A las puertas del gran fin de fiesta de la LEB Oro 2018-19 en Miribilla, Salva Arco (Bruesa GBC 2008) y Oscar Quintana (Lucentum Alicante 2009) nos ayudan a recordar los dos precedentes de Final Four con una plaza de ascenso en juego, que se jugaron hace ya una década en Cáceres y Fuenlabrada respectivamente..

La de este fin de semana en Miribilla será la tercera `final four` de la historia de la LEB Oro, que ya vivió dos fiestas inolvidables con este formado -siendo aún sólo LEB- como cierre de las temporadas 2007-08 y 2008-09, que se saldaron con un extraordinario éxito deportivo, social y mediático que a buen seguro se va a repetir en las próximas horas en el coliseo bilbaíno.

A la cita en Cáceres 2008 llegaron el Bruesa GBC que dirigía Pablo Laso, como gran favorito, Tenerife Rural, Leche Rio Breogán y Alicante Costa Blanca. En una jornada de semifinales apasionante, los tinerfeños sorprendieron al Alicante, que había acabado la liga regular en segunda posición sólo por detrás del CAI Zaragoza (79-78) y el Bruesa GBC acabó superando al Leche Rio Breogán (83-72). La gran final con el premio del ascenso fue un espectáculo, plena de tensión, pero también buen baloncesto, que sólo se resolvió a falta de 4 segundos para el bocinazo final: Isaac López anotó uno de dos tiros libres, pero el rebote se lo llevó Ricardo Uriz, quien sentenció el 81-76 final desde la línea.

La plantilla del Bruesa GBC 2007-08 la formaron Salva Arco, Bernard Hopkins, Ricardo Uriz, Andy Panko, Oliver Arteaga, Isaac López, Ross Schraeder, David Doblas, Lelton Brown y Carlos Andrade.

Un año después, en Fuenlabrada 2009, el Lucentum consiguió a la segunda su objetivo. De Cáceres repitió también el Tenerife, y completaron el cuadro un sorprendente Los Barrios -séptimo en la liga regular, que en el playoff de cuartos eliminó al Breogán- y el decano Melilla. En semifinales, el Lucentum superó a los gaditanos por un ajustado 84-81 y los melillenses al Tenerife por un también apretado 91-87. En la final, el Lucentum hizo valer su experiencia (72-66), con 21 puntos de Rejón y otros tantos de Hill. Un ascenso que se celebró a lo grande horas después en Alicante.

La plantilla del ascenso del Lucentum, al mando de Óscar Quintana, la formaron Berni Hernández, Carlos Cazorla, Guillermo Rejón, Pedro Llompart, Txemi Urtasun, Martynas Andriuskevicius, Jorge García, Kyle Hill, Axel Weigand, Taylor Coppenrath y Alfonso Sánchez.

Salva Arco: "Un calendario partido a partido..."

Salva Arco destaca lógicamente que "una `final four` se vive con mucha presión, no te puedes permitir un día malo porque quedas fuera del objetivo, y además sabes que no va a haber partidos en los que uno gane de 20 como puede pasar en un playoff. Además, en Cáceres a nosotros se nos consideraba favoritos pero la verdad es que llegamos cuatro equipazos". El entonces base del Bruesa GBC recuerda "algo que me marcó. Antes de los últimos partidos de la temporada, Pablo Laso colgó en el vestuario una especia de calendario, y cada vez que pasábamos un partido, arrancábamos una hoja. Fue una forma de que todos fuéramos conscientes de que aquello iba de partido en partido..." Los donostiarras jugaron la semifinal contra el Breogán "sabiendo que el Tenerife había ganado, pero no podíamos pensar en ello porque si no ganábamos nosotros no había final", y Arco recuerda por supuesto las últimas acciones de la final "el rebote de Ricardo Uriz tras un tiro libre". Y el éxtasis del ascenso, claro.

Quintana: "Baloncesto elevado a la enésima potencia"

Oscar Quintana, el entrenador del Lucentum 2009, rememora que "a una `final four` se acude siempre con mucha ilusión, pero también con la presión de jugártelo todo en sólo dos partidos. Aunque parezca una perogrullada, todo lo focalizas más que nunca en el primer partido. Y contra Los Barrios supimos controlar el ritmo y sobre todo las emociones". El técnico cántabro recuerda también que "nosotros la jugamos con mucha presión porque se nos daba como favoritos, pero no habíamos conseguido el ascenso directo", y que a la final no sólo acudieron aficionados sino "también muchos representantes institucionales, lo que añadió más presión si cabe. Pero supimos estar centrados, conseguimos una clara ventaja inicial, y aunque al final se acercaron, fuimos capaces de controlarlo". Resultado al margen, Quintana también destaca que "una `final four` es siempre una fiesta, una concentración de baloncesto elevada a la enésima potencia. Aunque claro, si te la estás jugando la disfrutas menos que todos los demás..."