el caso del baloncesto femenino porque me parece de un victimismo injustificado y demagógico. La causa de que las jugadoras cobren menos dinero con una dedicación similar a la de los hombres, que la repercusión mediática sea menor, que la asistencia a los pabellones sea inferior, etc. creo que se debe a otras causas que nada tienen que ver con el machismo. En este sentido me sorprendió que Carme Lluveras, actual manager general del Ciudad Ros Casares, y a quien considero una persona inteligente, preparada, muy profesional y gran conocedora del baloncesto viniera a decir en su día que su condición de mujer había sido un impedimento que le había cerrado las puertas en su intento de entrenar a un equipo de la ACB. En primer lugar creo que debe ser el club quien busque al entrenador/a y no el entrenador/a al club, creo que es un punto de partida elemental. En segundo lugar, el curriculum de Lluveras es muy bueno (un campeonato y dos subcampeonatos de liga femenina en sus tres años como entrenadora del Universitari de Barcelona y una trayectoria meteórica con el C.B. Aracena al cual llevó desde 2ª Autonómica hasta Liga EBA). ¿Pero cuántos entrenadores con una gran trayectoria en LEB, LEB-2, EBA o la misma Liga Femenina no han tenido la oportunidad de entrenar a un equipo ACB? Posiblemente Lluveras haría una buena labor si le dieran la oportunidad pero la ACB es la categoría en la que todos los entrenadores quieren entrenar algún día, la competencia es máxima y otros entrenadores con una gran trayectoria tampoco han tenido esa oportunidad. Creo que ese fue el principal "impedimento". Volviendo al tema principal, creo que los problemas del baloncesto femenino son los mismos que padecen otros deportes minoritarios. El baloncesto masculino no es minoritario, ¿por qué?. Habría que remontarse a muchos años atrás pero lo cierto es que el baloncesto masculino interesa más en general, tanto a hombres como a mujeres (no es un problema de machismo) y la profesionalización, las cantidades de dinero que se manejan y la repercusión mediática son en consecuencia mucho mayores. ¿Qué puede hacer el baloncesto femenino para intentar acercarse al masculino? En mi anterior artículo citaba algunos de los problemas que creo que tiene el baloncesto femenino a nivel global y si hubiera un mayor compromiso y los dirigentes trabajaran en ello creo que la situación podría ir mejorando poco a poco siendo conscientes de que las cosas no cambian de la noche al día. La WNBA, salvando las diferencias económicas que existen, podría ser un buen referente de cómo se ha trabajado y se ha desarrollado una competición que nació hace sólo 10 años. La afición al baloncesto en España existe, sólo hace falta conseguir que despierte su lado femenino. Pero para eso hay que ponertodos los medios posibles y creo que ahora mismo no se están poniendo. Por último, quiero desear una pronta recuperación a una gran jugadora que este verano defendió con éxito la camiseta de la selección y a laque la fortuna le ha vuelto a dar la espalda. Me refiero, claro está, a Marta Zurro.
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