Análisis del Unicaja 2008/09 |
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Si nos planteamos el comienzo de un nuevo proyecto deportivo, éste siempre tiene como consecuencia el cambio de entrenador. La verdad es que nunca he considerado el cambio de técnico como 'conditio sine qua non' para empezar un nuevo proyecto, aunque la práctica casi diaria en el deporte español así lo exige. Otro elemento de similar relevancia es la importante renovación que sufre la plantilla.
Sin embargo, la realidad toma desde el inicio una perspectiva muy distinta. Sólo Dani Santiago abandona la plantilla como jugador relevante, mientras que a jugadores complementarios como Popovic y a Kus se les busca destino tratando de ahorrar parte del salario, pues aún tienen contrato en vigor una temporada más. Ante esta situación, pues las incorporaciones presentan un perfil medio, lejos de los jugadores 'franquicia', llamados a encabezar un nuevo proyecto. Ni Cook, ni Archibald ni la presumible e inminente contratación de Kelati suponen ilusión alguna para la afición. Es más, ni siquiera la incorporación de un técnico del prestigio de Aíto Gª Reneses ha servido para reforzar el trabajo realizado, en la medida en que, pese a ser su contratación un secreto a voces, aún no es posible realizar declaración oficial que lo confirme. Sin duda, un escudo menos que ampare los movimientos realizados. Y esa situación pesa mucho más cuando la sombra alargada y protectora de Sergio Scariolo amparaba para bien o para mal cualquier decisión deportiva que se tomase.
Resulta evidente que nombres como los citados no producen ilusión entre el aficionado, y más si tenemos en cuenta que a todos nos han confirmado el interés real que existió respecto de contrataciones tan atractivas como las de Mcintyre, Morris, Marc o Garbajosa. Sin duda alguna, tras estos movimientos, la realidad de los fichajes sabe a poco, y no termine por convencer al aficionado. No obstante, la lógica indica que la liberación presupuestaria con tan escasas salidas no ha generado una partida económica lo suficientemente generosa como para aspirar a jugadores con mayor caché.
Si nos centramos en el aspecto puramente deportivo, procede analizar la mano de los equipos dirigidos por Aíto. Su modelo de juego es conocido ya por todos y su sello se aprecia en poco tiempo (vease la selección española). En este sentido, su estilo de juego supone, por su intensidad, un desgaste que requiere de rotaciones constantes. Por tanto, debe presentar un roster lo suficientemente amplio para poner ese juego en práctica. En mi opinión, la construcción de nuestra plantilla sí que responde a esa necesidad pues cuenta con una rotación muy amplia.
En el aspecto defensivo, incorporamos un entrenador especialmente preocupado por esta labor del juego, que considera fundamental para poder construir un equipo sólido. En ese aspecto, conservamos la preocupación que ya presentaba Scariolo sobre esta labor. Existen semejanzas notables en ambos casos. Acostumbran a trabajar y utilizar con frecuencia defensas en zona. De este modo, además de la habitual zona 2-3, es frecuente que ambos entrenadores trabajen distintas modalidades de la zona 1-3-1.
Sin embargo, mientras el modelo de Scariolo es tácticamente muy desarrollado, planteado con la finalidad de agotar la posesión de 24 segundos del rival, el modelo defensivo de Aíto sigue otros criterios. Se trata de defensas más intensas, con
ayudas constantes, frecuentes cambios de hombre, 2x1 e incluso 3x1 predeterminados para obligar a soltar el balón con dificultad así como la agresividad en las líneas de pase. Y todo ello aún a costa de hacer un esfuerzo físico mayor (de ahí las amplias rotaciones) y de cometer un número importante de faltas personales.
Jugadores como Berni, Welsch, Jiménez o el propio Kelati son especialmente capaces tanto por físico como por conocimientos defensivos como para poner en práctica este modelo defensivo con plena eficacia. En general, podemos decir que todas las líneas y roles en el equipo presentan una correcta capacidad defensiva, además de acumular una plantilla, la de Unicaja, que lleva ya algunas temporadas sometida a una disciplina y a un trabajo defensivo con unos niveles de exigencia muy elevados.
Y si el aspecto defensivo supone un desgaste importante, no lo es menos el modelo ofensivo. Debemos estar preparados para encontrarnos ante un equipo adaptado para salir al contraataque y, sobre todo, para ataques rápidos, de posesiones cortas, y con bastante libertad, con especial licencia para aquellos jugadores ofensivamente más virtuosos. Se abusa menos del juego estático. De este modo, veremos ya menos ese modelo ofensivo practicado hasta ahora con 4 jugadores abiertos, limpiando la pintura para el juego 1x1 de espaldas de Santiago (modelo marcado por el base con la palma de la mano abierta y dedos extendidos). En cambio, sí que veremos a los pívots salir a bloquear al poste alto con fuerza para recuperar la posición interior en carrera, bien para buscar posición en ataque, o en el rebote.
Sin embargo, el nivel y la calidad ofensiva no ofrece unas garantías tan solventes como ya comentamos en el aspecto defensivo. Es adecuada, dentro de lo posible, en muchos puestos, pues tanto la pareja de bases (Cabezas y Cook), como la batería interior (Haislip, Germán, Ndong, Archibald y Faverani) ofrecen una capacidad ofensiva correcta y consistente, necesaria por otro lado para evitar esas grandes lagunas ofensivas que hemos padecido en tiempos no muy remotos. Además, confiamos en la capacidad de Cook para generar juego y ofrecer asistencias en esos ataques en forma de transiciones rápidas al aro rival. Sin duda, espero que la capacidad de contraataque que demostró Ndong la temporada pasada sea bien aprovechada pues, por desgracia, muy pocas veces vimos con claridad esa capacidad para llegar a la pintura contraria antes que su par.
Pero si el nivel ofensivo en bases y pívots lo podemos calificar cuanto menos de correcto, no ocurre así en lo que a escoltas y aleros se refiere. Jugadores como Berni, Welsch, Jiménez suponen un núcleo duro defensivamente hablando, y serán importantes en las rotaciones de Aíto Gª. Reneses, pero ninguno de ellos va a sostener la anotación del equipo. No son anotadores consistentes, sino jugadores con otro perfil y otras características totalmente distintas. Ante eso, pues cobra especial importante que el último puesto libre de la rotación exterior (el escolta) sea cubierto por un jugador con importantes recursos ofensivos, especialmente en el lanzamiento de 3 puntos. Nos preguntamos si es Kelati este jugador. Se trata de un auténtico desconocido para la afición malagueña, procedente de la liga polaca, promediando en la ULEB 14.8 puntos por partido y una valoración de 12.5 en casi 35 minutos de juego. No queda por tanto más que confiar en que hayamos localizado un jugador a punto de explotar y una joya oculta del mercado de fichajes, por otro lado realmente caro este verano. A día de hoy la falta de confirmación oficial puede hacer entender que bien se trata de un mero trámite formal, o bien que el Club espera poder cerrar a un jugador más contrastado, consciente de que la relación dólar-euro y los descartes de la NBA pueden suponer un nuevo mercado en el que encontrar un jugador más contrastado y que ofrezca mayores garantías.
Y para concluir, destacar la nueva realidad que afronta la cantera de Unicaja, sin duda alguna, muy ilusionante. Contar con un filial, el Clínicas Rincón, en Leb oro es una situación única, y eleva el nivel de exigencia de estos jugadores a un límite que les acerca considerablemente a las propias del primer equipo, por lo que las distancias son menores. Además, confío en que Alfonso y Faverani aprovechen su oportunidad en el primer equipo. El primero, pues tras una muy inoportuna lesión, debe volver a demostrar lo que ya empezó a enseñarnos hace casi 1 año, y el segundo, porque está ante una ocasión única de demostrar que tiene calidad física y técnica más que suficiente para ser un jugador de primer nivel y poder dominar la pintura en las canchas de la ACB.