Después de seis derrotas consecutivas, el Herbalife Gran Canaria abordaba la visita de un histórico como Maccabi FOX Tel-Aviv con el prisma de usar el encuentro para recobrar sensaciones. Para demostrar el trabajo de la semana sobre el parqué y para demostrarse a sí mismo que podían ganar.

Era un choque entre dos equipos necesitados de victorias en la Turkish Airlines EuroLeague. Tanto grancanarios como israelíes solo acumulaban un triunfo en las seis primeras jornadas del campeonato, y ganar era primordial. Salió mejor el conjunto dirigido por Neven Spahija anotando en la primera posesión y haciéndolo nuevamente sin respuesta claretiana. No obstante, no tardó en calentar motores un ‘Granca’ que tomó el control con cinco puntos seguidos de Evans (8-4, minuto 4) que desperezaba tanto a sus compañeros como a la parroquia congregada en el Arena.

A pesar de contar con toda su artillería pesada, incluido el MVP de la última EuroCup, Scottie Wilbekin, al Maccabi FOX Tel-Aviv le costaba horrores conseguir anotar. No encontraban la manera pero se agarraban a acciones individuales y a la superioridad interior. Sin embargo, los isleños lograban finalizar el primer acto con un parcial de 6-0, inteligentes en ataque e intensos en defensa (23-15).

Era la mejor versión, hasta la fecha, del Herbalife Gran Canaria en labores defensivas. Un desempeño serio, intenso, y que cimentaba un ataque con diferentes armas. El arranque del segundo cuarto estuvo marcado por el acierto de Marcus Eriksson. El sueco clavó dos triples y, con una acción de 2+1 de Eulis Báez (32-19, minuto 13) la ventaja se disparaba.

Fue capaz el conjunto macabeo de reaccionar a base de transiciones rápidas y con confianza en el lanzamiento exterior. Los israelíes, con un parcial de 2-13, apretaban el marcador llegando a colocarse a dos puntos. Pero los isleños fueron capaces de recobrar el tono que les había hecho mandar en el marcador desde el inicio, y cerraron la primera mitad en inercia positiva, con acciones espectaculares como un mate a una mano de Evans entre el tráfico de la zona (43-38).

El conjunto claretiano, que no pudo contar con Luke Fischer desde el primer cuarto por una lesión, arrancó la segunda parte decidido a conseguir al fin un triunfo que, más allá de lo estadístico, tuviera un valor moral añadido.

Eulis Báez se echó el equipo a la espalda y con varias acciones de marcado carácter conseguía hacer despegar a su equipo nuevamente (51-42, minuto 23) obligando a Spahija a solicitar un tiempo muerto para intentar una escapada definitiva. No se produjo, y el Maccabi se fue aferrando al encuentro jugada a jugada, confiando en el talento individual más que en el colectivo.

Sin embargo, el Herbalife Gran Canaria, muy serio de inicio a fin, volvió a arrancar de la mano de Eulis Báez. El capitán fue el faro de un equipo amarillo que creyó en la victoria y que luchó por ella. Cuatro puntos seguidos del dominicano (59-49, minuto 27) volvía a abrir brecha en el luminoso. Y aunque los locales no consiguieron mantener la renta de dobles dígitos, enfilaron el último cuarto con un colchón relativamente cómodo (65-57).

Tal y como había sucedido en el choque ante Anadolu Efes, los amarillos habían mandado prácticamente desde el salto inicial. Pero, tal y como sucediera también en aquel encuentro, el equipo rival corrió y mejoró prestaciones. Y, con un parcial de 0-11, la ventaja amarilla había desaparecido. Fue con un triple de Wilbekin (65-68, minuto 33) cuando los macabeos se vieron con ventaja. Y la afición amarilla reaccionó con aplausos de apoyo y ánimo.

Viejos fantasmas recorrían el Arena, pero el Herbalife Gran Canaria mostró una gran fortaleza mental para no venirse abajo. Los isleños respondieron con un parcial de 7-0 liderado por la vieja guardia. Albert Oliver clavaba un triple que hacía levantarse a la afición de sus asientos y los amarillos ya no miraron atrás.

El Maccabi FOX Tel-Aviv no pudo reaccionar más. Habían nadado toda la noche a contracorriente y acabaron cansados, incapaces de aguantar la resiliencia claretiana. Triunfo final por 84-78 que debe inflar de moral a los amarillos de cara al duro calendario que aguarda.