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04.01.13 | Máximo Tobías

RetroNBA: La Estrella Fugaz de Richard Dumas, por máximo Tobias

Durante la ceremonia de su ingreso al Oklahoma Sports Hall of Fame, un periodista le preguntó a Wayman Tisdale cómo se sentía al ser reconocido como el mejor jugador de baloncesto del estado en toda su historia. “Yo sigo pensando que el mejor jugador de instituto que he visto en mi vida es Richard Dumas”, contestó Tisdale.

Y no es el único en pensar así. Richard Dumas empezó a destacar en su instituto, el Booker T Washington High School de Tulsa, y en 1986 saltó a la fama nacional después de dominar un campus de Nike en Washington junto a otro joven prometedor llamado Shawn Kemp. A la hora de escoger universidad, Dumas decidió no salir del estado y quedarse en Oklahoma State, donde parecía ir camino de convertirse en una leyenda local. Promedió más de 17 puntos por partido en su primer curso y casi 16 en el segundo, pero los rumores sobre su precoz adicción al alcohol y las drogas resultaron ser demasiado ciertos. Fue suspendido al final de su segundo curso, y al poco de empezar el tercero el entrenador decidió expulsarlo definitivamente del equipo. La carrera universitaria de Richard Dumas había terminado, y su futuro se oscurecía aún más después de ser detenido por robar unas cervezas de una tienda un par de meses después, en abril de 1990. Intentando reconducir su carrera, Richard Dumas firmó con el Hapoel Holon israelí, con el que completó una temporada 1990-91 más que notable que le permitió afrontar el draft de la NBA de 1991 con renovadas esperanzas. Los ojeadores no dudaban de su talento, pero su historial de abuso de drogas encendía demasiadas alarmas, y Dumas cayó a las últimas posiciones del draft.

Ya había perdido la esperanza cuando los Phoenix Suns anunciaron que elegían a Richard Dumas con el número 20 de la segunda ronda. Después de su escándalo de drogas en los ochenta, los Suns no sabían si arriesgarse a seleccionar a un jugador con sus antecedentes, pero una conversación con su antiguo entrenador en Oklahoma St. los convenció, al afirmar que si bien tenía problemas, no se trataba de un jugador con mal carácter y que podría recuperarse si lo rodeaba un buen ambiente. En pretemporada Richard Dumas parecía todo un acierto, un robo del draft que destacaba en los entrenamientos por su desatada capacidad atlética. Pero no pudo ni llegar a debutar: antes del comienzo oficial de la competición, un test antidrogas dio positivo, y la NBA suspendió a Richard Dumas para toda la temporada. Con su carrera de nuevo pendiente de un hilo, Dumas acudió a la clínica de John Lucas para intentar vencer su adicción. Jugó un puñado de partidos en la CBA y la USBL, y por fin consiguió la autorización para volver a la NBA en diciembre de 1992. En su debut ante Lakers, Richard Dumas anotó 16 puntos en 17 minutos coronados por un mate frente a James Worthy, y una semana después anotó 27 puntos en 27 minutos contra los Nuggets. Pronto se hizo con un puesto en el quinteto titular, y sus números siguieron creciendo: 31 puntos a los Magic, 32 a los Hawks, 25 a los Cavs. La prensa, que prácticamente lo había olvidado después de tres años lejos de las pistas estadounidenses, lo consideraba la mayor sorpresa de la temporada, y lo recompensó con la elección para el segundo quinteto ideal de rookies. “Es el Dr J pero con tiro en suspensión”, resumían.

Los Phoenix Suns de 1992-93 poseían una de las plantillas más completas de la época. Por fuera, el base Kevin Johnson era el auténtico motor del equipo con sus penetraciones, respaldado por dos suplentes complementarios como el joven Negele Knight y el veterano Frank Johnson; junto a él, “Thunder” Dan Majerle era uno de los escoltas más completos de la liga (tiro, defensa, mates), con un relevo de lujo como Danny Ainge que jugaría finales con tres equipos distintos. Por dentro, Charles Barkley era el MVP indiscutible, con el veterano Tom Chambers como suplente, y de pívots estaban el esforzado Mark West y el novato Oliver Miller, aún libre de los problemas de sobrepeso que marcarían su carrera. El único punto relativamente débil era la posición de “tres”, ocupada por dos jugadores demasiado parecidos como Cedric Ceballos y Richard Dumas. Dumas parecía haberse ganado la titularidad cuando empezaron los playoffs, y tuvo buenas actuaciones como los 22 puntos en el primer partido de la serie contra los Spurs. Sin embargo, en la final de conferencia el titular volvió a ser Ceballos, y en varios partidos Dumas apenas participó ya que su entrenador prefirió apostar por Oliver Miller y Tom Chambers desde el banquillo para evitar que los Seattle SuperSonics explotasen la falta de centímetros de Barkley y West.

La peor noticia para los Suns antes de la final frente a los Chicago Bulls fue la baja por lesión de Cedric Ceballos, que se fracturó un pie en el último partido contra los Sonics. Sin él, la difícil misión de frenar a Scottie Pippen se volvía casi imposible, ya que Dumas no estaba considerado un buen defensor. Y sin embargo, Richard Dumas fue el mejor jugador de Phoenix en el primer partido. Los Bulls frenaron en seco a Kevin Johnson y Charles Barkley, y sin ellos el ataque de los Suns se colapsó – hasta la segunda parte, cuando surgió Richard Dumas que terminó con unos fantásticos números (20 puntos, 12 rebotes, 4 asistencias, 3 tapones y 2 robos) y que incluso consiguió confundir a Pippen durante algunas fases del encuentro. Pero eso no fue más que el aperitivo antes de su auténtico momento cumbre, el quinto partido de la final jugado en Chicago, al que los Suns llegaban al borde de la eliminación con un tajante 1-3.

Con Ceballos lesionado y Chambers viniendo de un pésimo cuarto partido (0/9 en tiros), los Suns no tenían más remedio que confiar en Dumars. Durante toda la serie había empezado bien los partidos, y esta vez no fue una excepción: un mate por la línea de fondo, varias suspensiones desde los laterales, un par de rebotes, otro mate por el centro... Los Suns terminaron el primer cuarto con una clara ventaja de 33-21, gracias a los 11 puntos de Barkley y los 10 de Dumas. Era un jugador inclasificable, y eso mismo lo hacía difícil de marcar. Sus visibles carencias tácticas (nulo tiro de tres, bote y manejo de balón muy limitados) y su pobre defensa (lo escondían emparejándolo con B.J. Armstrong) se veían compensadas por su exuberante capacidad atlética y por unas manos agradecidísimas capaces de atrapar cualquier pase y convertirlo en canasta. Él mismo reconocía no saber qué iba a hacer en cada momento, y esa misma cualidad dificultaba el trabajo de unos defensores permanentemente sorprendidos.

En otros partidos de la final Richard Dumas había tenido un comienzo brillante para luego ir desapareciendo conforme pasaban los minutos, pero no fue el caso del quinto encuentro de la final. Después de un segundo cuarto en el que los Chicago Bulls remontaron casi toda la diferencia en el marcador, en el tercero Dumas se convirtió en el auténtico referente ofensivo de los Suns. Empezó la segunda parte con dos 2+1 seguidos, siguió con un mate y terminó con la que sería la jugada del partido: emparejado con Michael Jordan en defensa, la estrella de los Bulls explotó su pobre desplazamiento lateral para rebasarlo sin dificultad y levantarse para tirar por encima de Oliver Miller, pero Dumas taponó el lanzamiento llegando desde atrás; el balón suelto llegó a Dan Majerle, y éste hizo un pase adelantado para que Richard Dumas culminara el contraataque con un mate sin oposición mientras Jordan estallaba en protestas contra los árbitros. En total, 11 puntos en 7 minutos que volvieron a abrir una brecha en el marcador que Chicago ya no sería capaz de remontar.

Los Bulls terminaron ganando la final en el sexto partido, pero eso no impidió que la cotización de Richard Dumas subiera como la espuma durante el verano. Los Detroit Pistons estaban ofreciendo a Dennis Rodman a cambio de Dumas y Mark West, cuando todo se vino abajo otra vez: Richard Dumas ingresó voluntariamente en una clínica de desintoxicación, y la NBA lo sancionó con dos años de suspensión. Los Suns, con los que no había llegado a conectar (su único amigo en la plantilla era Oliver Miller, otro jugador con problemas), le dieron la espalda. Charles Barkley dijo que teniendo a Cedric Ceballos no lo necesitaban, y Jerry Colangelo afirmó que no volvería a vestir la camiseta del equipo. Eso no fue del todo cierto, ya que jugó un puñado de encuentros en 1995 después de que le levantaran la sanción y de que pidiera perdón públicamente, pero sus días en Phoenix estaban llegando a su fin. Hizo un último intento con los Philadelphia 76ers entrenados por su mentor John Lucas, pero para entonces se había convertido en una sombra del jugador que fue. No le quedó más remedio que viajar al extranjero, primero Europa y luego Sudamérica, para seguir jugando mientras que periódicamente nos llegaban noticias de que había vuelto a ser detenido por consumo de alcohol, marihuana o crack. Hasta que en 2003 las rodillas le dijeron basta, y la tendinitis le obligó a retirarse definitivamente. Su última aparición pública fue hace un par de años, llorando amargamente en el funeral de Wayman Tisdale.

Hoy el único recuerdo que queda de Richard Dumas es su anacrónica ficha en basketball-reference, que muestra su breve carrera de apenas dos temporadas y media a pesar de haber sido titular en un equipo finalista de la NBA, que parece sacada de los comienzos de la liga cuando jugadores destacados abandonaban el deporte debido a los bajos salarios. Demasiado corta incluso para las típicas historias de hundimiento en la adicción tan características del deporte profesional estadounidense. Un breve destello de luz en medio de un mar de oscuridad.