Fede Van Lacke
Cábalas, ritos, supersticiones, manías...
La extraña tradición de llevar una pata de conejo en el bolsillo para atraer a la suerte no resulta tan extraña si damos algunos ejemplos de lo que son capaces algunos jugadores de baloncesto para tener un buen partido…… Tomar un café 3 horas antes, no mirarse al espejo con la camiseta de juego, atarse las zapatillas luego de la charla del entrenador y siempre, siempre, la bolsa de la ropa cerrada!!!
Es muy común escuchar en el ambiente deportivo, frases como: ¿Dónde están las vendas que uso siempre y mis muñequeras?, “Tengo que entrar pisando con el pié derecho”, “Dios…sólo te pido que ganemos”, etc. Todos los deportistas profesionales tienen algo de supersticiosos aunque algunos muchas veces se pasan de la raya.
Sin ir más lejos, un ex compañero de equipo (no diré nombres para preservar el anonimato y posible estrangulamiento al revelar dicha información) tenía la extraña manía de no pisar ninguna línea cuando entraba en calor. Esto dicho así suena sencillo, siempre y cuando el campo no tenga dibujadas las líneas de la cancha de vóley, las de balonmano, las de fútbol sala etc, etc, más que entrar en calor parecía que estaba en un campo minado… y al final terminaba calentando en el circulo central, como perro buscándose la cola!!
Pero, ¿Por qué creemos en las supersticiones? Pues esa es una pregunta que no puedo contestar… si bien nos consideramos seres racionales, necesitamos apoyarnos en creencias bastas y robustas carentes de toda lógica; y lo que hoy considerábamos infalible para ganar, mañana pierde su poder místico por lo que necesitamos buscar una nueva cábala… hablando claro: los “calcetines” que hoy nos ayudaron a ganar un partido, mañana hacen que perdamos de 20, por lo cual, tiramos los calcetines a la basura y creemos que si damos 3 vueltas al banco, nos ponemos la muñequera en el otro brazo o nos atamos los cordones 4 segundos antes de empezar el partido vamos a conseguir un resultado extraordinario.
También hay que decir que las cábalas o rituales de la suerte forman tanto parte de la vida de un deportista como del cuerpo técnico y las aficiones. Por ejemplo, hay muchos técnicos que según hayan ganado o perdido, hacen cambiar el reparto de las habitaciones del equipo en los desplazamientos; hay fisioterapeutas que tienen la extraña manía de vendar primero el pie izquierdo del jugador y luego el derecho… para terminar con buen pie, supongo?
Por otro lado, los periodistas fanáticos también se unen: leí en algún foro o blog que un periodista de Zaragoza, cuando se jugaba fuera de casa, solía darse un paseo por la ciudad vistiendo la camiseta del CAI, esto suponía más suerte para el equipo….y por lo visto lo ha conseguido!
Y que podemos decir de los aficionados…más de uno, cuando el partido está muy disputado, se tapa el rostro para no mirar lanzamientos claves (mi mujer es una de esas). En conclusión, con esto de las cábalas no se salva nadie…y creo que eso es lo guay del deporte… todos se involucran en el afán del éxito y de alguna manera tratan de aportar la suerte que muchas veces es aleatoria y caprichosa. Pero esto no termina aquí, porque no todos los baloncestistas poseen el mismo nivel de fanatismo supersticioso…. hay distintos tipos de “cabuleros”:
Por un lado esta el neurótico: su rendimiento depende exclusivamente de su cábala, ejemplo: utilizar los mismos calcetines en las finales y ¿Qué sucede si se los olvida? O bien, envía a alguien en busca de su tesoro de poder o ya sabe que le va a ir mal… Y realmente, al estar tan convencido de esto, seguramente le irá muy mal.
Luego está el supersticioso victima: es aquel que responsabiliza a su amuleto por el mal partido que ha hecho. En vez de recapacitar y ver que la valoración negativa es por los 12 triples errados y no por culpa del pobre utilero por haberle lavado la camiseta de la suerte.
También está el “cabulero” aprovechador: en este caso podemos citar la cábala de un jugador americano, que la noche antes de cada partido debía visitar un club de alterne, la pregunta es….manía o excusa???
El cabulero repetitivo: es aquel que realiza una y otra vez su rito, hasta el cansancio! Aquí tenemos un claro ejemplo de un gran jugador, Jason Kidd. A la hora de lanzar los tiros libres, luego de recibir la pelota por parte del árbitro, la hace picar un par de veces y luego le tira un beso al aro. Y al fin lanza sus tiros…¿Cuántas veces puede llegar a hacerlo en un partido? En resumen, podría citar cientas y cientas de manías, aunque la más habitual y común de muchos jugadores, en la cual me incluyo personalmente es realizar la misma rutina el día del partido: levantarse a una hora determinada, comer la misma comida, tomar x tiempo de siesta, rezar, afeitarse, depilarse las piernas, beber una bebida energética, entrar con el pie derecho al campo, vendarse los tobillos antes que sus compañeros, estrenar calcetines, etc.
Creo que las cábalas por más individuales y raras que sean tienen su parte positiva; ayudan al jugador a estar concentrado el día del partido y complementan la vida del deportista… hasta el mismísimo Michael Jordan llevaba el pantalón de North Carolina debajo del pantalón de los Bulls y sin ir más lejos la gran estrella del Real Madrid, Louis Bullock, ha comentado en entrevistas que siempre durante el calentamiento previo al partido no choca a sus compañeros la mano derecha, siempre lo hace con la izquierda, ya que es diestro y su mano derecha no la puede tocar nadie!!
Pero si bien es probable que un equipo gane algún partido “por suerte” o “por merito de las cábalas”, la historia nos dice que nadie sale campeón o pierde la categoría por tener buena o mala suerte, sino porque la piedra angular de la institución (dirigentes, cuerpo técnico, jugadores y aficionados) es lo suficientemente fuerte para sostener cualquier reto...
Igualmente por las dudas…sigo haciendo mis cábalas!!!!!