Los de Laso, que llegaron perdiendo al último cuarto ante el Unics Kazán, hicieron un trabajo coral para lograr una sufridísima victoria a domicilio.

Una canasta in extremis de Sergio Llull dio la victoria. El Real Madrid logró el primer triunfo a domicilio en Euroliga y lo hizo en la exigente cancha del Unics Kazán. El sufrido trabajo coral de sus jugadores y el chispazo final del base menorquín, al que no tembló el pulso, les dio el éxito. Al final, 75-76 para los blancos.

Era la primera salida en Euroliga y Laso quiso poner en cancha a Nocioni junto a Bourousis de inicio para abrir el campo y para, en la medida de lo posible, dinamizar el juego y dar un arreón. Un parcial 2-8, propiciado por los triples de Rudy y Maciulis, parecía darle la razón. Pero los fallos en tiros relativamente fáciles en la zona y algún apagón defensivo permitieron al Kazán igualar el electrónico (8-8) en los inicios del juego.

La salida de Reyes y de Mejri, que se iría al segundo período como máximo anotador con 6 puntos, insufló aire fresco a los madridistas. Al final, del acto, una ligera ventaja de 16-19; renta que los blancos supieron administrar y ampliar durante los siete primeros minutos del segundo parcial pero que dilapidaron en los últimos instantes.

Con Reyes enrachado, que además de capturar cada rebote, se convirtió en asistente de los suyos en la pintura, y con Mejri que seguía sumando, los de Laso llegaron a mandar por 11 (20-31).
Pero ese parcial 4-12 que tanta razón parecía dar a los blancos quedó roto por White y pareció animar a los suyos, que encadenaron una serie de acciones acertadas en ataque para llevar el marcador a 31-35. Lo mejor del Madrid, el dominio en rebote ofensivo y saber aprovechar todas las pérdidas de balón de los locales.

Langford salió a la segunda parte enchufado, avisó con un triple y mantuvo su actitud combativa y su muñeca atinada durante todo tercer cuarto, algo que hizo a los suyos se agarrasen al partido. Con Bourousis actuando como referencia y Rudy haciendo de todo, los blancos no lograban despegarse en el marcador. El bajo acierto en tiro de 2 y la cantidad de fallos desde el 6,75 castigaron a los madridistas y beneficiaron a los kazanos, que se fueron al último cuarto perdiendo por un punto (56-55).

La falta de sosiego llevó al Madrid a seguir cometiendo fallos. Eso unido a que Langford se había propuesto ser el verdugo, terminó de desesperar al conjunto madridista. Ayón intentó enmendar el resultado, de un Madrid que iba abajo en el marcador. Pero fue Nocioni, a falta de 55 segundos, el que logró poner las tablas en el marcador 72-72. Dos faltas a Maciulis y Llull, que sólo anotaron uno de sus tiros libres cada uno, puso a los de Laso con 72-74 con 13,9 segundos para el final y posesión para los locales, que se la fiaron a White, que anotó un triple 75-74.

Al Madrid le quedaban 7,7 segundos y los aprovechó Sergio Llull, al que no tembló el pulso para anotar nuevamente la canasta de la victoria.

Unics Kazan 75 (16+15+25+19): Jerrells (7), Langford (23), White (13), Kaimakoglou (9) y Sokolov (4) -cinco inicial--; Zisis (7), Bykov (0), Likhodey (0), Panin (0), Sanikidze (6) y Fischer (6).

Real Madrid 76 (19+16+20+21): Llull (7), Fernández (10), Maciulis (7), Nocioni (9) y Bourousis (9) -cinco inicial-; Rodríguez (6), Carroll (2), Rivers (2), Ayón (10), Reyes (6) y Mejri (8).