Sin hacer un gran partido, España ganó por 26 puntos a una combativa Islandia que pierde así toda opción de acceder a la siguiente fase, lo que hubiera sido un rotundo éxito para la selección debutante. Los nórdicos jugaban con más alegría y más energía, y a pesar de la abultada derrota el partido se hizo más largo a los ganadores que a los perdedores, posiblemente pensando ya en el crucial choque ante Alemania que dirá qué selección va a Lille y cuál se vuelve para casa.

A pesar de mejorar algo ligeramente el porcentaje de tiros de tres (9/22, 41%) y de que hasta 6 jugadores hayan anotado al menos un triple, el choque tuvo la misma dinámica que el anterior frente a Italia, con predominio de canastas conseguidas cerca del aro por el dúo de Chicago Bulls. Sin embargo parecía una consigna del banquillo, de cara a futuros marcajes correosos a Pau, que en esta ocasión era Mirotic la primera baza ofensiva del equipo. El montenegrino anotó 14 de los 22 puntos con los que acabó el encuentro ya en el primer cuarto. España ponía en práctica su presión tras tiro libre, sin mucho resultado.

En el segundo, una Islandia de la mano del colosal Stefansson llegaba a ponerse seis arriba, aunque esta vez el juego exterior español respondía bien con dos triples de Sergio Rodríguez y Pau Ribas, y un último arreón de nuestros NBA cerraba el marcador de la primera parte con 36-41. Nos valían los tremendos porcentajes del hoy “aparentemente desganado” Pau Gasol, con 6/6 en tiros de dos y 7/7 en tiros libres.

Para romper el partido nos bastó algún contraataque de Llull, el coraje de San Emeterio y el buen criterio de Pau Ribas. Con la lesión de espalda de Rudy Fernández, la evolución del nuevo jugador del F.C. Barcelona es de las pocas buenas noticias que nos está dejando este EuroBasket en el combinado nacional. Scariolo mantenía mucho en tiempo en pista a los jugadores con los que nos vamos a jugar el pescado en esta competición, olvidándose de su fondo de armario con la excepción de Pau Gasol, que sólo jugó 7 minutos en la segunda mitad.

Solamente con veinte de ventaja y cinco minutos por disputarse pudimos ver en pista a los Vives, Claver, Aguilar o Hernangómez, que posiblemente hayan jugado sus últimos minutos en pista. El equipo surtía de balones al jugador valenciano, sabedores de su frágil moral. Claver, que acabó con 11 puntos (seis de ellos desde la línea de tiros libres al recibir 3 faltas), no terminó de encajar en un partido del que hubiera podido ser más protagonista.

Con la ventaja española creciendo paulatinamente, la afición islandesa seguía animando como si fuera el primer minuto, mientras que las caras de los jugadores españoles eran de sufrimiento, de tensión continua, de no disfrutar de su cómoda victoria.

Los comentaristas de televisión y las declaraciones de los jugadores hacían hincapié en la recuperación de sensaciones, pero da más la sensación de pose de cara a la galería.