Cantera, equipos base o la Academia son los términos que con el tiempo han ido evolucionando para referirse a un mismo concepto que estos últimos años en Stadium Casablanca es un foco constante de noticias ya sea por resultados deportivos o por movimientos de jugadoras que suben para completar el plantel de MANN-FILTER. .

Dejando al margen opiniones y valoraciones, a la hora de hacer una radiografía, escalón a escalón, los datos hablan por sí solos.

En 2013 se produjo el debut de MANN-FILTER Stadium Casablanca en Liga Femenina, en aquella temporada en nuestro primer equipo había cinco aragonesas de las cuales dos las podíamos considerar canteranas (Esparcia y Dieste) se logró la permanencia a falta de dos jornadas, la media de edad de aquella temporada de jugadoras que subieron desde categorías inferiores fue 22,6.

En 2014 el conjunto que entrenaba ya el zaragozano Víctor Lapeña consiguió la permanencia en la mejor liga del básquet nacional siendo, de largo, el plantel más inexperto con una media de edad de 20 años. El modelo evolucionaba, 14 equipos con diez jugadoras o más cada uno y solo siete competidoras no habían celebrado la llegada de la segunda decena en su carnet. Este dato merece un alto en el camino: la clave era que, de las doce integrantes menores de 20 en la liga, cinco estaban en el MANN-FILTER Stadium Casablanca. Casi la mitad. Y es que Víctor Lapeña ese año, podría haber puesto en pista un quinteto de entre 18 y 19 años.

"Cada vez estamos dando pasos más importantes y el objetivo final es ese, que el MANN-FILTER un día esté, en un porcentaje muy alto, formado por jugadoras de la cantera del Stadium Casablanca, zaragozanas, aragonesas... y que todo el club y toda la ciudad se identifiquen con el equipo" Ese era el objetivo de Víctor Lapeña a su llegada: jugadoras aragonesas, de cantera y cuya media de edad dejaran un margen de proyección muy alto. Para Víctor tener jugadoras de la cantera te da una serie de ventajas: el sistema de producción de la cantera asegura un tipo de jugadora a la carta, sanea la economía y establece un magnífico vínculo con el entorno social.

La temporada 2017-18 contará en su primera plantilla con cinco jugadoras aragonesas, tal y como sucedió en 2013, pero en esta ocasión las cinco son jugadoras que salen de nuestras categorías inferiores. (Esparcia, Lahuerta, Terrer, Tainta y Hernández) y se sumará puntualmente alguna que por formación sea interesante que empiece a conocer el modelo de trabajo de Mann, como es el caso de Mastral. La media de edad de nuestras jugadoras aragonesas será de 18 años.

Unas han ido progresando y deben empezar a competir y ser fiables (Lahuerta), otras deben empezar a crecer sin miedo a equivocarse y con unos valores en los que ya han sido educadas (Hernández, Tainta, Terrer...) y por último a alguna como Mastral, cuya proyección de futuro nos ilusiona, hay que empezar a darle pequeñas píldoras de nuestra esencia.

Las jugadoras aragonesas de esa primera temporada y las que afrontarán la próxima tienen una media de ocho minutos y medio en pista en la máxima categoría del baloncesto español. Pero, si desgranamos un poco más, dos minutos más en pista estaban las de 2013 comparadas con las que estarán esta temporada. La edad, experiencia y trayectoria difieren también.

Desde los emergentes años de LF2 no se ha disfrutado de un ambiente parecido. Con un baloncesto dinámico, fresco, creativo, lleno de matices y una sintonía total entre las jugadoras expertas y las jóvenes de la Factoría verde.

Es fascinante el desafío, disfrutamos de una sensación tan elocuente de plenitud, con el problema que menos cabe sospechar en el baloncesto: la dificultad para gestionar abundancia.