Un Cajasol metamórfico |
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Corren buenos tiempos para el conjunto cajista desde la llegada al banquillo de Joan Plaza. Las comparaciones de este equipo con la banda de años anteriores no ofrece dudas: ahora actúan como un equipo. Me gustaría pensar que el efecto Plaza aporta ese plus de ambición en los jugadores que el año pasado (y anteriores) no se veía en San Pablo, ni por supuesto fuera del pabellón sevillano.
El comienzo de temporada no fue para lanzar campanas al vuelo, pero había argumentos suficientes para ser más optimista. Los hechos dan la razón a Plaza, que recurre a las soluciones que en otra épocas se habrían antojado lógicas, y que por vaya usted a saber los motivos, no se había acatado hasta ahora: un base director, implicado, con cabeza y con regularidad; un exterior que anota desde el perímetro al menor descuido; unos interiores que defienden como cosacos y cumplen en ataque; y otras dos claves del equipo, como son Savanovic y Kirksay, de los que voy a hablar más detenidamente.
Dusko Savanovic llegó el curso pasado a la capital hispalense y suspendió todas las asignaturas. Ni en estado de forma, ni en actitud, ni en aptitud. De todas formas, Plaza debió conocerle y le gratificó con ese voto de confianza que le ha hecho explotar este año. Sin duda, la antítesis de la temporada pasada. Comprometido, cumplidor y útil. Útil en muchas facetas: defiende con ferocidad, ha desarrollado un juego al poste que no se veía en San Pablo desde la prehistoria, y ha mejorado espectacularmente su porcentaje en triples. Desde luego, nunca tendrá la velocidad o el salto de otros ala-pívots de su país natal, pero Savanovic trata de demostrar cada semana que al baloncesto también se juega con cabeza. Un acierto su permanencia en el equipo.
Y por otro lado,
Tariq Kirksay. El otrora objeto de deseo de Plaza para recalar en el Real Madrid está justificando ese interés blanco en su contratación. El alero francés se ha convertido en el Mr. Intangibles del equipo, un jugador que saca máximo partido a sus 199 centímtros para convertirse en el séptimo reboteador del campeonato de liga. Además, su envergadura y rapidez de brazos le sitúa como uno de los mejores ladrones ACB (2º), tras Ricky Rubio. Robos que vienen acompañados de contrataques y ventajas directas frente a los rivales. De aquí parten los buenos porcentajes de Calloway, Savanovic o Ellis. Es de agradecer que Cajasol haya encontrado por fin a esa perla del mercado en forma del Carlos Jiménez francés. Que se repita la suerte.
En realidad es injusto destacar a sólo dos jugadores cuando es el grupo el que está trabajando bien. Si no fuera por ello, sería imposible que Cajasol estuviera en la situación actual, 6º en liga con 5 victorias por 4 derrotas, por delante de teóricos candidatos a playoffs, como Gran Canaria, Fuenlabrada y por supuesto Unicaja.
El único punto negro, el período de aclimatación a la liga demasiado largo para Maurice Ager, llegado desde la NBA con la vitola de jugador atractivo para el espectáculo, y que lo único que ha atraído son números negativos de valoración. Sustituto de Asselin tras el Passport-Gate, todavía se le ve errático y desubicado en el ambiente del equipo. En la valoración acumulada lleva un montante de -3.3 puntos de media, digno de premio Gañán del Mes, sin ánimo de ofender. En fin, esperemos que el buen hacer de Plaza y la inercia positiva no sucumban al efecto Ager, y que la racha de triunfos continue.