Para LeBron James y los Miami Heat, la temporada pasada no acabó nada bien. Tras haber pasado sin problemas las tres primeras rondas de Playoff, y tomando una ventaja de 2-1 en las Finales que podría haber sido de 3-1 si no hubieran dejado escapar el cuarto partido, los Heat no pudieron derrotar a los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki. LeBron James se despedía de las finales promediando 17.8 puntos por partido, y lo más importante, siendo un jugador desaparecido en los últimos cuartos de los partidos.


A LeBron James le afectó la derrota. En su primera temporada en Miami en busca del anillo no pudo conseguir lo que deseaba. Él fue el Heat que recibió más críticas y más burlas por parte de la prensa y los aficionados. James, como confesó más tarde, estuvo semanas sin salir de casa, sin coger el teléfono... Aislado del mundo.


Pero decidido a poner remedio a esa situación, LeBron James empezó a trabajar, aunque el temible lockout estaba a punto de empezar. James estuvo trabajando durante todo el verano los movimientos al poste, que había intentado entrenar cuando estaba en Cleveland pero que nunca llegó a hacerlo. Con un gran maestro como es Hakeem Olajuwon, LeBron practicó y mejoró en el juego en el poste.


Ya en diciembre, cuando se anunció el fin del lockout y las franquicias comenzaron a jugar amistosos, la atención se centró de nuevo en LeBron James. ¿Mejoraría su juego el haber trabajado el juego en el poste? ¿Haría que Miami ganara más partidos? La respuesta no tardaría en llegar. 25 de diciembre, día de Navidad, los Heat empezaban la nueva temporada NBA en Dallas. LeBron tenía su primera oportunidad para demostrar que había cambiado. Acabó el partido con 37 puntos (11 de 19 en tiros de campo), 10 rebotes y seis asistencias. Ese gran debut no fue casualidad: LeBron James ha ido mostrando durante este primer mes de competición una cierta madurez en su juego. Sus mejores armas son su portento físico para poder penetrar y su tiro de media distancia. Pero este año le ha añadido un juego en el poste muy bueno que le ayuda a mejorar los porcentajes de tiro, y no le obliga a usar tanto el tiro de tres puntos.


Las ayudas defensivas que recibe James cuando está jugando en el poste le permiten doblar balones para asistir a sus compañeros. En definitiva, esta nueva evolución en el juego de LeBron está beneficiando a los Miami Heat. 28.9 puntos por partido con un 55% de tiros de campo, 8.1 rebotes y 7.1 asistencias lo avalan. ¿Será este el año del anillo de James? Veremos si continua así.