La Pizarra del Entrenador
Criterios de ataque contra defensa en zona 2-3
Juan Carlos Sánchez  | 22.11.2008 - 00:00h.
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Juan Carlos Sánchez  | 22.11.2008 - 00:00h.



Dentro de los modelos defensivos en zona, es la zona 2-3 la más utilizada por los equipos a lo largo de la temporada; empleada por si misma, o bien bajo el modelo de zona 2-1-2 para proteger el poste alto. Ya tuvimos ocasión de estudiarla en cuanto a sus características básicas. Del mismo modo, también tuvimos ocasión de conocer una amplia serie de criterios técnicos comunes al ataque frente a los distintos tipos defensivos en zona.


A continuación, nos vamos a ocupar de analizar criterios específicos para el ataque de este modelo de defensa en zona 2-3, utilizado con mucha frecuencia. No obstante, resulta aconsejable comentar dos aspectos previos que debemos tener en cuenta:


- cada equipo a lo largo de la temporada trabaja una serie de sistemas o movimientos específicos, acorde a sus propias circunstancias. Como es evidente, nos vamos a ocupar de exponer criterios generales sobre los que poder construir los sistemas específicos, más que estos en si mismos.


- junto con los criterios específicos de ataque frente a la zona 2-3, son muchos los aspectos generales de ataque frente a defensa en zona los que son especialmente ilustrativos ante este modelo en zona. Vamos a analizar por separado cada uno de ellos para facilitar su comprensión.


- CRITERIOS GENERALES APLICABLES


Podemos recordar algunos criterios comunes o característicos de ataque frente a defensa en zona que son muy interesantes ante el supuesto de defensa en zona 2-3.


1) Es necesario una amplitud y correcta cobertura de espacios por parte de los jugadores de ataque. De este modo, se consigue 'abrir' la estructura de la defensa. En la práctica, es una dificultad propia de cualquier defensa; es decir, la mayor distancia entre los defensores genera mayores espacios ofensivos, lo que dificulta construir una defensa sólida.


2) Acorde con el régimen anterior, los atacantes ocupan los espacios creados entre dos defensores. De este modo, el atacante que recibe puede dividir con bote forzando atraer a ambos defensores a que cierren su ataque, de modo que ese desajuste le genera nuevas opciones de pase al atacante en situación de especial ventaja, interiores o de lanzamiento.


3) La apertura de la defensa, con mayor distancia entre sus miembros, debe ser acompañada de una circulación de balón rápida, procurando que este circule a ambas bandas mediante pases seguros en un corto espacio de tiempo, al mismo tiempo que se acompaña de pases interior-exterior en forma de triangulación. Con ello, se impide que la defensa se cierre o concentre espacios en una banda del ataque.


4) Una regla favorable frente a defensas en zona de cierto corte estático es la flexibilidad ofensiva en el intercambio de posiciones. Ello implica la posibilidad de que se generen emparejamientos 'descompensados' entre las características físicas del atacante y del defensor. Presenta como beneficios la incertidumbre y dudas defensiva que genera, al tiempo que se puede aprovechar la situación de ventaja a semejanza de la que ya se produce de forma habitual y comúnmente utilizada en defensa individual.


5) El contraataque sigue siendo un elemento primario muy eficaz, pues no genera el tiempo necesario para organizar la estructura defensiva en zona, al mismo tiempo que puede general una defectuosa construcción de la zona ante cualquier situación de falta de coordinación o concentración de algún defensor. Por este motivo, es frecuente en la actualidad que muchos entrenadores alternen distintos modelos de defensa, optando por situar defensa en zona tras canasta (pues el saque de fondo genera más tiempo para construir la defensa), mientras que tras rebote defensivo y salida rápida al contraataque se opta por defensa individual para evitar esos riesgos.


6) Aunque la defensa en zona 2-3 es especialmente sólida en posiciones interiores, con los jugadores de mayor envergadura ocupando posiciones cercanas al aro baja cierta consistencia, la ausencia de marca fija puede crear ciertos problemas a la hora de cerrar el rebote defensivo, por lo que es un error muy común renunciar a cargar el rebote ofensivo.


- CRITERIOS ESPECÍFICOS FRENTE A LA ZONA 2-3


La defensa en zona 2-3 tiende a ser clasificada como una zona de corte estático. No obstante, es evidente que no es esta una cualidad absoluta. Sólo a modo de ejemplo, podemos ver la tendencia a cerrarse para protegerse cuando el balón se encuentra en el poste alto. Otro caso evidente es el desplazamiento hacia una banda cuando el balón se encuentra en ella y no circula con suficiente celeridad.


Existen algunos principios o reglas básicas muy comunes a la hora de construir sistemas de ataque frente a la zona 2-3, y que pasamos a analizar a continuación.


1) La zona 2-3 es un modelo de defensa en zona 'par', por lo que el sistema ofensivo adecuado se ajusta a un modelo de ataque 'impar', como es, por ejemplo, el ataque 1-2-2. Con ello, se pretende buscar cubrir huecos entre defensores, en los espacios entre los mismos.


2) Un aspecto muy importante de este ataque supone ocupar la espalda de la línea defensiva de 3 miembros. Se trata de posiciones cercanas al aro y, por tanto, espacios de riesgo. Además, estos jugadores quedan fuera de la línea visual de los defensores, lo que dificulta por tanto el control defensivo sobre sus movimientos. Además, y ya lo veremos más adelante, la distribución del juego desde el poste alto, presenta una clara línea de pase sobre los movimientos de estos jugadores, por lo que es un recurso muy bueno para ser explotado por un jugador con buena visión de juego desde el poste alto.


3) Un elemento que acostumbra a tener cierto éxito cuando es explotado es el hecho de explotar el espacio frontal que ocupa la cabecera de la defensa. Ese espacio frontal tiene cierta amplitud cuya tarea defensiva corresponde fundamentalmente a los dos defensores más rápidos del equipo. Esta situación genera dos situaciones que deben ser analizadas:


- en la actualidad, es frecuente que los equipos cuenten con un jugador interior con un buen lanzamiento de tres puntos y cierta capacidad de lectura del juego. A esta situación hay que unir el hecho de que la defensa de los exteriores siga en muchas ocasiones parámetros propios de la defensa individual. Por este motivo, es frecuente que el jugador interior acuda al bloqueo directo en la cabeza de la defensa, para continuar hacia el exterior, gozando de cierto espacio para el lanzamiento frontal de 3 puntos, sobre el que cuenta con un porcentaje de acierto elevado.


- ese espacio frontal también es un espacio especialmente amplio si 3 atacantes lo ocupan con rigor. Crean una situación de 3 atacantes frente a 2 defensores que puede ser muy bien explotada si se circula el balón de forma rápida y ampliando el espacio del juego. Esta situación ha creado ciertos problemas en las defensas de manera que en la actualidad algunos equipos trabajan una defensa en tándem de su pareja exterior, de manera que ante una situación crítica de desventaja exterior como la que hemos señalado, el jugador interior del lado de la ayuda (el 3 o el 4 en función del caso), 'rompe' esa formación 2-3 para acudir al exterior (los interiores le relevan en su posición), hasta que el tándem exterior logra recuperar la posición defensiva.


4) Al igual que ocurre con la posición o estructura defensiva, la formación ofensiva también guarda en su origen una posición simétrica. Además, es muy aconsejable que sea así al comienzo del ataque, pues un primer objetivo es buscar una defensa abierta, con suficiente distancia entre los defensores, para facilitar espacios ofensivos. Pero esta situación simétrica puede alterarse durante el desarrollo del ataque para explotar un espacio concreto en esa defensa; es decir, sobrecargando un espacio de la defensa con mayor número de atacantes que de defensores. Para ello, es frecuente que los equipos realicen un estudio previo sobre la forma del rival de ejecutar la defensa, para poder construir los movimientos necesarios para sobrecargar un espacio con garantías, pues son movimientos diseñados o trabajados a priori.


5) Y no podemos olvidarnos del juego ofensivo sobre el poste alto. La explotación de este espacio es un recurso ofensivo tan ventajoso ante la zona 2-3 que la propia zona evoluciona hacia un modelo de zona 2-1-2 para paliar al menos a priori ese punto vulnerable. Si el balón llega a esa posición la defensa se encuentra en una situación delicada y tiende a cerrarse. Por tanto, y con independencia del momento en que se encuentre el ataque, siempre resulta adecuado buscar llevar el balón a esa posición. Es más, en la actualidad muchos equipos tienden a comenzar la defensa bajo el dibujo de 1-1-3, evitando que el ataque encuentre desde el inicio un espacio en el poste alto, y forzando la circulación hacia una de las bandas; momento en el que recupera de inmediato el esquema de zona 2-3. Esta situación genera en el atacante que ocupa el poste alto algunas posibilidades relevantes:


- si la defensa 2-3 mantiene ese esquema de origen, es muy probable que el pívot que ocupa la posición central en la línea de 3 se 'hunda' demasiado, y genere demasiado espacio para el poste alto. Si a eso le unimos la sobrecarga de trabajo que se requiere en la pareja defensiva exterior, hace que el atacante que ocupe el poste alto tenga cierto margen de tiempo con el disponer de un lanzamiento de 5 metros cómodo. Progresivamente esta situación es solucionada adelantando el juego del pívot que ocupa la posición central, bajo un dibujo más adaptado al esquema 2-1-2.


- un segundo elemento ofensivo, eficaz en ambos esquemas tanto de 2-3 como de 2-1-2 es la distribución del juego desde el poste alto. Si el pívot se hunde,genera espacio y tiempo para el pase más amplio, mientras que el modelo 2-1-2 genera oportunidades de pase interior. Ya vimos como un recurso ofensivo interesante ante este modelo defensivo es el juego de los atacantes por detrás de la línea defensiva de 3 jugadores. Se mueven sin que puedan ser seguidos con facilidad por los defensores, no así ocurre con el atacante del poste alto con balón, que tiene una visión clara de sus movimientos; situación muy interesante para un buen pasador.




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Artículo publicado por Juan Carlos Sánchez

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