La Opinión
Las Historias de Sunara: Matjaz Smodis, el último vals
Iván Fernández  | 02.06.2013 - 13:01h.
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'Como he terminado mi carrera no tengo que estarme callado y puedo decir lo que pienso. Es un desastre. He estado en muchos sitios pero esto es un desastre. Es una vergüenza, vergonzoso. Olimpija quiere convertirse en un gran equipo y tener así Eslovenia un gran representante en la Euroliga tan pronto como sea posible. Posiblemente por esto tienen el apoyo de los árbitros'.



Acostumbrados en estos tiempos grises al imperativo de lo políticamente correcto, choca encontrar amargura y sinceridad en una declaración de despedida, y más si está hecha tras lograr el título liguero con el añadido del MVP de la final. Pero así es, así ha sido, Matjaz Smodis, tan genial dentro de la pista como libre, contestatario y peleón fuera de ella.


Sin dejarse seducir por los cantos de sirena de un Boza Maljkovic que le había incluido en la primera preselección para el EuroBasket, uno de los mejores ala-pívots de la historia reciente en Europa escribía su última nota en un partido redondo donde sus 21 puntos, y sobre todo el momento en el que los conseguía, daban al Krka Novo Mesto su cuarta liga consecutiva. Cuatro títulos seguidos que mantienen la llama de la esperanza en los que aún creen en los pequeños proyectos, en los pueblos y ciudades de basket donde este deporte se sigue sintiendo como propio. Apunta a la Euroliga, esa obcecada en sumar a Londres, en premiar a Berlín o Milano, y que suspira por que los jeques se arrimen también a su particular París, mientras muy cerquita, el Nanterre, otro club de barrio, hace historia.


No caigamos tampoco en elogios a arcadias perdidas porque desde un rincón de Eslovenia, Matjaz Smodis acabó siendo parte de la historia de la competición levantándola hasta tres veces y participando en hasta siete de sus Final Four. Recordando el reciente cumpleaños de Mr. Robert Zimmerman, hay que tener presente que hubo un día en el que Smodis también apostó por electrificar su mensaje, aunque sólo sea para poner en perspectiva lo que ha sido su gira de despedida.





Cuentan algunos clásicos que un equipo ha de construirse con un base y un pívot, pero el perpetuo devenir de nuestro baloncesto persiste en su idea de cambio y ante el ahogo de los espacios, en especial a este lado del charco, es la de '4' la que quizás sea la posición más importante para entender el actual estado de las cosas. Y ahí, como '4' abierto, ahondó su leyenda un esloveno de aspecto fiero y físico siempre cercano al exceso. Triplista abierto y pasador desde el poste alto pero capaz de mezclar y de mostrarse duro en la pintura a diferencia de otros coetáneos. Y así a medio camino, Smodis fue encontrando su sitio casi al estilo de aquel artista del trapecio que dibujara Kafka (“…había organizado su vida de tal manera -primero por afán profesional de perfección, después por costumbre que se había hecho tiránica”).


Un sitio que le llevó de Novo Mesto a las dos aceras de Bolonia y de ahí a Moscú, donde acabaría siendo el primer capitán extranjero en la historia del club rojo. Eran los tiempos de las grandes giras y los conciertos multitudinarios, de los grandes pabellones y los grandes partidos, el lugar donde la traicionera espalda le acabaría apartando antes de tiempo. La espalda, la gran espina clavada quizás junto a la ausencia de medallas en la selección absoluta, o quizás ligado. Porque en el fondo Eslovenia nunca tuvo la culpa de las grandes expectativas que ante ella se formaban y no por su escasa población, sino por su sempiterno rosario de ausencias. La excepción fue 2009, el sitio y el momento idóneos, pero en el último partido de preparación caía Beno Udrih y ya en la primera fase Goran Dragic y el propio Matjaz. Y aún así, aquel equipo sólo caería en la prórroga de la semifinal, víctima de un Teodosic magistral. Quizá aquel fue el último tren, y sin duda fue el inicio del calvario que se prolongaría dos años más en la capital rusa.


Todo olía a retirada, pero acercándose a casa Smodis decidía jugar un año más en un Cedevita al que daría su primer título antes de que una lesión le apartará de nuevo de las pistas. Se anunció su retirada, pero el alma del viejo músico quiso dar una nueva gira, una en clubes pequeños en rincones conocidos para regalar sus notas a sus primeros fans, a sus amigos, a aquellos adictos a sus triples y a su garra. Y así fue, de menos a más hasta ese último vals, ese último concierto que le despedía triunfal. Puede que no hubiera un Scorsese grabando, pero en su último saludo en el escenario, Matjaz Smodis volvía a demostrar que como la banda de Levon Helm era todo un referente. Claro que si injusto sería calificar a The Band como el grupo que acompañó a Bob Dylan o limitarse a recordar “The last Waltz”, el Smodis que finalmente reía con Lipko, la mascota del próximo EuroBasket, también tuvo sus “Rock of ages” o su “Before the flood” en una carrera que merece la pena recordar de una manera un poco más fría.





Nacido el 13 de diciembre de 1979 en la pequeña localidad de Trbolvije, Matjaz se traslada a los pocos meses de edad a Novo Mesto, la ciudad natal de su madre y lugar donde toma contacto por primera vez con el mundo del baloncesto. Aunque en un principio donde realmente destaca es como lanzador de peso, llegando incluso a varias finales a nivel nacional, con apenas 10 años es captado por Slavko Senicar para su escuela de basket, vinculada al Krka Novo Mesto.


A partir de ese momento su carrera es fulminante y con poco más de 15 años debuta en primera división. Con ciertos problemas de peso pero con una actitud excelente, Smodis va subiendo su jerarquía en un equipo en el que pronto se convierte en una referencia destacando por su capacidad de mezclar el juego en el poste bajo con el tiro exterior. Poco a poco el equipo va creciendo y en la temporada 97/98 con la llegada del triple campeón de Europa Ivo Nakic, el Krka certifica su clasificación para jugar en Europa.





'Rambo' Smodis



Ese mismo verano, Smodis, que había disputado algunos partidos clasificatorios tanto en junior como en sub 22, debuta con la selección en un gran torneo participando en el Europeo sub 20 de Trapani. Con jugadores como Lakovic, Brezec, Hafnar o Maravic, Eslovenia debuta derrotando a Israel por 74-63 con 19 puntos y 7 rebotes de Smodis. Con números similares de Matjaz se suman nuevas victorias ante Lituania (Songaila, Kaukenas, Javtokas…) y Letonia. Sin embargo en los últimos minutos ante los bálticos y tras sumar 20 tantos y 12 rebotes Smodis sufre una torcedura de rodilla que le hace perderse el resto del torneo. Pese a su ausencia, Eslovenia consigue plantarse en la final, donde los 37 puntos de Rakocevic sentencian el oro a favor de Yugoslavia.





Superada la lesión, la temporada 98/99 comienza con resultados irregulares a nivel de conjunto pero con sensaciones ilusionantes para un Smodis que debuta en Europa anotando 15 puntos… que son sólo el principio del primer gran año de un Matjaz Smodis que en la visita al Hapoel Galil (Kozikaro, Jamie Arnold, Cizmic…) contribuye a la victoria del Krka con 29 puntos y 7 rebotes. En enero, la irregular marcha liguera provoca la llegada al banquillo de Ivan Sunara, que desde un principio apuesta por Matjaz como referencia clara del equipo. Individualmente, Smodis es seleccionado para un All Star donde es elegido MVP, y se mantiene en el Top 3 de los máximos anotadores de la competición, mostrando además unos porcentajes de tiro extraordinarios. La aventura europea tiene su fin en la eliminatoria ante un Barcelona a la postre campeón y al que nuestro protagonista endosa en la ida 24 tantos.


Un par de semanas después del All Star, la carrera del de Trbolvije da un nuevo paso adelante con su debut en la selección absoluta. En Charleroi, dentro de un partido de clasificación para el EuroBasket de Francia, Smodis suma en su debut 21 puntos superando a la Bélgica de Struelens por 72-76. Tres días más tarde, en su segundo partido como internacional, Matjaz se va hasta los 26 tantos siendo clave en el triunfo ante Bulgaria que certifica el pase de Eslovenia a la fase final del EuroBasket, liderando su grupo por encima de Grecia y Alemania.


Tras quedar apeados en Europa por el Barcelona y ser terceros en la competición liguera, Smodis es llamado para formar parte de la selección eslovena que competirá en el EuroBasket de Francia, aunque su verano comienza marcado por la polémica. Con ofertas de España e Italia, la norma que impide salir a los deportistas eslovenos hasta los 25 años parece encaminarle hacia el Olimpija Ljubljana, pero contra pronóstico el jugador decide permanecer un año más en su club de origen, desatando una fuerte discusión entre el club de la capital y el Novo Mesto.





Ya en Francia, Eslovenia debuta en el torneo cayendo claramente ante Rusia por 67-48 pese a los 19 puntos de un Smodis que al día siguiente se muestra imparable para con 27 tantos y 8 rebotes doblegar a España. El resto del torneo ya no será tan idílico, ya que unas molestias en su rodilla lastran su minutaje en pista y con él las opciones de una Eslovenia que deja escapar sus opciones de llegar a los cuartos de final, cayendo ante Israel por 1 punto y dejándose remontar ante Francia en la última jornada de la segunda fase.


La 99/00 arranca con el Krka de nuevo entre la élite de la liga eslovena y con Smodis yéndose por encima de los 20 tantos por noche, lo que acabarían por situarle como segundo máximo anotador de la temporada y de nuevo con unos porcentajes excelsos (62% en T2, 43% en triples y 82% desde el 4'60). En Europa, los de Novo Mesto llegan hasta los octavos de final de la Copa Saporta, donde caen ante el Adecco Milan con la ausencia en la ida de Smodis, víctima de un proceso gripal. Con todo, la segunda experiencia europea es de nuevo fructífera y Matjaz cierra su periplo con 19'7 puntos de media y actuaciones para el recuerdo, como los 33 puntos endosados al Sakalai.





Tras ausentarse unas semanas con permiso del club para probar en un campus de rookies en la NBA, Smodis regresa a tiempo de los play-off, donde tras superar los cuartos de final las semifinales deparan un cruce con el Olimpija Ljubljana. Seis veces campeón de la liga de Yugoslavia, el club capitalino había tiranizado la competición doméstica desde la independencia del país, hasta el punto de proclamarse campeón liguero en todas sus ediciones. Campeones de Copa ese mismo año y protagonistas de numerosas sorpresas europeas de la mano de un gran Sarunas Jasikevicius (7/7 en triples en la victoria en El Pireo), el Olimpija llega a la semifinal como claro favorito. Pese a los precedentes, la serie arranca marcada por la igualdad y por un tono defensivo que se le atraganta a un Olimpija que en el tramo final deja escapar 6 puntos de ventaja para caer por 73-74. Con el play-off al mejor de 3 partidos, el Krka tiene la oportunidad de voltear la historia en su terreno, y en otro partido brusco como pocos confirma la machada venciendo por 57-56. En la final, y de nuevo con el factor pista en contra, el Krka firmaba un 1-3 ante el Pivovarna Lasko, sumando así el primer título liguero de su historia.








Finalmente, tras varias reuniones la Federación da luz verde a la salida de Smodis del país (aún años después Vujacic llegaría a juicio por su pase a Udine) y opta por firmar por el Kinder de Bolonia que dirige un Ettore Messina empeñado en hacerse con sus servicios como una de las piezas claves en la reconstrucción de un equipo que viene de perder la final de la Copa Saporta ante el AEK de Atenas.


Tras perderse el primer partido de la temporada, Smodis debuta en la segunda jornada ante el Imola quedándose sin anotar, pero en su segundo partido contribuye con 11 tantos en la derrota ante el Udine. Evidentemente su protagonismo baja al estar rodeado de una colección de jugadores de primera fila, pero no obstante el esloveno firma unos interesantes 8'6 puntos con un 60% en tiros de dos y algo más del 40% en los triples. En cuanto a la Euroliga, donde debuta anotando 10 tantos al AEK, sus números son algo más modestos. Pero más allá de ellos Smodis pasa a ser pieza clave de un equipo que deslumbra por su juego… y por sus resultados. Ante el Scavolini, en la Copa, llega el primer triunfo del año, aunque el premio gordo llega en la recién creada Euroliga. Tras perder el partido inaugural ante el AEK, los de Messina se plantan en la final sin mayores apuros que los pasados en la eliminatoria de cuartos ante el Olimpija de Ljubljana. Frente a un TAU heroico, los italianos terminan por hacer valer su mayor profundidad y en el quinto encuentro suman la segunda Euroliga de su historia. Para rematar la gran temporada, en la final liguera repiten el resultado de la semifinal europea endosándole un 3-0 al rival vecino una Fortitudo incapaz de parar la avalancha blanquinegra.





La temporada siguiente parece empezar bajo los mismos cauces, con la Kinder sumando de nuevo el triunfo copero, ante el Siena en esta ocasión, y con la ilusión de albergar la Final Four como local. Sin embargo la temporada comienza a enrarecerse desembocando en una situación de tensión entre Messina y la directiva que parecen situar al técnico fuera de los banquillos. Pese a las divergencias ya notables, la Kinder consigue colarse en “su” Final Four, y tras deshacerse de la brillante Benetton de Mike D'Antoni en semifinales (90-82), parte como clara favorita en la final. Ya en el partido decisivo, Smodis encadena 13 puntos en el segundo cuarto disparando las diferencias hasta los 13 puntos, pero en el segundo periodo un Obradovic magistral coloca a Bodiroga como falso '4' y termina por llevarse la final asestando un golpe a una Kinder que no reacciona, lo que le lleva a caer en las semifinales ligueras ante una Benetton que se proclama campeona.





El verano resulta demoledor con infinidad de salidas, lo que redunda en una temporada para olvidar donde en lo personal Smodis se pierde la mitad del año, aunque luego firma sus mejores números en la Virtus, y en lo colectivo el equipo contempla el cese de Tanjevic , un caos tras otro y el mazazo final de su exclusión de la LEGA por el proceder del club en el 'affaire' Becirovic.


Con ofertas de media Europa, Smodis decide continuar en la ciudad enrolándose en el Skipper de Bolonia que dirige Jasmin Repesa. Tutelando a su joven compatriota Erazem Lorbek, Smodis forma parte de un conjunto dinámico y que practica un baloncesto rápido, alegre y preciosista. Pozzeco, Basile, Delfino… poco a poco la Fortitudo va labrándose un camino ganador en el que Matjaz es parte fundamental. A mitad de temporada el ala-pívot vive uno de sus momentos más emotivos al volver a la pista de un Novo Mesto dirigido por Petar Skansi que le recibe como un héroe.


Contra todo pronóstico, el equipo se cuela en la Final Four y tras una apasionante semifinal ante el Siena llega incluso a la final, donde un Maccabi arrollador no tiene piedad. En el ámbito doméstico el resultado se repite, sumando un nuevo subcampeonato en este caso ante el Siena de David Andersen


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La temporada siguiente las cosas no marchan tan bien a nivel continental, donde tras un triple empate con el Panathinaikos y el Baskonia, la Fortitudo dice adiós en el Top 16. A cambio las cosas en la LEGA sí sonríen a los de Bolonia, y tras vencer en el cuarto partido de las semifinales a la Lottomatica (62-63 con 19 tantos de Smodis), el Skipper repite final por segundo año consecutivo, y esta vez lo hace con el factor pista a favor. En formato alterno, los tres primeros partidos tienen sino local, pero en el cuarto, y de la manera más emocionante posible (recurriendo incluso al Instant replay), la Fortitudo consigue alzarse con el segundo título de su historia (el anterior databa del 2000 con Recalcati en el banco, con un equipo liderado por Myers, Fucka, Karnisovas, Basile, Jaric o Vrankovic.





Tras sumar su segundo scudetto, Smodis decide aceptar la oferta del CSKA para volver a encontrarse con Ettore Messina. Tras tres derrotas consecutivas en la Final Four, los moscovitas dibujaban un proyecto de plantilla más corta pero más experimentada, donde el técnico italiano encontraba tres apoyos bien conocidos: un David Andersen que ya había llegado la temporada anterior y sus dos fichajes, Trajan Langdon y Matjaz Smodis, con el claro objetivo de llevarse la Euroliga.


Sin embargo las cosas no comienzan como se esperaba, y tras anotar sus dos primeros intentos de canasta Smodis tiene que retirarse por un problema en un tobillo tras sólo cuatro minutos disputados en la Euroliga. En ese debut, el CSKA termina perdiendo por 69-74 y cae de nuevo en la segunda jornada ante el Panathinaikos, retomando la senda de la victoria en la tercera jornada coincidiendo con la vuelta del ala-pívot esloveno. Con todo, el mayor contratiempo llega a mitad de temporada con la grave lesión de un David Andersen que deja al equipo cojo para el resto de la temporada, lo que lleva a la contratación de Thomas Van Der Spiegel (ex compañero de Matjaz en la Fortitudo).


Poco después llega el primer reto de la temporada, y con él el primer éxito, ya que el CSKA logra el título copero imponiéndose al Khimki por 79-76 con 24 tantos de un Smodis que es elegido MVP. En la Euroliga, y sin hacer mucho ruido, el CSKA muestra una solidez sin parangón y sin mucho ruido se cuela en la Final Four de Praga.


Ya en la bella ciudad bohemia, el CSKA arranca las semifinales a remolque de un Barcelona más enchufado pero poco a poco va limando diferencias hasta acabar llevándose el partido con Matjaz como gran referente (17 puntos y 12 rebotes). La final se plantea como el choque de estilos entre un Maccabi que viene de ganar las dos últimas ediciones y un conjunto de Messina menos espectacular, pero que termina llevándose el gato al agua por 73-69. Como colofón, en la final liguera un 3-0 al Khimki confirma al CSKA como el equipo del año.





Con ese buena dinámica, Smodis opta por volver a la selección eslovena para disputar el EuroBasket de 2007, donde pese a lo limitado de la plantilla el conjunto de Ales Pipan sorprende por su orden defensivo consiguiendo pasar a la segunda fase de manera invicta.





En la segunda fase 22 tantos del propio Matjaz confirman el pase a cuartos, donde una enorme remontada griega aleja a Eslovenia de la lucha por las semifinales, aunque al menos en la repesca el conjunto verde logra su objetivo de clasificarse para el Preolímpico.


La 206/07 vuelve a resultar una temporada espléndida, en la que sólo la Euroliga se le resiste al CSKA tras caer en Atenas ante el Panathinaikos por 93-91 en una de las mejores finales de la reciente historia europea. Smodis, que anota 18 tantos en esa final, es elegido en el segundo mejor quinteto de la temporada. A nivel doméstico, el CSKA firma un nuevo doblete teniendo como rival al Unics de los hermanos Lavrinovic y Stombergas como rival. En la Copa, Smodis es el máximo anotador con 21 tantos, condición que repite en una final liguera donde promedia 20 puntos por noche.


Un año más tarde, el fichaje de Siskauskas parece completar un equipo poco menos que invencible, pero una nueva lesión aparta a Smodis varias semanas de las pistas de juego. Coincidiendo con su ausencia, el CSKA pierde la final copera ante el Khimki víctima de una exhibición de un Maciej Lampe poco menos que imparable.





Pese a la vuelta del esloveno, la marcha moscovita sigue siendo irregular y en el arranque del Top 16 sólo un milagroso triple de Langdon salva al CSKA de caer como local ante la Lottomatica.





Pasado el trance, en el inicio de los cuartos de final, la suerte no es la misma y una canasta ganadora de Lynn Greer obliga al CSKA a ganar en El Pireo si quiere devolver la serie a Moscú.





El Olympiacos arranca el segundo partido de la serie dominando claramente, hasta el punto de que cierra el primer cuarto con 12 puntos arriba. Pero a partir de ese momento la tripleta Siskauskas (20 puntos), Smodis (17) y Langdon (18) asume las riendas y dirige una autentica exhibición que una semana más tarde es ratificada en Moscú de manera contundente (81-56), para acceder a la Final Four de Madrid. Ya en la capital de España, el CSKA sobrevive a una dura semifinal ante el Baskonia para terminar sumando un nuevo título de Euroliga ante el Maccabi, con seis jugadores por encima de los 10 puntos: Holden, Papaloukas, Langdon, Siskauskas, Smodis (máximo reboteador del partido) y Andersen.





Tras la Final Four, el CSKA sella el pase a la final liguera imponiéndose en el tercer partido al Dinamo por 62-76 con Matjaz firmando 21 puntos y 7 rebotes. Dos días más tarde, arranca una final que ha de servir para vengar la final copera y que ya en su primer acto quede definida: 97-76 para el CSKA con 26 puntos de Smodis por 9 de un Lampe muy lejos del nivel copero, y primera piedra para un definitivo 3-0.


La 2008/09 llega marcada por la salida del club de David Andersen, para el que como sustituto llega un Erazem Lorbek que pasa a formar una pareja de lujo con Smodis. Colectivamente, el CSKA cae en las semis coperas ante el Unics y, lastrado por una horrible primera parte, en la final de la Euroliga ante el Panathinaikos, dejando como consuelo un nuevo triunfo liguero al derrotar al Khimki de nuevo por 3-0.





En verano, y dirigido por Jure Zdovc, Matjaz Smodis es elegido capitán de la selección eslovena que ha de afrontar el EuroBasket de Polonia, en lo que ha de marcar un punto de inflexión en su último tramo de carrera. En uno de los últimos amistosos, Smodis sufre un problema de espalda que acaba por limitar su presencia en Polonia a unos escasos minutos en la primera fase, lo cual circunscribe su labor a la de liderazgo de un grupo que de manera épica llega a acariciar las medallas.


Para Matjaz la espalda se vuelve un tormento que le obliga a pasar por el quirófano, y por consiguiente a perderse buena parte de la temporada, hasta el punto de que en Euroliga sólo disputa los dos partidos de la Final Four. La única satisfacción llega con un nuevo triunfo liguero.


Tras ausentarse de la selección en el Mundial, Smodis llega al inicio de esta última temporada a un gran nivel, visiblemente más delgado y fino en el tiro, pero tras un buen comienzo el club entra en problemas y la inestabilidad lleva a que se sucedan hasta tres entrenadores, empezando por un Vujosevic que paga el fracaso en la Euroliga. Por su parte Smodis, recuperado de la espalda, sufre distintos parones y su temporada se muestra de lo más irregular, con picos muy altos como en los meses de enero o abril junto a otros en los que cuenta con pocos minutos. Con todo, y pese a jugar con la nariz fracturada, Smodis cierra su etapa en el CSKA contribuyendo a un nuevo título liguero (16 puntos en el 2º partido de semis ante el Lokomotiv y 7 en cada uno de los dos últimos de la final).


El EuroBasket de Lituania supone a su vez la retirada de la primera línea, pasando a jugar a un Cedevita en el que alternando como 5 y dosificando los minutos, Smodis firma un año espectacular en el tiro. Por encima del 50% en triples en las cuatro competiciones en las que participa, el esloveno clava 5 para 27 puntos en la final de Copa llevándose el MVP y dando a los de Zagreb el primer título de su historia.


Tras un primer amago de retirada la vuelta a su Krka Novo Mesto, donde por cierto también llego a debutar su hermano Necj (http://www.nejcsmodis.com), hoy famoso por sus cuadros de temática siniestra y uno de los pintores más cotizados de Eslovenia, supone el último acto de grandeza con un nuevo MVP bajo el brazo.


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Artículo publicado por Iván Fernández

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