Primera derrota como local de Valencia Basket en la presente Euroliga. El equipo de Txus Vidorreta desaprovechó 17 puntos de ventaja y acabó cediendo ante el cansancio y el acierto de Curtis Jerrells (30 puntos).

El esfuerzo del pasado domingo en Bilbao, repleto de irregularidad y oficio, permitió a Valencia Basket alcanzar el liderato de la Liga Endesa. Esperanza e ilusión más palpable que nunca para los de Txus Vidorreta, que proyectan su continuo crecimiento sobre las dudas de Real Madrid y FC Barcelona. Los clásicos de nuestro baloncesto parecen más abordables que nunca. En Valencia tocan madera y perciben, con todo merecimiento, un inaudito respeto arbitral.

La alta competición, sin embargo, no se entiende con el medio plazo. La temporada va a dejar pocos resquicios para la reflexión o la predicción sobre el escenario final. Tras el duro revés de Moscú, el equipo taronja iniciaba ante Olimpia Milán una nueva semana de doble reto europeo.

A pesar de haber sumado una única victoria en las 6 primeras jornadas, los italianos dejaron buenas sensaciones en algunas de las canchas más complicadas de Europa (Madrid, Tel Aviv o Moscú). El poderoso juego exterior milanés, con Curtis Jerrells de nuevo a los mandos, puede ser una amenaza para cualquier rival. Credenciales suficientes para que el cuadro taronja no afrontara el choque desde la relajación.

Sin embargo, los primeros compases no destacarían por su intensidad. Ambos equipos sumaban con relativa facilidad liderados por M’Baye y Sam Van Rossom; el belga concluyó el partido con 4 de 4 desde el 6,75. Por su parte, Bojan Dubljevic conseguía anotar y forzar la segunda falta personal Tarczewski en los primeros lances de juego. Un mero espejismo, Valencia viviría lejos de la pintura el resto del encuentro.

Los esfuerzos de Erick Green no tuvieron premio hasta el minuto 7; cinco puntos consecutivos del californiano amarraban la primera ventaja clara para Valencia Basket (18-14). Hasta que el ingreso en cancha de Jerrells cambiará el ritmo ofensivo de Milán, reduciendo las diferencias al mínimo en la conclusión del primer cuarto (20-19).

El americano no necesita espacio para sentirse importante y en su debut asumió galones por delante de Kalnietis o Goudelock. A esa batalla inicial no le tuvo miedo la segunda unidad taronja. A pesar de que la defensa interior de Milán ya estaba en pleno crecimiento, Tibor Pleiss supo liderar a los suyos con 11 puntos antes del descanso. Evitó, eso sí, la zona rival y sumó con varios lanzamientos abiertos (triple incluido).

A pesar del acierto local desde el 6,75 (6 de 8 en la primera mitad), Valencia Basket no conseguía ir más allá de los 6 puntos de ventaja (32-26). Los de Simone Paganini sabían obtener réditos de su mejor arma; esta vez era Goudelock el que tiraba del backcourt visitante (12 puntos al descanso). Vidorreta se vio obligado a solicitar tiempo muerto tras el creciente parcial italiano (34-36).

San Emeterio emergió entonces con un doble 2+1 marca de la casa para equilibrar el acierto exterior de los visitantes; poco más se supo del cántabro, aún en proceso de incorporación tras su reciente lesión. Cerca del aro, Gudaitis, que sonó con fuerza este verano para Valencia Basket, y el portentoso físico de Jefferson terminaban de desactivar el juego interior del rival. El bonus regaló una última ventaja a los locales antes de encarar el túnel de vestuarios. 45-41 al descanso y mucho, muchísimo por jugar.

En la reanudación tenía que ser Guillem Vives, duda en la previa por sus problemas en el tobillo, el que animara el partido para Valencia Basket. Su acierto en el lanzamiento de tres puntos y la conexión con Erick Green despertaron a la Fonteta y la defensa de su equipo.

De repente un instante; Green abrió el tarro de las esencias e hizo volar los sueños (11 puntos para él en el tercer cuarto). Con un parcial de 13-0 Valencia parecía enviar el partido a la nevera. Máxima renta. 62-45 tras 25 minutos de juego.

Lejos de rendirse, Olimpia Milán dibujaría un nuevo esfuerzo que le devolvería al encuentro. Las manos de Curtis Jerrells y Goudelock y la capacidad de Gudaitis para cerrar las inmediaciones de su aro ajustaron el marcador antes de entrar en el último parcial (64-58). Abalde y Rudez, que ya pasaron de puntillas por Bilbao, permanecían en el olvido de Vidorreta. Las energías valencianas se tambaleaban.

El equipo transalpino vivía aún más cerca de Valencia Basket cuando Goudelock tuvo que abandonar el partido por lesión (67-64). Las defensas, los nervios y la permisividad arbitral fueron creciendo hasta igualar el partido en su último tramo.

Ni siquiera las cuatro faltas personales de su equipo iban a detener la excelsa defensa de Kaleb Tarczewski sobre Bojan Dubljevic; el montenegrino abandonó exhausto la pista a falta de 1:40 para el final tras varios intentos en el poste bajo (74-72). Su impotencia reflejaba el sentir taronja, muy lejos del equilibrio y el juego coral de anteriores ocasiones.

Vidorreta se encomendó entonces a su unidad de mayor capacidad defensiva. Con Sastre, Doornekamp y San Emeterio en pista, el equipo consiguió frenar el empuje anotador de los visitantes. Pero la falta de referencias ofensivas condenaría a Valencia Basket a la prórroga. Theodore (20 puntos) rompió la defensa rival con una penetración para igualar el partido a 74. Green tuvo la oportunidad de deshacer el entuerto con un triple casi sobre la bocina; pero ya era demasiado tarde. En Euroliga los pasos atrás se castigan doble. No hay perdón que valga.

La primera prórroga irrumpió con un formidable intercambio de triples, hasta 6 seguidos entre ambos equipos, con Jerrells y Van Rossom como principales estiletes (83-83). Tras la tempestad siempre llega la calma: los dos últimos minutos se convirtieron en un inesperado cúmulo de errores. Vives colapsó en ataque y regaló a Milán la oportunidad para tomar una ventaja definitiva. Esta vez Theodore no fue capaz de aprovecharla (85-85). El thriller continuaba en la Fonteta. Cansancio y tiempo extra para todas las partes.

Era el momento de Curtis Jerrells. Cuando más flaqueaban las fuerzas de unos y de otros, asumió el timón del juego para sumar, con escalofriante facilidad, los 12 puntos que dinamitaban el choque. Enorme. Como si nunca se hubiera ido de Milán; 30 puntos y el equipo para él solo. El festival Jerrells dejó inservibles los dos últimos minutos de juego, ni siquiera los esperados puntos de Dubi permitían a su equipo luchar por la victoria. 98-103.

Cuarta derrota de Valencia Basket en Euroliga y alguna sensación agridulce por el camino. ¿Necesita el equipo un tiempo muerto para seguir en la brecha? El próximo viernes y sin abandonar el escenario de la Euroliga, los de Vidorreta visitarán el Palau Blaugrana para poner a prueba al FC Barcelona. La victoria se antoja fundamental para seguir imaginando los play offs como una opción real.

Eso sí, recuerden que no habrá margen para las cábalas; ambos equipos volverán a encontrarse el domingo para cerrar la novena jornada de la Liga Endesa. Sin respiro y de una tacada.

Partido correspondiente a la séptima jornada de la fase regular de la Euroliga. Pabellón Fuente de San Luis de Valencia. 8.100 espectadores.

98 VALENCIA BASKET (20+25+29+10+11+13): Van Rossom (13), Green (22), San Emeterio (16), Doornekamp (6), Dubljevic (18). Vives (6), Rafa Martínez (4), Pleiss (13), Sastre (-) y Thomas (-).

Equipo arbitral: Christodoulou (Grecia), Lottermoser (Alemania), Latisevs (Letonia).