Con un importante bloque de jugadores de la tierra en su vestuario y con el entrenador más joven de la competición a los mandos, el Sammic ISB ejerce en estos momentos como líder de una Liga LEB Plata en la que han plantado cara a las mejores plantillas de la competición. Con la humildad como máxima de su trabajo diario, los guipuzcoanos afrontarás las últimas 8 jornadas dispuestos a demostrar que pueden ser el principal candidato al ascenso directo. .

Llegaron a la Liga LEB Plata en el año 2010 y lo hicieron tras realizar un buen trabajo previo en una Liga EBA que les ayudó a asentar sus pilares como club de formación y cantera para la provincia de Gipuzkoa. Unos inicios que resultan claves a la hora de explicar su asentamiento en un baloncesto profesional en el que el club azpeitiarra no ha dejado de dar pasos al frente temporada tras temporada.

Hasta tal punto que el plantel vasco ejerce en estos momentos como el equipo de moda de una competición en la que su liderato no es ni mucho menos fruto de la casualidad. Apoyados en un intenso trabajo diario así como en el sentimiento de un bloque de jugadores de la tierra, los integrantes del Sammic ISB afrontarán el tramo final de la temporada dispuestos a culminar la sorpresa con el ascenso de categoría.

Un sueño que se palpa ya en las calles de Azpeitia y que su técnico, Iker Bueno, trata de canalizar estos días a través del trabajo y la humildad que han marcado el día a día de un vestuario dirigido por el técnico más joven de la competición.

 

Bueno: "Las sensaciones son buenas pero con los pies en el suelo"

Tomó las riendas del equipo tres años atrás convirtiéndose en el técnico más joven de la Liga LEB Plata y, pasado ese tiempo, Iker Bueno mantiene aún un simbólico título al que acompaña ya de una valiosa experiencia que había ido fogueando durante años como jugador y entrenador de las diferentes categorías del club.

Un técnico volcado con su equipo y que ha visto como su trabajo encontraba la mejor recompensa con un liderato en el que se han afianzado durante las últimas semanas: "Es algo que no pensábamos a comienzos de temporada por los problemas que tuvimos a la hora de configurar la plantilla pero cuando llegas a un momento como este no puedes hacer otra cosa que no sea aprovecharlo y tratar de luchar por aquello que te has ganado durante todo el año. Si algo tiene este equipo es una gran capacidad de lucha y las sensaciones son buenas pero ahora mismo tenemos los pies en el suelo porque tenemos por delante partidos complicados y enfrentamientos directos que serán los que juzguen si podemos mantener esa primera plaza hasta final de temporada".

Liderato trabajado a pulso durante cinco intensos meses y que ha tenido su clave en la unión de un vestuario que decidió hacer de la humildad su máxima diaria: "A la hora de configurar la plantilla decidimos mantener ese bloque de jugadores de Gipuzkoa que tenían ya un año más de experiencia a sus espaldas y a los que unimos varias incorporaciones que se han conjuntado muy bien y que se han entendido tanto dentro como fuera de la pista. Esa es precisamente la clave, que somos un equipo unido en su día a día y en el que todos vamos a una. Si a esto le unimos la palabra humildad esto hace que puedas equipararte en cada partido a equipos con un presupuesto mayor que el tuyo y con plantillas hechas para luchar por el ascenso".

Y es que es precisamente esa posibilidad de ascenso la que ilusiona en estos momentos a una localidad volcada con un equipo que, sin embargo, hace conjura para poder mantener los pies en el suelo, una labor por la que su técnico trabaja a diario: "En el pueblo se nota que la gente está ilusionada con el proyecto y eso es algo muy positivo que tenemos que intentar aprovechar como club pero nosotros en el vestuario tenemos que ser conscientes de que la Liga no se va a ganar o perder en el próximo partido sino que por delante quedan 8 jornadas en las que pueden pasar muchas cosas y en las que queda mucha tela que cortar".

Pero si algo tiene claro Iker Bueno es que durante las próximas 8 finales su equipo deberá mantener la esencia que les ha llevado hasta el momento más dulce de su historia: "Ahora mismo lo que más me inquieta no es ni el calendario ni los rivales, lo que más me preocupa es que mi equipo haga las cosas bien, que seamos competitivos y que sigamos mejorando en cada partido. Es cierto que ahora vienen curvas y que el calendario se complica pero eso tiene una parte muy positiva que es el refuerzo moral que puede suponer para el equipo el seguir sacando adelante partidos difíciles ante exigentes rivales".

Y es que la posibilidad de luchar por el ascenso, ya sea directo o en playoffs debe entenderse como una oportunidad más que como una obligación para un equipo que ha cumplido ya con creces con las metas marcadas para este curso: "Nosotros tenemos objetivos muy diferentes al del resto de la Liga donde te encuentras equipos formados por jugadores llegados en el último año y con poca gente de su provincia. Aquí hemos tenido siempre un objetivo totalmente opuesto ya que siempre hemos querido que la gente de la comarca tuviera un sitio en el que dar el salto desde el baloncesto amateur mientras que el club se iba estabilizando en la competición. Por eso, nuestro objetivo para este año no era otro que el de poder entrar en playoffs pero, una vez ahí, entendemos que hay que intentar aprovechar al máximo cada oportunidad y luchar por ello hasta el último día".

Iker Bueno y la culminación del sueño de una noche de verano:

Con el desenlace de la temporada aún el aire el balance que se puede hacer ya en Azpeitia es tan positivo como resultan los tres años que lleva en el banquillo un Iker Bueno que ha sabido explotar al máximo la oportunidad que le llevó a ser, en verano de 2013 el entrenador más joven de la competición.

Desde entonces, técnico y club no han dejado de dar pasos al frente en una competición en la que este liderato supone para ellos todo un sueño: "Cuando coges un equipo como este con 25 años lo haces con un poco de miedo porque quieres hacerlo lo mejor posible y que todo salga de la mejor manera. Evidentemente tienes sueños profesionales y en tu cabeza fantaseas con la posibilidad de poder llegar lo más lejos posible pero el ver al equipo en esta primera plaza supone sin duda la mejor de las recompensas al trabajo que hemos realizado desde el cuerpo técnico durante estos años".

Un tiempo en el que le ha tocado demostrar que, pese a su edad, estaba más que preparado para asumir con firmeza tan exigente reto: "La clave ha estado en exigirme a mí mismo más que el resto porque, cuando tu das ese ejemplo, terminas por hacerte respetar. Si los jugadores te ven trabajar y ven en tus ojos pasión por lo que haces terminan por respetarte independientemente de la edad que tengas. Saben que te vas a equivocar como el resto pero que tu trabajo y la forma de afrontar el día a día pueden ayudar mucho al equipo".

Trabajo que le ha llevado a colocarse un año más a la altura de algunos de los mejores técnicos de una competición en la que Iker se ha abierto paso a lo grande: "El verte competir contra entrenadores consagrados como Jareño o Pago García es un placer pero aquí no hay que discriminar a nadie porque también es un placer enfrentarse contra gente como David Mangas que lleva muchísimos años en la Liga y que te sorprende casa día con sus planteamientos y con lo que es capaz de sacar de su equipo. Estamos en una Liga con magníficos entrenadores y en las que, en ocasiones, tan solo es necesaria una pizca de suerte para poder demostrar lo que cada uno lleva dentro".