Amigos de basketme.com, una vez más escribo sobre el equipo de mi ciudad y sobre su azarosa existencia. Y lo hago sin entender nada de nada, como siempre. Como suele decir mi tía Antonia, “esto es pa mear y no echar gota”. Tonto de mí, yo que pensé que el comunicado del 18 de julio del año pasado cerraba una etapa… No ha cerrado nada, no, más bien al contrario. Ha resultado un prólogo a un embolado que sigue complicándose, y que a los apasionados del baloncesto en Murcia nos sigue llenando de vergüenza. Para aclarar el contexto, os remito a un artículo anterior titulado “Gracias y desgracias”: http://www.basketme.com/2.0/opinion.php?id=210





Como digo, todo se complica y los que más lo sufren son los fieles aficionados del CB Murcia, esos entre los que me tengo que incluir. Ahora parece que ir al Palacio sólo nos sirve para “tomar pesambre”, como se dice en la huerta. Sin duda, el día del partido contra Estudiantes lo pasamos mal, y si yo personalmente no me levanté y me fui a casa fue porque tengo un compromiso con esta Web. Es la primera vez en mi vida que he tenido el impulso de huir del Palacio (y ya llevo 21 años siguiendo al CB Murcia). No debería de ser así, al fin y al cabo esto es deporte, es una diversión… pero ese día no pude evitar pasarlo mal.





Hay quien no se da cuenta de ello, pero los que peor lo pasamos somos los que hemos estado, estamos y estaremos junto al equipo sin importar qué competición dispute (ACB o Primera Autonómica), quién lo gestione (Valverde, Polaris o Rita “la cantautora”), quién lo entrene (Hussein o el kiosquero de mi barrio) y quién juegue con su camiseta (Chris Thomas, Manolito Rollo o Pipi Calzaslargas). Nosotros, los aficionados, somos lo mejor que ha tenido, que tiene y que tendrá este club en su historia. Y ya hemos llegado a un punto en que no me gusta nada de lo que veo, o casi nada:





- No me gustan el alcalde de Murcia ni su concejal de deportes. Ellos no inventaron las subvenciones a los clubes deportivos locales, por mucho que las esgriman para demostrar un interés por el baloncesto que en realidad no tienen. Su actitud, sus hechos y sus palabras dejan claro que para ellos el CB Murcia es un problema con el que no tienen más remedio que convivir (de momento). No me gusta la incompetencia.





- No me gustan ni el presidente del club ni la sombra alargada de Polaris. No me divierte ver la espada de Damocles sobre la cabeza de mi equipo. No me gusta que una empresa no sea capaz de dejar un club que recibió de regalo, sin antes haber vendido su cadáver.





- No me gusta que los anteriores rectores del club, o la gente de su entorno, nos vengan con aquello de “ya lo dijimos nosotros”, o que critiquen a los aficionados que ahora protestan por la situación y que antes no protestaban. La afición no ha cometido más pecado que seguir junto al equipo sin importar quién lo maneje, y si la gente ahora protesta es porque lo que está en juego no es el futuro de unas personas concretas, sino el del propio club.





- No me gusta el entrenador actual, que ve cómo el equipo está roto y no es capaz de enderezar la nave ni de dejar que otro lo haga. No me gusta haber visto una plantilla buena como la que tuvo el CB Murcia el año pasado, jugando a no descender y sin ningún tipo de ambición. Bien que lo siento, pero el entrenador no ha sabido hacer de sus plantillas, equipos.





- No me gustan los jugadores que tensan la cuerda con egoísmo, que no entienden la parte de sentimiento y compromiso que lleva aparejada su profesión de baloncestista, que no hacen equipo y van por su cuenta. No me gustan aquellos jugadores del CB Murcia que no piensan en la gente que apoya a este club desde hace muchos años, desde antes incluso de que ellos pensaran en jugar al baloncesto.





- No me gustan los periodistas oportunistas, los que buscan carroña y eligen el peor momento para airearla. No me gusta que los que ignoran al CB Murcia acudan sólo cuando las cosas se ponen feas, y menos que los que no tienen ni idea de lo que es el baloncesto se crean en el derecho de pontificar sobre el tema.





- No me gustan los empresarios que no cumplen sus compromisos, sean verbales o escritos, y que dejan tirados a un club profesional de la mejor liga de Europa después de haber paseado el nombre de su empresa durante varios meses.





Con este panorama uno ya no sabe ni quién es el mayor enemigo, y eso es quizá lo peor. No sabemos de dónde nos viene el mayor peligro, si está en juego la permanencia en la ACB o la existencia misma del club al que hemos apoyado durante tantos años. No sabemos a quién beneficia hacer las cosas mal (si es que beneficia a alguien), y tampoco sabemos por dónde puede venir la solución. Pero lo que sí sabemos, y yo no tengo ninguna duda, es que en Murcia siempre habrá gente a la que le guste el baloncesto. Y siempre habrá gente que no perderá su ilusión por ponerse una bufanda rojiblanca al cuello y por ir al Palacio de los Deportes a animar al CB Murcia, juegue la liga que juegue. Os lo seguiré contando.