Tributo a Wayman Tisdale |
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- El jugador de baloncesto: Como jugador de baloncesto, Wayman fue una auténtica estrella de la NCAA jugando con la universidad de Oklahoma; tres veces All-American, algo al alcance de muy pocos y el récord absoluto de puntos en dicha universidad. Con 2,06 m. y jugando de ala-pívot, fue campeón olímpico en Los Angeles '84 y nº 2 del draft de 1985.
Tres temporadas y media en Indiana Pacers, cinco y media en Sacramento Kings y tres en Phoenix Suns fueron su bagaje en la NBA. Sin duda su mejor etapa fue la de Sacramento, donde llegó a promediar más de 20 puntos por partido en dos temporadas, formando un gran dúo con Mitch Richmond.
- El músico: Wayman fue un enorme músico de Jazz que a medida que su carrera como deportista iba acercándose a su fin, iba reemplazándola de forma progresiva por la de músico, de manera que tras su retirada de las canchas en 1997, ya tenía dos discos publicados. Su primer disco (Power-forward) es de 1995, mientras que el último (Rebound) fue publicado en 2008, un tiempo después de haberle sido diagnosticado el cáncer.
Gran bajista de Jazz con muchas influencias del Funk, que llegó a ser nº 1 del Billboard en categoría de Jazz y que a lo largo de su carrera ha tocado con la mayoría de los mejores músicos de Jazz contemporáneo.
- El hombre: Amaba el baloncesto, pero la música era su primer amor y justo una semana después del día de su fallecimiento tenía previsto ir al estudio de grabación para preparar un futuro proyecto. Solo la muerte lo ha parado, ya que poco tiempo después de haberle sido amputada una pierna el año pasado por culpa del cáncer, apareció con su eterna sonrisa y con muchos proyectos musicales futuros. Se adaptó a la prótesis en apenas un mes, mientras que lo habitual es que se tarde varios meses y lo primero que hizo fue crear una fundación de ayuda a gente que también tuviera que necesitar prótesis de este tipo, ya que son muy caras y los seguros no las suelen cubrir.
Su muerte ha sido injusta en todos los sentidos. Yo siempre me quedaré con su sonrisa, la mayor de la historia del baloncesto junto con la de Magic Johnson e incuestionable transmisora de su gran alma y pasión por lo que hacía. No solo nos ha dejado un gran jugador de baloncesto y un gran músico de Jazz; también nos ha dejado una gran persona.
Descansa en paz hermano, tu música permanecerá por siempre en nuestros corazones y tu sonrisa también.
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