El alero serbio, autor de 28 puntos, lideró el formidable acierto exterior de Unicaja Málaga. La actitud visitante castigó el conformismo de Valencia Basket durante buena parte del choque. Ni siquiera el oficio de Van Rossom (15 tantos y 7 asistencias) evitó que los andaluces se hicieran con un triunfo merecido. Los de Casimiro tendrán la oportunidad de cerrar la eliminatoria en el Carpena.

La dinámica al alza de Valencia Basket se impuso en los primeros compases de juego. Sam Van Rossom abanderó el ataque local en mitad de un ritmo vertiginoso; la circulación de balón del belga propició espacios en el perímetro para San Emeterio y Sastre (12-4).

San Emeterio en busca del aro (Fuente: BasketMe / Juanjo Ripollés)

El cuadro cajista no tardaría en regresar al encuentro gracias a la dirección de Jaime Fernández y a la lucha por el rebote ofensivo. La irrupción en pista de Shermadini y dos dianas consecutivas de Waczynski voltearon el marcador de manera inmediata (23-25). El triple sobre la bocina de Kyle Wiltjer zanjó el periodo inicial con ventaja foránea (27-30).

Guillem Vives mantuvo entonces el intercambio de golpes con 9 puntos consecutivos. Por parte malagueña, era Carlos Suárez el que predecía el carrusel desde más allá del arco.  El partido se había convertido en una fabulosa demostración de baloncesto ofensivo (36-36).

La exigencia física y las defensas alternas de Luis Casimiro, zona 2-3 incluida, fueron mermando la capacidad anotadora de ambos equipos. En ese escenario, la paciencia de Van Rossom inventó un parcial de 7-0. No iría más allá. Jaime Fernández asumió de nuevo el control de las operaciones (5 asistencias) y redujo la distancia antes de alcanzar el túnel de vestuarios (43-40).

Imperial Milosavljevic (Fuente: ACB Photo / J.M. Casares)

La reanudación fue testigo del despegue definitivo de Dragan Milosavljevic (29 créditos de valoración). Su relación con Alberto Díaz se convirtió en una amenaza perpetua (52-57). El serbio encadenó 5 canastas en el 6.75 y trazó la ruta hacia la victoria. 19 puntos de una tacada; imperial (58-65).

La estrategia de Jaume Ponsarnau buscó y encontró los mejores minutos de Will Thomas en la pintura (12 tantos). Esta vez, su talento no sería suficiente. El de Baltimore contuvo la hemorragia a la espera del cuarto final (60-65).

A la extraordinaria actuación de Milosavljevic (11 de 12 en tiros de campo), se sumó la puntería de Waczynski en la larga distancia (60-72). Entre los dos dibujaron el portentoso porcentaje de Unicaja en la línea de tres puntos (16 de 33, 48%). Con Will Thomas en el banco, la energía taronja parecía sucumbir ante la fe enemiga. Esta vez, la afrenta malagueña no tenía que ver con el peso de la historia, si no con la necesidad de demostrar de unos y otros.

Cantasta de Fernández (Fuente: BasketMe / Juanjo Ripollés)

El conjunto anfitrión avanzó la línea defensiva y conquistó 4 recuperaciones a modo de esperanza (71-79). La distancia, sin embargo, seguía siendo eterna. El quinteto de Los Guindos se agarró al triunfo encarando el camino directo hacia el aro y controlando los últimos coletazos ofensivos de Valencia Basket (78-85).

Los jugadores de Luis Casimiro, ya lejos del sueño europeo, acarician cierta clemencia en el Playoff. Tras recuperar el factor cancha, el Martín Carpena promete ser una fiesta el próximo domingo. Una oportunidad inesperada para regresar a las semifinales de la Liga Endesa.