Increíble la selección. Ahora, a Cáceres! |
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Hola a todos!
Hace mucho que no escribo, estos últimos días han sido muy
complicados. Ya he vuelto a España tras los partidos con la selección y he
llegado a mi nuevo destino para este año, Cáceres, donde estoy muy a
gusto... Y madre mía, ¡qué calor!. Casi prefiero el frío y los pingüinos
de Islandia. Los entrenamientos así se hacen muy difíciles, pero bueno, ya
queda poco del verano.
Se acabó nuestra participacion con la selección y creo que
podemos estar contentos con nuestro rendimiento en estos 4 partidos.
Fallamos el último día contra Austria; si hubiéramos ganado ese encuentro
podríamos estar muy orgullosos de nosotros mismos. Ahora os cuento un poco
de nuestra andadura.
El primero tuvo lugar en Dinamarca. No habíamos disputado
muchos amistosos antes de empezar la competición y no sabíamos realmente
cuál sería nuestro nivel. Los primeros minutos fueron nefastos; íbamos
andando y jugando a un ritmo parecido a las 'pachangas' que se echan los
amigos los domingos por la tarde. Pedimos un tiempo muerto y decidimos que
ya que no somos el CSKA teníamos que jugar a lo que sabemos. ¡Desde
entonces no hemos parado! Creo que un 70-80% de nuestros tiros tienen
lugar en los primeros 10 segundos de posesión. Ganamos a los daneses sin
muchas dificultades, y eso nos dio mucha confianza y sobre todo una
identidad propia.
Así, afrontamos el segundo partido, contra Holanda, sabiendo
lo que teníamos que hacer. Realmente no lo habíamos preparado porque es
complicado hacerlo frente a un equipo que es más alto y fuerte, y a priori
mejor que el tuyo. El entrenador me dijo que intentara llevar el mismo
ritmo que en el anterior partido, que no pasaba nada si perdíamos balones
o tirábamos mal... Pues al descanso íbamos ganando de 28, y eso que
Holanda es un buen equipo con jugadores como Francisco Elson (Milwaukee
Bucks) y Henk Norel (DKV Joventut). En el segundo tiempo nos apretaron un
poco más pero aun así ganamos bastante fácil.
No sé si alguna vez me habia divertido jugando a baloncesto
así antes. Era como cuando tenías 12 años y salías a pasarlo bien. Y creo
que es muy desesperante jugar contra un equipo así, que le da igual todo.
Perder balones, fallar tiros, que tú metas... DA IGUAL. Sacamos rápido y
salimos corriendo. Es como echar una carrera de coches contra alguien a
quien no le importa estrellar su coche. El mejor ejemplo fue en este
partido contra Holanda; yo había perdido un par de balones seguidos y en
el siguiente ataque tuve la oportunidad de intentar un pase largo. Pensé
que ya que había perdido un par de balones seguidos sería mejor
tranquilizar las cosas un poco y buscar algo más seguro... pues el
entrenador me echó la bronca.
Para el siguiente partido viajamos a Montenegro, y como era de
esperar perdimos con bastante claridad. He defendido a muchos jugadores
durante mi carrera, pero defender a Pekovic es algo surrealista: el tio es
una montaña. La derrota no nos afectó, pero el viaje sí; fue muy largo y
además medio equipo se puso enfermo, incluido todo el quinteto titular.
Por eso no pudimos afrontar el partido contra Austria en nuestros mejores
condiciones. Nos faltó fuerza (yo ya veía estrellas en el segundo tiempo),
intentábamos jugar a nuestro ritmo pero es muy difícil cuando te cuesta
respirar. No quiero que suene como excusa, porque deberíamos haberlo hecho
mejor.
Así que al final hemos conseguido un balance de dos victorias
y dos derrotas, algo aceptable. El equipo es joven y el futuro promete. Ya
sabemos cómo tenemos que jugar para poder competir contra estos países, y
seguro que el año que viene llegamos con la misma confianza y seguridad
con la que acabamos.
Para mí ha sido una experiencia maravillosa, jugar a
baloncesto en su estado puro, sin reglas ni pensamientos... ¡hacías lo
primero que te venía a la cabeza!. Ahora me va a costar un poco adaptarme
otra vez al baloncesto europeo, donde se cuida cada detalle.
¡Gracias por acompañarme en esta aventura!
Pavel Ermolinskij