Un aspecto que ha marcado la cuarta ventana de clasificación africana para la Copa del Mundo 2023 hasta ahora ha sido la variedad y el talento de los jugadores. Excelentes manejadores de balón, reboteadores únicos y tiradores formidables se han presentado de diferentes formas, y la segunda jornada fue un claro ejemplo de la interminable variedad de estrellas que han pasado por Abidjan y Monastir, las dos ciudades anfitrionas de esta fase de la competición.
Cuando Angola necesitaba un pívot para enfrentarse al caboverdiano Walter Tavares, Jilson Bango hizo el trabajo que su equipo necesitaba, y el jugador de 23 años no brilló sólo defensivamente sino que cumplió su tarea con un esfuerzo admirable. En ataque, Bango fue una pesadilla para Cabo Verde, y sus 13 puntos y 7 rebotes en 29 minutos fueron fundamentales en el triunfo por 65-58 de los once veces campeones africanos.
Otro hombre que empieza a dar a conocer su nombre en los círculos del baloncesto africano es el escolta sursudanés Mareng Gatkuoth, que salió desde el banquillo para convertir 4 de sus 8 triples y terminar con 16 puntos en 18:15 minutos en su equipo.
Costa de Marfil se mantiene como único equipo invicto en las eliminatorias africanas (6-0), y Alexander Poythress se aseguró el sábado sumar su nombre a la nómina de los Elefantes tras aportar 25 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias y 38 de valoración.
¿Alguien puede hablar sobre el éxito de Egipto en las últimas dos ventanas de clasificación para la Copa del Mundo sin mencionar a Assem Marei? Probablemente no. Sus números en la victoria del sábado por 86-74 sobre Camerún hablan por sí solos.
Por último, el nigeriano Josh Okogie, olímpico en Tokio 2020, está haciendo su debut con Nigeria en suelo africano, y su exhibición el sábado fue toda una belleza.