La Copa de la Reina en Salamanca no fue una fiesta |
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Lunes 2 de Marzo, 16:00. Pabellón de la Fuente de San Luis. Ciudad Ros Casares comienza su primer entrenamiento de preparación para la Copa de la Reina. Sólo dos personas lo presencian desde la grada: un agente de jugadoras y quien escribe.
Tras una breve charla de Ismael Cantó en el centro de pista las jugadoras se disponen a comenzar el entrenamiento. Una jugadora coge un balón, lo bota y exclama: "Otra vez a Salamanca..." (juramento irreproducible). Ya presagiaba lo que iba a suceder.
La Copa de la Reina celebrada en Salamanca el pasado fin de semana dejó algunas cosas positivas (gran asistencia a los partidos, un nivel de juego de los más altos que recuerdo en una Copa, sorpresas y más emocíon de la esperada cuando hay un equipo tan superior al resto) pero el balance general no puede ser positivo cuando se producen incidentes tan desagradables en el pabellón y de manera reincidente entre aficionados de Salamanca, jugadoras del Ciudad Ros Casares de Valencia y directivos de ambos clubes.
Ni jugadoras, ni directivos, ni aficionados, sean del equipo que sean, pueden estar orgullosos de la imagen que dió el baloncesto femenino el pasado fin de semana en Salamanca, afortunadamente en este caso sin televisión de por medio y con mínima repercusión en los medios a nivel nacional.
No pretendo moralizar a nadie ni decir quienes fueron los buenos y los malos de la película, entre otras cosas porque no creo que los malos de la película empleen mucho tiempo en leer. La afición de Salamanca ha dado mucho que hablar. Unos dicen que es la mejor afición de España, otros matizan que sólo es la más numerosa.
Organizar la Copa de la Reina en Salamanca tiene sus pros y sus contras:
- Pros:
Garantiza más asistencia que cualquier otra ciudad y un ambiente copero en todos los partidos, no solamente cuando juega el equipo anfitrión como ha ocurrido en otras ciudades.
- Contras:
Un clima excesivamente hostil hacia el gran rival de Perfumerías Avenida (Ciudad Ros Casares) que excede la rivalidad deportiva y provoca situaciones tan desagradables como previsibles. Este ambiente hostil resulta incómodo no sólo para Ciudad Ros Casares y sus aficionados, sino también para los aficionados al baloncesto femenino en general que se desplazan hasta Salamanca para presenciar la Copa y que simplemente quieren disfrutar del baloncesto femenino.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad Local de Salamanca son excesivamente proteccionistas en este tipo de acontecimientos, rayando el abuso de autoridad.Mientras en cualquier otra ciudad española los visitantes pueden disfrutar de competiciones nacionales o internacionales de baloncesto con total normalidad, en Salamanca es frecuente encontrarse al "Josele" de turno o a un alto cargo de la Policía Local interpretando el papel de agente del FBI y convirtiendo el pabellón poco menos que en una prisión de alta seguridad.
Salamanca merecía la organización de la Copa de la Reina después de 7 años por su implicación con el baloncesto femenino pero también hay aspectos negativos importantes que si no se corrigen deben ser tenidos en cuenta por la FEB y las autoridades deportivas antes de que sea demasiado tarde para lamentarse. La Copa de la Reina debe ser la fiesta del baloncesto femenino español y esta Copa no fue una fiesta, al menos no fue la fiesta de todos.
En el aspecto estrictamente deportivo el protagonista de la Copa fue el Puig d´en Valls de Salamanca, perdón, de Ibiza. Tras vencer claramente al equipo local en cuartos de final y confirmar su buen momento en semifinales ante el Celta, tuteó en la final a Ros Casares hasta los últimos minutos en los que la mayor profundidad de banquillo marcó la diferencia a favor del mejor equipo de España. Tácticamente, Jordi Fernández le ganó claramente la partida a Ismael Cantó. ¿Tiene el mejor equipo de España al mejor entrenador de baloncesto femenino de España? Creo que la respuesta es evidente y quizá lo comente en posteriores artículos.
La gran decepción fue Perfumerías Avenida, que probablemente acusó el sobreesfuerzo realizado en la Euroliga y no llegó física ni mentalmente en buenas condiciones a esta Copa. Las críticas de un sector de la afición a J.I. Hernández me reafirman en la opinion, que ya comenté al comienzo de la temporada, de que tras tantos años su imagen está desgastada y quizá sea el momento para él y el club de comenzar un nuevo ciclo. Si habiendo clasificado al equipo para la final a 4 de la Euroliga se le critica por un mal partido, es previsible lo que ocurrirá cuando el equipo no haga heroicidades en Europa o si la hegemonía de Ros Casares en España se prolonga varios años más.
La victoria de Celta sobre Rivas en cuartos de final no la considero una sorpresa. Celta es un equipo capaz de lo mejor y de lo peor, lo cual le hace muy peligroso a un partido, mientras Rivas ha dejado dudas en el último mes y el fichaje de Riley ha sido un fiasco hasta el momento.
Esta Copa dejará en la memoria de los aficionados a Sancho Lyttle, Silvia Morales, Sandra Pirsic, Elsa Donaire, Shannon Johnson, Olga Podkovalnikova, Tracy Reid y un equipo plagado de estrellas en el que destacó el poderío físico y la efectividad de De Souza.
Pero lamentablemente, esta Copa de la Reina no fue una fiesta del baloncesto femenino.