Baron Davis: Made in America |
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Había una vez una base de 1,91 cm y 97 Kg que nació en la que, probablemente, es hoy en día la ciudad más glamourosa del planeta, Los Ángeles, en uno de los barrios más conflictivos de todo Estados Unidos.
En ese barrio pasó toda su infancia, y durante el tiempo que pasó allí Baron pudo descubrir con la ayuda de sus abuelos (sus padres habían muerto) que lo que veía a su alrededor no era lo que él quería ser. Allí Baron y todos los que vivían junto a él estaban en continuo peligro por culpa del tráfico de drogas, prostitución, carreras ilegales, peleas, atracos, tiroteos con la policía... Un panorama bastante desolador.
En su barrio Baron solía jugar mucho al baloncesto con sus amigos, a los que ganaba gracias a su talento innato para este deporte, algo que le ayudó para construirse una vida ya que pudo conseguir una beca de estudios para trasladarse a un colegio que le permitiera garantizar un futuro mejor para él y su familia, que estaba pasando por malos momentos. El instituto elegido fue el
Crossroads de las Artes y las Ciencias, donde también desarrolló otra de sus pasiones: el cine.
En esta etapa también comienza a competir en High School, mostrando unas habilidades tan buenas que le valieron para ser seleccionado en el McDonald's All-American Game de 1997, donde ganó el concurso de mates jugando además junto a estrellas de la NBA actuales como Elton Brand (Clippers) o Ron Artest (Sacramento). Al acabar el High School dio el salto a la NCAA con la Universidad de UCLA, y en los dos años que pasó allí consiguió un promedio de 13,6 puntos y 5,1 asistencias. En su primer año sufre una lesión al torcerse el ligamento cruzado anterior tras realizar un mate, pero milagrosamente se recupera para poder competir el año siguiente.
Tras unos años muy buenos en la NCAA es elegido en el NBA Draft de 1999 en el puesto número 3 por los Charlotte Hornets. En su año de 'rookie' jugó como tercer base, dando descanso a Eddie Jones y a David Wesley, pero en su segundo año ya fue titular en los 82 partidos de los Hornets, demostrando su valía para jugar en la NBA. Baron Davis guió a Charlotte a la segunda ronda de los play-offs un año tras otro, en el primero consiguiendo una victoria aplastante ante Miami Heat (2001) y el siguiente derrotando a Orlando Magic. El año de la mudanza del equipo a Nueva Orleáns Davis no consiguió meter a los Hornets en los play-offs, pero los siguientes dos años fueron eliminados en la primera ronda. Las lesiones golpearon a Davis con mucha recurrencia en New Orleáns, perdiéndose 115 partidos, pero a pesar de ello fue elegido para los All-Star Game de 2002 y 2004, formando también parte del tercer mejor quinteto en el 2004 y siendo máximo recuperador de balones en el mismo año.
El 14 de febrero de 2005 fue traspasado por los Hornets a los Golden State Warriors a cambio de Speedy Claxton y Dale Davis. El movimiento benefició mucho al equipo de San Francisco ya que junto al escolta Jason Richarson formaron uno de los mejores juegos exteriores de la liga. Pero dos temporadas después de su llegada y de su consagración como pieza importante en los esquemas de Don Nelson las lesiones vuelven a aparecer en su carrera, con una lesión en la rodilla que le obligó a pasar por el quirófano en la temporada 2006/2007.
A pesar de ello su equipo jugó los play offs, eliminando por 4-2 al cabeza de serie y al mejor equipo en ese momento de la competición, los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki. Así, el equipo tejano acabó convirtiéndose en el mayor fracaso de la historia de los play offs de los últimos años. Además, Davis hizo historia gracias a un mate a una mano por encima de Andrei Kirilenko en el partido contra Utah Jazz en semifinales de la Conferencia Este.
Este relato sobre Baron Davis pretende mostrar que "todo es posible en América". Desde su infancia, Baron Davis ha recorrido un largo camino comenzando en el barrio donde nació, rodeado de todo tipo de violencia callejera. Él mismo ha producido un documental sobre el tema, con su propia productora llamada Too Easy Entertaiment, bajo el nombre de "Made In America", y es que si algo es cierto en esta historia es que Baron debe dar gracias (además de a su talento y constante trabajo) a su carisma dentro y fuera de la cancha.
Por último, recomiendo leer el reportaje publicado sobre él en Basketme el pasado jueves 10 de abril: http://www.basketme.com/2.0/noticia.php?id=12654