El pasado 10 de marzo tuve la oportunidad de asistir en directo a un encuentro de la emergente Chinese Basketball League (CBA) entre los Shanghai Sharks y los Nanjing Tongxi Monkey Kings. Pero antes de entrar en la experiencia del encuentro propiamente dicha, hagamos un inciso histórico.
La CBA se inauguró el año 1995 con la participación de doce equipos. El crecimiento inusitado del país también se ha dejado notar en el baloncesto, y en la actualidad la competición incluye hasta 20 equipos divididos en dos divisiones, la Norte y la Sur. Si bien durante sus primeros años la CBA no dejaba de ser una atracción menor comparada con las mejores ligas europeas, basta con echar un vistazo a la lista de extranjeros actuales para encontrarse con varios nombres conocidos, ya sea por pasado NBA o Euroliga: Luis Scola, Michael Beasley, Donatas Motiejunas, Aaron Jackson, Jimmer Fredette, Ty Lawson, Darius Adams, Brandon Paul, Macjej Lampe... Incluso en los banquillos nos encontramos conocidos como Gintaras Krapikas o ¡Juan Antonio Orenga!
Es probable que muchos de estos nombres hubieran acabado en Europa hace diez años, pero la bonanza económica china ha permitido que algunos equipos puedan competir incluso con los mejores conjuntos europeos. Al igual que en la ACB, cada equipo puede tener en nómina a dos extracomunitarios, siendo estos los que suelen llevar el peso del equipo. Basta echar un vistazo a la tabla de máximos anotadores para darse cuenta: Pierre Jackson, ex-jugador del Fenerbahçe, la lidera con cerca de 40 puntos por partido, pero cerca andan jugadores como Darius Adams o Fredette, que superan los 35 por noche. Antes tales cifras de anotación se hace necesario mencionar que, si bien los partidos se juegan bajo reglas FIBA, los cuartos son de 12 minutos, igual que la NBA.
Llegué al estadio con bastante antelación, cerca de una hora. La cancha de los Sharks tiene capacidad para unos 5.000 aficionados, y calculo que en este encuentro estaba más o menos a medio aforo. Está situada en una zona relativamente céntrica, bastante cerca de la estación de metro de Yuanshen Stadium (línea 6). No definiría el campo como el último grito en cuanto a pabellones, si bien las instalaciones estaban bien cuidadas y el acceso era razonablemente rápido pese a las medidas de seguridad.
Iba acompañado de una chica española que me había advertido del pasotismo de los aficionados locales en un evento tenístico, el Shanghai Masters, así que me temía lo peor en cuanto a ambiente. Nada más lejos de la realidad. El público estaba formado en general por gente joven y padres que venían con sus hijos. Prácticamente todos los allí presentes animaban con ganas y celebraban efusivamente las canastas de su equipo. Las entradas me costaron 180 yuanes cada una, lo cual viene a ser unos 24 euros, si bien había opciones más baratas. Revisando otros partidos, el precio depende de la calidad del rival, pero por unos 120 yuanes ya parece posible acceder a un encuentro. Además, alrededor del campo me ofrecieron repetidamente entradas en reventa, así que es posible que existan opciones incluso más baratas.
Entrando ya en el partido, queda claro ya desde el primer monento hasta qué punto la CBA bebe de la NBA: presentación de los equipos, cheerleaders, speaker para animar el cotarro e, incluso, ¡escuchan el himno nacional antes del encuentro! Como curiosidad, el speaker es un americano que habla un chino exquisito, a juzgar por las reacciones de los aficionados, y anima a los presentes a involucrarse en el encuentro. Por parte local, el equipo de los Shanghai Sharks dispone de Jimmer Fredette, la megaestrella universitaria que no acabó de cuajar en la NBA, junto al veterano internacional argentino Luis Scola, que no necesita presentación. Por el equipo visitante, los Nanjing Tonji Monkey Kings, destaca la presencia en el banquillo de Gintaras Krapikas, antiguo jugador del Zalgiris en los 80 y medalla de bronce con Lituania en 1992, Fue baja por lesión su máximo anotador, el escolta Joseph Young, que anota cerca de 37 (!) tantos por partido.
Dado que es un equipo que está actualmente entre los peores de la competición se esperaba un partido fácil para los locales. Sin embargo, los minutos iniciales depararon ventajas de casi dobles dígitos para los visitantes. Fredette no acababa de entrar en juego, mientras que en el otro lado el pívot Isaiah Austin causaba problemas por su altura y movilidad. Pese a ese buen inicio, los visitantes se deshacen pronto. La defensa zonal planteada por Krapikas se resquebrajó con los centímetros del pívot de 2.21 metros Zhang Zhaoxu y un Fredette que empezó a mostrar su mejor versión. El escolta americano, un dechado de talento técnico en un físico algo endeble para el más alto nivel, encadena varios aciertos desde el triple, yéndose hasta los 22 puntos al descanso, y con su equipo ya con una cómoda, si bien no decisiva, ventaja (54-41).
La sensación es que los visitantes habían dejado campar a Fredette a sus anchas con una zona algo pasiva, y estaban pagándolo caro. A ratos, los Shanghai Sharks parecían un one-man show, con Jimmer jugándose tiros a cada cual más inverosímil, pero lo cierto es que el ex de los Sacramento Kings dejaba sobradas muestras de su talento en cada acción, y los aficionados locales se volvían locos cada vez que tocaba el balón. No digamos ya cuando encadenó varios triples seguidos.
Durante el descanso y ante la sorpresa general, apareció Kevin Garnett en la cancha. El antiguo MVP de la NBA saluda al público y nos dedicó algunas palabras. Es importante resaltar que el baloncesto NBA mueve masas en China. Es probable que, por esa razón, varios jugadores de la competición americana hayan priorizado jugar en China antes que irse a Europa, de cara a promocionar su nombre en un mercado que sigue creciendo. Tenemos el ejemplo de Stephon Marbury, cuya carrera renació en China jugando en los Beijing Ducks tras salir por la puerta de atrás de la NBA.
Ya de vuelta al partido, la segunda parte empezó con las mismas sensaciones que había terminado la primera. Los Sharks encadenaron unos minutos en los que participó todo el mundo, con Fredette actuando como generador. Scola se rehizo de una floja primera parte mostrando sus infalibles semiganchos en las cercanías del aro, y los locales aumentaron la ventaja hasta los 30 puntos. Ya en el último cuarto se volvió un rato al Fredette-sistema, con el americano llegando hasta los 38 puntos con 10 triples de 16 intentos, y la sensación de que podrían haber sido muchos más de haberlo querido. El nivel de juego de los locales a ratos es muy bueno, si bien se hace difícil de juzgar por el flojo nivel de los rivales.
La sensación general es que el abismo existente entre la mayoría de jugadores chinos y los extranjeros es más o menos el que debía haber en las ligas europeas en los años 70 y 80. Esa es la asignatura pendiente para la CBA de cara a dar un salto cualitativo en nivel de juego. Al final, 110 a 78 para los Sharks.
Ya con el partido terminándose, intenté acercarme al banquillo de los Sharks para charlar con Luis Scola, pero no tuve éxito. En todo caso, la experiencia fue muy satisfactoria, con un ambiente baloncestístico agradable y unos aficionados involucrados en el encuentro. Curiosamente, al salir me di cuenta de que me había dejado mi mochila en el campo. Por suerte uno de los trabajadores del estadio hablaba un inglés muy decente, la localiza y se toma la molestia de llevármela a la salida.