Contra-análisis |
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No, no se trata de ningún caso de doping. Simplemente es que he querido esperar unos días para hacer mis reflexiones sobre el reciente Mundobasket sin dejarme llevar por la vorágine y jugando con la ventaja de haber leído muchos análisis de terceros. Espero con ello evitar “que los árboles me tapen el bosque”.
Perspectiva
Para comenzar creo que hay que tener una visión más global de lo sucedido. Veníamos de un cuatrienio que “ni los más optimistas del lugar” podían haber esperado. Probablemente ello hizo pensar que ganar era fácil. Pero ganar siempre es difícil, y más cuando los campeonatos se resuelven en rondas a partido único.
Desgraciadamente, como en tantas otras cosas en la vida, no se constata el valor de lo conseguido hasta que se deja de tener.
“El partido”
Pese a todos los aspectos extra, no hubiesen corrido ríos de tinta analizando todo lo analizable si no se hubiese perdido el cruce de cuartos de final. Como ya había dicho en mi último artículo, había varios equipos que podían ganarnos, incluso jugando nosotros correctamente. Serbia era uno de ellos. Y España no jugó un mal partido en ataque, pero la defensa no estuvo al nivel necesario a esas alturas de campeonato. La Selección demostró carácter y no dio su brazo a torcer pese a estar varias veces con el agua al cuello. El inicio del tercer cuarto (cuando se defendió como en las grandes ocasiones) hizo concebir esperanzas. Pero cuando el nivel defensivo bajó, el partido volvió a ser cómodo para los serbios. El que sólo contemplemos la opción de que España perdió el partido (y no que Serbia lo ganó) es una señal de soberbia que bien haríamos en erradicar.
“La jugada”
Juzgar a toro pasado es siempre lo más sencillo. Sabiendo que la opción escogida salió mal, es absolutamente gratuito decir que la contraria era la buena. En cualquier caso, hay algo que no es discutible: hacer falta no le garantizaba a España la última posesión, simplemente le otorgaba la siguiente. Porque había una alta probabilidad de que los serbios devolviesen la falta de forma inmediata, con lo que volvíamos a donde estábamos. Personalmente, si alguien me hubiese asegurado que el ataque serbio terminaría con un tiro de 9 metros, hubiese dicho que prohibido hacer falta. Pasó lo que pasó y así Teodosic pudo volver a pisar Serbia (imaginaos que le hubiese podido pasar entre sus paisanos si pierden el partido porque se la juega desde 9 metros).
El campeonato
Ha sido un flojo campeonato, en eso creo que hay consenso general. Las altas expectativas generadas provocaron una importante presión sobre el equipo, la cual se tradujo en ansiedad sobre la pista. La ausencia de Pau no es un elemento a considerar para valorar el rendimiento de este equipo (ya se sabía que no jugaría desde antes del inicio) pero la lesión de Calderón sí que afectó a la estructura al llegar en el último momento. Ambas circunstancias provocaron que determinados jugadores hubiesen de dar uno (o dos) pasos adelante, lo cual parece que excepto Rudy no consiguieron. Juntamente con nuestro inferior nivel en defensa respecto los años anteriores me parecen las claves de no haber conseguido un resultado mejor.
Pese a no haber estado brillantes, el cruce de cuartos contra Serbia determina los análisis. En los años anteriores (excepto en Japón) tampoco habíamos brillado en la primera fase y nadie lo recordó cuando hubo un éxito al final. El querer focalizar el debate sobre el entrenador creo que es erróneo (como casi siempre).
¿Fin de ciclo?
Me parece ofensivo que se pueda ni siquiera insinuar. En el baloncesto actual, la edad de nuestros jugadores clave es la de la madurez (25-30 años). El que diga eso, que lo acompañe señalando a quien hay que “retirar”. Que los jugadores más veteranos dejen paso a la entrada de otros jóvenes me parece el proceso natural, no un fin de ciclo. Cuando he escuchado ese comentario, me pregunto ¿en qué punto del “ciclo” están Kobe Bryant (32), Nowitzki (32) o Steve Nash (36)?. No he oído a nadie decir que están acabados por su edad. Otro tema diferente es que habiendo competición cada año, alguno de los “clásicos” necesite un verano de regeneración.
Nos tenían ganas
El baloncesto ha sido durante los últimos años un referente de éxito. Ello ha generado muchas envidias en otros ámbitos y ha hecho que nos salten a la yugular cuando han tenido ocasión. Yo, personalmente, no les voy a seguir el juego.
Aunque siempre se ha de analizar lo sucedido (también cuando se acaba triunfando) me parece que no hay que confundirlo con buscar responsables a cualquier precio. Parafraseando a los paisanos de nuestro seleccionador, me mantendré lejos de aquella filosofía del “Piove?, porco governo!”. Pasemos página de este mundial y preparémonos a vibrar con la apasionante temporada ACB que tenemos por delante.