Con tota una isla volcada de cara al partido más importante de su historia reciente, Javi Zamora y su cuerpo técnico han sabido aislar a su equipo durante la semana del carácter mediático de un encuentro que han preparado a fondo con la complicidad de Bintaufa y siguiendo su habitual ritmo de trabajo respecto al de cualquier otro encuentro como local. .

Habrá un título en juego sobre la pista y eso será lo único que diferencie la Final de la Copa LEB Plata de cualquier otro encuentro liguero en el Pavelló Menorca. O al menos así puede desprenderse del plan de trabajo planteado durante la semana por un Javi Zamora que ha tratado de otorgar a la semana un carácter de normalidad para que sus jugadores pudieran focalizar en el encuentro.

Así, en paralelo a las colas de aficionados para poder hacerse con una entrada, el conjunto balear ha seguido trabajando con la complicidad de las instalaciones de Bintaufa con un plan de trabajo adaptado a las necesidades del equipo.

Todo ello sin olvidar las molestias físicas de Edwin Jackson o teniendo en cuenta el proceso de adaptación de todo un recién llegado como Nikola Mi?kovi? quien ha tenido tiempo incluso para celebrar su 24 cumpleaños con el vestuario y junto a un Nacho Arroyo que alcanzó los 23.

De este modo, las sesiones de trabajo han ido alternándose con el trabajo específico de preparación del encuentro antes de que el equipo realizará ayer viernes su última sesión de trabajo táctico en el escenario de la Final.

Una oportunidad histórica, en compañía de los más cercanos

Y si no ha sido muy diferente la semana a cualquier otra, tampoco lo será el día de partido donde la plantilla del Hestia Menorca acudirá a Bintaufa a lo largo de la mañana para poder tener el último contacto con los aros.

Una instalación a la que llegarán de manera individual tras haber pasado la noche en sus respectivos domicilios y a la que regresarán a eso de las 18:00 h. para verse de nuevo las caras en el interior del vestuario.

Será allí donde la plantilla balear trace los últimos apuntes de cara a la disputa de un encuentro con el primer título oficial de su historia en juego. A partir de ahí, el postpartido estará inevitablemente marcado por lo que suceda sobre la pista.