Noche tras noche, partido a partido, Stephen Curry deslumbra por cada cancha de baloncesto que pisa. Hay excepciones, como en el partido de hace unas semanas ante Chicago, en el que se quedó en 2 de 10 en tiros de campo, pero la tónica habitual es lo contrario.

El base de Golden State Warriors está promediando 23.8 puntos por partido esta temporada mientras firma un excelso 41,6% en tiros de tres puntos. Como All-Star de la NBA, Curry es uno de los grandes motivos por los que su equipo está en playoffs, pero Curry tiene también otro equipo.

El jugador de 25 años estará este verano con Estados Unidos, selección con la que ganó el Mundial FIBA 2010 en Turquía, y tiene todas las opciones para revalidar el título este verano en la Copa del Mundo. En la fase de grupos, Estados Unidos jugará en Bilbao contra Finlandia, Turquía, Ucrania, República Dominicana y Nueva Zelanda, y quiere repetir lo vivido hace cuatro años.

“Espero estar en España. Tengo buenos recuerdos del 2010 en Estambul. Fui afortunado de estar en el equipo USA y ganar el oro en el campeonato”, comenta.

Curry ha vivido momentos muy especiales a nivel deportivo, desde ver a su padre, Dell, jugar en los Charlotte Hornets a pasar por la Universidad de Davidson y jugar bajo las órdenes de Bob McKillop, miembro de la familia de USA Basketball. Sus espectaculares actuaciones con Golden State Warriors, que lo escogieron con el número 7 del draft de 2009, han dado a Curry y los Warriors muchas emociones que vivir.

A pesar de contar con sólo con una temporada de experiencia en la NBA, Estados Unidos no dudó en incluir en el Mundial de Turquía. En aquel momento era un buen jugador, pero ahora su dimensión ha aumentado diametralmente a niveles de superestrella.

“Soy mejor jugador de lo que era en el pasado, un poco más maduro, más experimentado. Por eso espero poder ayudar al equipo y darles lo necesario para ganar el campeonato”, comenta.

¿Qué significa para Curry vestir la camiseta de USA? “Es un sentimiento increíble. En cualquier momento que la vistes es el mayor honor. Ir por todo el mundo y tener éxito en tu misión de ganar el oro es algo mágico y algo por lo que sacrificarse”.

Haber jugado a nivel internacional ha dado a Curry una perspectiva más grande del juego. “Me ayudó un montón porque te abre la mente de distintos estilos de juego, ves otro tipo de jugadores que normalmente no encuentras en la NBA. Todos tienen talento y al final es una experiencia enriquecedora porque te mides a los mejores del mundo lo más motivados posibles porque desean hacer sentir orgulloso a tu país”.