La Opinión
¿Quién manda en las franquicias, coach Westphal?
Juanjo De Miguel  | 11.01.2012 - 01:37h.
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Como diría un castizo, “Ya tenemos el belén montao”.


Cuando los Kings se hicieron con los servicios de DeMarcus Cousins en el draft del 2010, sabían lo que fichaban: un jugador con un potencial infinito, pero serios problemas disciplinarios, motivación y actitud. Los de Sacramento se apresuraron en fichar como técnico asistente a su entrenador en High School, con el que le une una relación casi familiar, para tratar de mantener a Cousins dentro de la línea de la cordura. Y a fe que lo logró en su primera temporada, que terminó con los Kings lejos de playoffs, en plena reconstrucción desde el draft, unido esto al más que posible traslado de la franquicia a Anaheim.


Este año los Kings se deshicieron de Samuel Dalembert, actualmente en los Rockets, dando a Cousins claramente vía libre a la titularidad en el puesto de center. Evans y Cousins eran las dos piezas principales de este proyecto. En todo este tiempo, su relación con el entrenador principal Paul Westphal, era más o menos “correcta” (ya todos sabemos que el bueno de Paul no es precisamente del cuerpo diplomático, que se lo digan al bueno de Gary Payton).


Tras la derrota ante los Knicks, Cousins pide un “chat” con Westphal. No está contento con su papel en el juego ofensivo del equipo, y demanda más balones dentro. La cosa va subiendo de tono y acaba con Cousins pidiendo el traspaso. Y aquí está el amigo Westphal, que ni corto ni perezoso, larga todo lo que puede y más ante la prensa antes del partido ante los Hornets. El jugador no va en la misma dirección que el equipo, reconociendo que ha pedido el traspaso; nadie entiende nada, ni los Maloof, ni el representante del jugador. Eso de lavar las intimidades en privado... nada de nada.





¿Y ahora? No parece que vaya a haber marcha atrás, la ciudad es demasiado pequeña para los dos. ¿Culpable? Un joven pivot con clara tendencia al cortocircuito, o el entrenador cuya capacidad para lidiar con los jugadores es nula? (que se lo digan, por ejemplo, a Gary Payton en su época en Seattle, Richard Dumas o el propio Sir Charles en su época en Phoenix).


Pero, como reza en la nueva campaña publicitaria de una marca deportiva, “basketball never stops”, y en esta frenética temporada, los partidos se suceden. Los Kings viajan a la ciudad de la milla de altura, y ante los Nuggets, dan una imagen de banda completa. Son apalizados sin piedad ninguna, y sin oponer resistencia. Como si Tyson saliese ante Hollyfield y al primer golpe besa la lona y echa una mirada a su entrenador. Consecuencia, Westphal a la calle y en el siguiente partido los Kings remontan una veintena de puntos ante los Bucks, con toda la garra que se habían guardado en el partido anterior, y con tanto Evans como Cousins haciendo un muy buen partido.





Moraleja: Una vez más, se demuestra que los jugadores son quienes mandan en las franquicias; este es sólo otro ejemplo más.


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Artículo publicado por Juanjo De Miguel

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