Raza blanca tirador
Víctimas de las advanced stats
Hace unos meses ya dedicamos el blog a hablar de los avances en el apartado de estadísticas a partir del MIT Sloan. Han llegado para quedarse. E incluso para apoderarse de todo, sin hacer prisioneros. No hay que abusar de ellas porque nos podemos volver locos justificando cosas muy raras, pero sí podemos señalar un par de cosillas que nunca volverán a ser lo mismo en el baloncesto yankee por culpa de esos chicos que tanto protagonismo están pillando y que empiezan a ser la pesadilla de jugadores y de algún entrenador: los stats guys.
Señalar con el dedo es feo. De mala educación. Incluso cuando es merecido. Eso hacen los stats guys. Analizan cada situación del juego y un montón de números y de repente te encuentras fuera de la rotación. ¡Pero si meto puntos y me fichasteis por eso! Sí, pero las estadísticas no mienten. O menos que otros factores.
Es el caso de Byron Mullens. Ya resultó un pelín extraño que tardara tanto en encontrar equipo. 10.6 puntos y 6.4 rebotes por partido la temporada pasada en los Bobcats para un pívot con buena mano y cierta alergia a la pintura. Y a un precio muy razonable. Pero si en la NBA actual resulta que tras cuatro temporadas en la liga firmas por menos de la mitad de lo que cobrabas a pesar de ser titular, mala señal. Hay gato encerrado y no es cosa de Schrödinger. Vale, no defiende demasiado y claro, apareció el chivato. Algún stats guy le contó al oído a Doc Rivers que si los Clippers no están defendiendo como se esperaba es por elementos como él. No es que sea malo, es que es el peor de la NBA y encajan 18 puntos más cuando aparece.
Ese mismo ayudante le diría que Collison, Crawford o Redick tampoco ayudan, pero son disimulables con los compañeros correctos. Mullens, no, imposible, así que a los 26 años ha visto bajar su sueldo y su rol marginal en el actual número u de Los Angeles (duele decirlo, cosas personales) no lo cambiará. En unos meses tendrá una player option para garantizarse un millón de dólares o tendrá que buscar un futuro distinto en algún equipo que no dé tanta importancia a las estadísticas. No lo tendrá fácil.
Jugadores como Mullens son víctimas de la entrada con fuerza de las estadísticas. No son casos únicos. Los entrenadores también han salido derrotados antes los stats guys. Después del último lockout hay cosas que no cambian, como los propietarios dispuestos a malbaratar su dinero sobrepagando estrellas que en realidad no lo son tanto. Cada verano tenemos ejemplos claros. Así que una forma de ahorrar es en los técnicos. Cada vez crece el convencimiento, con fundamento o no, que con un buen equipo de stats guys, no es tan importante a quién pongas delante. Gente joven, forjada en la cultura de las estadísticas es la tendencia de moda.
Así se entiende un poco mejor que el salario del los técnicos vaya en descenso palpable. Si un Spoelstra te hace campeón a los Heat dos años seguidos por tres millones por temporada o un Mark Jackson te convierte los Warriors en una sensación por dos, ¿por qué vas a gastar más? Lejos quedan los tiempos de los 11 kilos que iban a la cuenta corriente de Phil Jackson. Ahora los 7 de Doc Rivers y los 6 de Gregg Popovich lideran una lista que cuando se hace la suma total, cada año sale más baja. Por algún lado tenían que recortar las franquicias en tiempos de crisis.
No es raro ver a nueve entrenadores debutando en la 2013-2014, obviamente todos con sueldos bajos. En cambio, el último Coach of the Year, George Karl, está en el paro, con su relevo (Brian Shaw) sacándose la mitad que él (2 millones). Quinto en la votación quedó Lionel Hollins, que llevó a los Grizzlies de Marc Gasol a la final del Oeste... para verse en la calle. Ganaba tres y quería más, así que ahora tienen a David Joerger por sólo dos. Otros como Larry Brown, Jeff Van Gundy, Stan Van Gundy o Mike Dunleavy, con las filias y fobias que cada uno quiera aplicarles, también han desaparecido de la rueda. La era de los stats guys no deja lugar a prisioneros. O te adaptas o...