Nuestro especialista Iván Fernández repasa la historia del Mundial de baloncesto ofreciéndonos un interesante recorrido desde los orígenes de la competición hasta la última edición en 2014.

DECÍAMOS AYER...

Tras el enorme éxito del EuroBasket 1987 y la posterior plata del 89, Grecia vio cómo su etapa más gloriosa tocaba a su fin en Roma, con la derrota ante Checoslovaquia (increíble 115-105) que la apeaba de las semifinales del Europeo 1991. Ya sin Gallis y quedándose fuera de los Juegos Olímpicos de Barcelona, la regeneración fue poco a poco calando en una selección helena que pronto parecía aspirar de nuevo a entrar en la élite. Poco a poco una nueva hornada de buenos jugadores iba tomando el relevo, tutelados en los primeros años por parte de la vieja guardia (Giannakis, Christodolou o Fassoulas), lo que pronto animó a las autoridades helenas a solicitar la organización de los grandes torneos, que cristalizaban en la concesión del EuroBasket 1995 y el Mundial 1998. 


Sigalas, Alvertis, Ekonomou, Rentzias, Papanikolau, Koronios… los nuevos valores griegos ilusionaban de nuevo a un país que por si fuera poco veía como en los dos años precedentes, los dos colosos atenienses se alzaban con la máxima competición continental (Panathinaikos en 1996 y Olympiakos en 1997) y un tercero era subcampeón en los meses previos (AEK en 1998). 
Con Giannakis en el banquillo y Fassoulas como último exponente activo de los héroes de 1987, Grecia aspiraba a dar el paso definitivo que se les había resistido en los últimos años, de tal manera que, tanto en el anterior Mundial de Canadá como en los tres Europeos comprendidos entre 1993 y 1997, el equipo heleno acumulaba cuatro semifinales… sin ninguna medalla.


El Mundial de 1998 traía además otras dos grandes noticias: por un lado la vuelta de Yugoslavia a los Mundiales tras las sanciones de la ONU y por otro la ausencia de jugadores NBA a causa del lockout. Los plavi, que aseguraban venir a defender su título de 1990, llegaban a la cita con bajas significativas (lesión de Danilovic, renuncia de Divac, problemas burocráticos para Stojakovic o Tarlac…) y varios jugadores entre algodones (Djordjevic), mientras que USA, dirigida por Rudy Tomjanovich acababa formando una selección compuesta por profesionales europeos (Alexis, Wood, Oliver) algún jugador CBA (Ashraf Amaya, Jimmy King y Kiwane Harris) y NCAA de buen nivel (Trajan Langdon y Brad Miller).

Jimmy Oliver y Alberto Herreros

Por si fueran pocos los alicientes, se estrenaba un nuevo sistema de competición introduciendo las eliminatorias de cuartos de final, a las que se llegaba tras la disputa de dos grupos, un primero de cuatro equipos de los cuales pasaban a la segunda liguilla tres, arrastrando sus resultados particulares. 

Desde un primer momento se empezaba a comprobar que el nivel emotivo iba muy por encima del de calidad, pero ya la primera fase dejaba apuntes importantes. Grecia, Lituania, España y Yugoslavia pasaban como primeras de grupo, aunque sólo los anfitriones lo hacían de manera desahogada. Los bálticos, sin Marciulionis ni Sabonis, conseguían vencer a los esforzados estadounidenses por un exiguo 84-82 con Karnisovas destacando gracias a sus 29 puntos. Por su parte los plavi necesitaban de una prórroga para doblegar a Rusia y por último España lo hacía tras superar por un sólo punto tanto a Australia como Argentina.


Ya en la segunda ronda, Yugoslavia volvía a liderar su grupo gracias a la victoria arrastrada ante los rusos, ya que los discípulos de Sergei Belov ganaban sus tres partidos, mientras que los de Obradovic caían ante la Italia de Tanjevic. Los transalpinos, que finalizaban cuartos tras Grecia, ya habían sido los únicos en derrotar a los yugoslavos en el Europeo anterior (aunque luego caerían ante ellos en la final) y volverían a hacerlo el año siguiente en las semifinales de París. En el otro grupo, USA se hacía con el primer puesto gracias a su remontada ante España (74-72 final) y la victoria de éstos ante Lituania, 86-80 tras una prórroga a la que se había llegado tras dos tiros libres de Alfonso Reyes.

VÍDEO: ESPAÑA - LITUANIA

Los cuartos de final arrancaban con Argentina poniendo contra las cuerdas a Yugoslavia, hasta tal punto que de la mano de Espil y Nicola los sudamericanos dominaban por 7 puntos a falta de algo menos de 10 minutos. La irrupción del renqueante Djordjevic con siete puntos consecutivos y la mayor templanza balcánica acababan por definir al primer semifinalista. En el segundo acto, Rusia se deshacía con comodidad de Lituania de la mano de un excelente Karasev (31 puntos). Por su parte USA, tras un gran inicio, sufría ante Italia aunque terminaba sacando el partido adelante por 80-77 pese a los 32 puntos de Carlton Myers. Por último, los anfitriones, en medio de un gran ambiente, se deshacían de España aupados por la solvencia exterior de Ekonomou.

Las semifinales se abrían con el duelo entre rusos y norteamericanos que habría de resolverse con un coast to coast de Panov a falta de tres segundos. Desde el primer momento, los jugadores de Tomjanovich llevaban la iniciativa yéndose al descanso con solo dos puntos de ventaja por mor de la resistencia de un extraordinario Sergei Babkov que llegaba al intermedio con 20 puntos. Increíblemente el escolta permanecía sentado los primeros diez minutos de segundo tiempo, lo que aprovechaban los jugadores USA para escaparse en el marcador. Dos mates consecutivos de Jimmy King ponían el 64-54, pero dos triples de Babkov abrían un parcial de 10-0 que igualaba el marcador, dando paso a un último minuto lleno de despropósitos. Finalmente tras múltiples regalos, una falta en ataque de Michael Hawkins (quien luego pasaría por Barcelona y Real Madrid) a falta de 10 segundos daba un balón de oro a los rusos: tiempo muerto de Belov, 5 ´pequeños´ en pista y finalmente un 66-64 con el que Rusia repetía final.


VÍDEO: RUSIA - USA


En la segunda semifinal, Grecia arrancaba a lo grande y de la mano de Koronios y el acierto de Ekonomou controlaba un partido de ritmo lento y gran intensidad física. Con poco más de 10 minutos por jugar, los helenos lograban escaparse por 12 puntos, pero de la mano de Djordjevic, apareciendo en el momento clave pese a su precario estado físico, y de Bodiroga (31 puntos al final) los yugoslavos se metían en el partido. Con el partido abocado a una sucesión de tiros libres, los de Obradovic se mostraban más fríos (14/18 por 4/10 de los griegos en los últimos 12 minutos), llevando el partido a la prórroga (57-57). Con la losa de la oportunidad perdida, Grecia se venía abajo mientras los yugoslavos sumaban en sus doce posesiones sumando su 16ª victoria consecutiva ante los helenos, entrando así en la final (78-73).

VÍDEO: YUGOSLAVIA - GRECIA


En la lucha por el bronce, Grecia volvía a quedarse otra vez a las puertas de la medalla, y haciéndolo una vez más de manera clara (61-84). Los 23 puntos de desventaja superaban la del Mundial de Canadá (-18 ante Croacia) confirmando las malas sensaciones griegas en este tipo de partidos (-40 ante Croacia en el EuroBasket del 93, -5 ante los mismos rivales en el 95, -20 ante Rusia en 1997 y finalmente -9 ante Lituania en el de 1999).


La final sería el fiel reflejo del baloncesto de la época, con obsesión por el control del ritmo de juego, lentitud y mucho encorsetamiento táctico. Como a lo largo de buena parte del campeonato, Yugoslavia encaraba los momentos decisivos del partido abajo en el marcador (42-35 para Rusia a falta de 15 minutos). Tras limar a golpe de sudor las diferencias, el partido entraba con 57-56 a favor de los plavi con 32 segundos por jugar y en ese momento aparecería la figura de un enorme Zeljko Rebraca: tapón a Mikhailov, rebote ofensivo tras un tiro libre de Milenko Topic y posterior canasta para un 60-56 casi definitivo. Karasev, Obradovic y Koudelin anotaban tres series de tiros libres poniendo el 62-60… siendo Rebraca con otros dos aciertos desde el 4,60 a falta de 4 segundos quien sentenciara definitivamente.


VÍDEO: YUGOSLAVIA - RUSIA