La Opinión
Dos vascos en Madrid
Jorge Pérez  | 12.12.2012 - 01:52h.
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Son días de vino y rosas en el baloncesto madrileño. El baloncesto que otrora surtía de entrenadores a muchos clubes de la imberbe liga profesional española, como los casos de Pepe Laso en el Baskonia, Aíto García Reneses en Cotonificio y después Penya o Barça, Lolo Sainz en una época posterior a la Penya, Antonio de Torres en Canarias, y muchos otros, es ahora punto de encuentro de otros baloncestos.


Cuando el producto nacional de entrenadores vive su máximo apogeo, en Madrid los dos principales clubes de la cápital son entrenados por dos vascos, Txus Vidorreta y Pablo Laso. A nadie le extraña, pero no deja de ser una grata coincidencia. Ellos despliegan cual buen chef de su tierra, un baloncesto fresco, de buen gusto al paladar del agradecido espectador, con matizaciones y motivaciones en cada caso diferentes, pero con una premisa común, organizar a sus equipos desde el ataque. No hay mayor bien en el momento en el que discurrimos que en nuestro pequeño bazar baloncestistico encontremos dos impulsos tan claros al baloncesto como los que están haciendo el Madrid y el Estu.


En el caso de Txus, un autodidacta de esto, con la mochila al hombro llena de todos los baloncestos posibles, responsable y artífice de proyectos como el actual Bilbao Basket, o como el que mantiene hoy día el basket en La Palma, ha vivido los patios de cemento y aire libre de su Loyola-Indautxu natal hasta rescatar al Lucentum el año pasado. Ha pasado a guiar el proyecto para comandar a la familia del Estu de nuevo a los primeros lugares del basket español. Serio en defensa, yo diría como buen vasco trabajador, pero en la búsqueda de esa filosofía natural estudiantil, de patio de colegio, de baloncesto en estado puro y con la que él tanto se identifica. Su gestión hasta la fecha no responde a la de un conjunto que descendió el año pasado, sino que aprendiendo bien la lección sustituye las penurias de ese pasado reciente por una mirada optimista al futuro de la mano de la esencia del Estu. Él, como buen bilbaino que es, no oculta su predilección por un proyecto en el que como su Athletic, vayan de la mano una filosofía propia, junto con los parámetros actuales de resultados y entretenimiento, y así ver crecer a la gran familia.


En la acera de enfrente, en los fogones del nuevo baloncesto, el caso de Pablo Laso, seleccionador de Euskadi a la sazón, ha roto esquemas. Él, que ha mamado baloncesto desde que nació, que ha bebido de las fuentes de diversas filosofías, desde la lúdica, técnica y divertida de sus primeros pasos en el San Viator, hasta su estancia en USA y después su salto al profesionalismo como jugador viviendo esa metamorfosis de lo que era el Baskonia a lo que hoy es el Baskonia, pasando por una recolección de saberes de todos los entrenadores y modelos con los que ha convivido, y lo demuestra actualmente con la puesta en marcha de su basket patas arriba.


Un baloncesto tridimensional jugador-ataque-entretenimiento con sello propio, en el que ha devuelto al jugador una demanda que este planteaba, sentirse bien jugando a baloncesto.


En su modelo no digamos el ataque, digamos la necesidad construir desde el equilibrio ofensivo, desde el equilibrio táctico y desde el equilibrio emocional, se sustenta la mayor apuesta baloncestistica en Europa desde el Panathinaikos de su maestro Obradovic. Y aquí estamos nosotros para disfrutarlo.


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Artículo publicado por Jorge Pérez

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