La NBA 2015-2016 ya está aquí. Hay mil guías y pronósticos así que no añadiré otra. Tampoco acierto nunca, así que mejor ahorrarse el ridículo. Enfocaremos la temporada de otra forma, mirando a los que en poco tiempo estarán tirándose de los pelos. Las grandes frases de la pretemporada se toparán muy pronto con la realidad y tendremos a estrellas mirando el calendario para calcular si falta mucho para que se acabe el suplicio. Son los frustrados inminentes.
Hay jugadores que no saben con los que se encontrarán. Habrá lesiones, bajos rendimientos inesperados y los mil factores que se encargan de machacar los pronósticos. Pero hay tres que aunque no lo digan ya saben lo que se les viene encima. El primero es Damian Lillard. El base aparecía sonriendo a principios de julio después de firmar la renovación por cinco años y 125 millones. Quién no lo haría. Y en el último partido de pretemporada se fue a los 39 puntos... en lo que será un clásico de la temporada. Ideal para fantasy, apuestas y similares, pero desesperación cuando mire los resultados. De los ilusionantes Blazers, cuyo margen de sorpresa murió con la grave lesión de Wes Matthews, apenas queda nada. Del cinco titular, sólo Lillard resiste. Adiós a LaMarcus Aldridge, Matthews, Nico Batum y Robin López. Así, el ROY 2013 tiene que confiar en la explosión, si las lesiones le dejan margen, de McCallum, la progresión de Plumlee, Crabee o Meyers Leonard, el buen hacer de Gerald Henderson, junto al impacto de algún rookie. Ni el fan más optimista de Portland espera que se acerquen a la zona de play-off, así que Lillard será tan rico como frustrado. Tiene que ir al All Star metiendo muchos puntos en un equipo perdedor? La polémica cuando se acerque el fin de semana de las estrellas cotiza a la baja en las casas de apuestas.
El segundo frustrado, y ya acumula experiencia, es Carmelo Anthony. Si las lesiones le dejan en paz, verá que la lenta reconstrucción de los Knicks juega contra su paciencia. Cobrará entre 22 y 28 millones cada año hasta el 2019 pero por segunda campaña consecutiva vivirá la experiencia de seguir los play-off por la tele. En New York no verán el desastre de la pasada campaña, pero más allá de ver cómo crece Porzingis en la NBA los alicientes están bajo mínimos. Que sí, que quizá explote por fin Derrick Williams, pero eso pasaría por cambiarle la mentalidad. Inviable. Ver a Calderón nunca molesta, pero se le verá tan frustrado como a Carmelo. De nuevo veremos espectadores con bolsas en la cabeza en el Madison.
El tercer frustrado es Kobe Bryant. Ningún agente libre de impacto ha elegido los Lakers. Previsible. Un puñado de jóvenes y una estrella en decadencia que casi no ha jugado en los dos últimos años. Y menudo carácter. No hay duda que D'Angelo Russell y Julius Randle tienen mucha calidad, pero son rookies. Cómo un Jordan Clarkson que tiene que mostrar el mismo nivel (o superior) con el que acabó la temporada... en una de las peores versiones de la historia de la franquicia. El resto son parches interesantes, como un Hibbert teóricamente motivado de nuevo después de la regresión de la pasada campaña o un suplente de calidad como Lou Williams. Aunque los jóvenes tuvieran un impacto brutal, los play-off quedan lejos, así que la frustración de un loco de la competitividad como Kobe está garantizada. Aunque su físico responda mejor de lo esperado en un cuerpo de 37 años que sale de dos lesiones graves.
El trío formado por Lillard, Carmelo y Kobe llevan la frustración inminente tatuada en la frente. No serán los únicos. Apuntemos otros nombres. Jahill Okafor viene de ganar la NCAA y aterriza en unos 76ers capaces de traspasar hasta al de las aguas entre derrota y derrota. Difícil asumir un cambio tan radical en poco tiempo. Que se lo pregunten a Christian Laettner. Bueno, la referencia es una excusa para recomendar el documental I hate Christian Laettner. Él pasó de dos títulos y cuatro Final Fours a los Wolves de Sidney Lowe.
Otro caso sería Dirk Nowitzki. La marcha atrás de DeAndre Jordan frustró el salto de calidad de los Mavs. Esperar al Deron Williams de los Jazz y no el más reciente en los Nets es pasarse de optimista y cómo volverá Matthews es otra incógnita a resolver. Equipo correcto que no aspira al título. Un tercer ejemplo sería Rajon Rondo. Si ya en la pretemporada está mostrando su versión postlesión grave sin esconder el carácter imposible de siempre... Las discusiones con George Karl ya han empezado y cuando lleguen las derrotas, a pesar que los Kings se han movido bastante bién en verano, será un cóctel explosivo.
Finalmente, sumaremos a Paul George a la lista de futuros frustrados. El esfuerzo de reciclarse a ala pívot, con el desgaste físico de enfrentarse cada noche a rivales con más kilos y ganas de aprovecharlos para descubrir que estos Pacers ya no aspiran al anillo como antes de romperse. Alguien añadiría un nombre más? Y no vale Kevin Love, que está claro que no tirará mucho más...