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La Esquina de Sunara (Cuartos, I): Miedo, por Iván Fernández
Iván Fernández  | 16.09.2015 - 01:51h.
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Tras ocho partidos en dos días, la primera jornada de descanso en Lille dejaba una sensación de mono que un servidor se encargaba de mitigar con una más que interesante visita a la cercana Gante. Ese pequeño impasse, parecía dibujar por momentos un nuevo torneo, una final a ocho al más puro estilo copero sin mayor pasado. Para acrecentar la sensación de desasosiego, una pequeña visita a la iglesia de san Nicolás deparaba un encuentro en su interior con José Luis Sáez y José Antonio Montero quien sabe si poniendo una vela para frenar a Spanoulis o simplemente matando el tiempo.

 


“Sólo me dan miedo las monjas, el agua y los niños.” ("Miedo", Los Enemigos)


Por suerte, a las 18:30 la normalidad volvía a ocupar el centro con un España-Grecia lleno de matices, intenso por momentos, brillante otros y resuelto finalmente por España por menos margen en el marcador que en las sensaciones. Y es que, por mucho que se analice o por mucho que se estudie a un equipo, nunca hay que subestimar el componente psicológico. Ese mismo que en el inicio de partido y en el final atenazaba a una Grecia quizás equivocada en su referente. Amo y señor de la Euroliga, Spanoulis mantenía los galones por un encima de un Antetokounmpo competitivo hasta lo emocionante. Un poco como aquel viejo debate entre la categoría de Bodiroga y Kirilenko que en buena parte obviaba el que hubiera sido del ruso de haber desarrollado su carrera íntegra en Europa. Pajas mentales aparte, Grecia vivía en definitiva una nueva eliminación ante una España que por encima de otras consideraciones es hoy más que nunca la de Gasol, la de Pau Gasol. Y es que en estos años, en esta racha de semifinales, en partidos decisivos, España sabe lo que es ser derrotada por Francia (3 veces), Lituania, Italia, Yugoslavia, Serbia, Alemania, Rusia o USA... pero nunca por Grecia. Respeto, falta de valentía... o en el fondo una buena dosis de miedo. El peso de la camiseta, el hambre y mil cuestiones etéreas propias de un juntaletras como el que esto escribe pero que ayudan a entender algo que trasciende lo vivido hoy en Lille.



El arranque de partido traía a una Grecia conservadora optando por la vía intermedia y cerrándose para no sufrir la ira gasolina. Dos triples de Llull castigaban cierta pasividad helena aunque el partido tendía a una fase de toma de contacto. En uno de sus problemas habituales, Grecia no encontraba soluciones de tiro exterior y en ataque la posición de Antetokounmpo como tres le restaba libertad. Con Katsikaris buscando ventajas más teóricas que reales (el de los Bucks perdía la bola en sus dos intentos de meter a Rudy al poste) España comenzaba a respirar. Una vía de aire que en el segundo cuarto tomaba cariz de grieta, ante la eterna debilidad en el pick and roll, excelentemente explotada en esta ocasión por un Sergio Rodríguez muy conectado a Pau Gasol. Printezis abría la pista, pero sus puntos generaban un daño controlado mientras su equipo no terminaba de encomendarse ni a Anteto ni a Spanoulis. Con todo, la falta de ritmo de partido dejaba en el aire cierta sensación de sospecha sobre el dominio de una España cómoda pero aun lejos de ser el rodillo de su mejores días.


El inicio de la segunda parte confirmaba las sospechas y los amantes del torneo por encima de colores, salíamos ganando con una Grecia desatada que se metía en el partido con la cara contraria a la mostrada en la primera parte. Agresiva y valiente atrás, con cambios defensivos y Antetokounmpo de punta de lanza en la cabeza en la zona, y además con ritmo en la transición. Por momentos España parecía desconcertada, pero la clarividencia ofensiva de Pau Gasol, valga la redundancia aguantaba a los de Scariolo en el partido esperando explotar en el último cuarto la incomprensiblemente menguada rotación griega. Siempre a rebufo, Katsikaris movía ficha para colocar al jugador de los Bucks como cuatro, ante lo cual el italiano reaccionaba liberando a Mirotic con Perperoglou y dejando a Claver con el feo. Un Claver de nuevo extraordinario en lo suyo y de nuevo decisivo en los mejores momentos de una España a la que costaba demasiado cerrar el partido... pero que encara su novena semifinal consecutiva a la estela ya de la apisonadora soviética de los años 50-60.


Miedo en Grecia, ¿Miedo en Francia? La respuesta rápida sería la del No. Los triunfos de 2013 y 2014 apuntaban en esa dirección pero no conviene olvidar la prórroga del primero sin Pau, Navarro o nacionalizado o la falta de presión en el segundo para un cuadro galo sin Parker o De Colo... no acaba Francia de rodar al ritmo esperado, quizás por buena planificación o quizás porque no es oro todo lo que reluce. La presión del anfitrión (por mucho Orenga en el banquillo, muy posiblemente la España del año pasado hubiera sido medalla jugando fuera de casa), las ganas de revancha hispanas, las ausencias de Diot o Ajinca, el hecho de que Parker nunca haya ganado a Pau Gasol en el ámbito FIBA. En definitiva una semifinal de quilates, con un entrenador crecido como Scariolo frente a otro propenso a los ataques de conservadurismo y todo con el pase a Rio en juego. Antes de eso, Francia certificaba su pase a su tercera semifinal consecutiva tras otro partido de menos a más y esfuerzos defensivos dosificados. Atascada ante la zona de Bagatskis, sólo el gran tramo final de la primera parte del mejor Parker del torneo despertaba a un equipo de Collet solvente pero con menos dinamita de la esperada en el banco y menor brillo que en ocasiones anteriores de su trío principal. De Letonia, debilidad personal como ya apuntábamos en la guía previa del torneo, poco que añadir a un partido digno y un torneo con un par de ligeros borrones pero que confirma su llegada al siguiente nivel. Queda ahora rearmarse y pelear por al menos una victoria en los dos próximos partidos. Un triunfo a buen seguro caro, pero que abriría las puertas del Preolímpico. Con un año más de rodaje y la posible vuelta de Porzingis, Silins, Davis Bertans o Selakojvs sin duda sería más que un premio para ir de vacaciones...






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