Albert Fontet ha querido despedirse de la familia del CAI Zaragoza con una carta.

Gracias a todos

Quiero a través de estas líneas despedirme de todos vosotros en la etapa que ahora se cierra, después de estos cuatro años importantes en mi carrera deportiva aquí en Zaragoza.

Esta temporada, siento que no he podido disfrutar del basket como yo quisiera y aportar al equipo todo lo que yo desearía como jugador profesional. Aunque me da muchísima pena despedirme así, y he intentado llevar esta situación hasta final de temporada, anímicamente me ha pasado factura. No quiero tener la sensación de ser un jugador que simplemente cumple con su trabajo y cobra a final de mes su salario, porque ni soy de ese tipo de personas ni el CAI Zaragoza, por todo lo que representa para mí, merecería eso. Agradezco al club su comprensión por una situación tan especial.

En este punto deseo trasmitir mi agradecimiento a todos aquellos que durante este tiempo han hecho de mi trabajo un privilegio, ya que son muchos y no quiero olvidarme de ninguno: a todos mis compañeros de vestuario en estos años, cuerpo técnico, personal del club y del pabellón Príncipe Felipe y, en general, a quienes de una u otra forma han participado en mi vida deportiva dentro del CAI Zaragoza.

Especialmente, no puedo olvidarme en este momento de José Luis Abós por haber confiado en mí y darme esta oportunidad. Mi gratitud a Reynaldo Benito y Willy Villar por el apoyo y el cariño que me han demostrado en estos años. Finalmente, no quiero olvidarme de Sergio Francés y Luis Giménez por haberme hecho la vida más fácil.

Muchas gracias también a los patrocinadores, parte importante y cercana a los jugadores, quienes con su apoyo nos permiten disfrutar a todos juntos del baloncesto en Zaragoza.

Tampoco puedo olvidarme de la `marea roja` por hacerme sentir en casa y percibir su afecto allí donde haya podido encontrar a un caísta.

Me siento orgulloso de haber llevado la camiseta de un club que seguirá trabajando por ser cada día más grande y repetir los éxitos en los que he tenido el privilegio de participar en mi estancia en el CAI Zaragoza y de haber sido su capitán. Con mucha pena, pero convencido de su éxito, paso la capitanía a mi buen amigo Pedro Llompart.

Desde donde esté, seguiré animando a estos colores y apoyando en cada partido.

Gracias a todos y ¡Aúpa CAI!