Las Historias de Sunara: De Sarajevo a Bar, de Podgorica a Florida |
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El próximo miércoles arranca el Preeuropeo y este fin de semana se están disputando los últimos amistosos. Ayer, por ejemplo, Finlandia derrotaba apuradamente a Suecia en un partido en el que Lauri Markkanen volvía a ser el máximo realizador de los Suomi, aunque quizás el partido más interesante se disputaba en Ljubljana.
Allí, los anfitriones cosechaban la primera derrota de su nueva etapa ante Montenegro. Aún sin un Goran Dragic a buen nivel salvo un par de partidos, Eslovenia ha dibujado una preparación notable en resultados y sobresaliente en el juego con Igor Kokoskov imponiendo su idea de juego desde el principio y dos grandes beneficiados de ello: Klemen Prepelic con un rol de jefe absoluto y un Edo Muric muy cómodo como cuatro. Pero ayer nada de eso les sirvió, básicamente porque enfrente Nikola Vucevic firmaba un partido como pocas veces se podrá ver en Europa.
Desde hace unos años no es ningún secreto que los números de Vucevic en los Magic son una maravilla, pero entre ausencias y otras historias su papel en la selección no había acabado de romper, siendo especialmente pobre su desempeño en los EuroBasket de 2011 y 2013 (no estuvo el año pasado). Cierto es que con Pekovic su mezcla resultaba complicada en la pista y que ahora Vucevic es un jugador mucho más asentado en su juego, pero al margen de eso, Montenegro cuenta con el seleccionador ideal para explotar sus virtudes: Bogdan Tanjevic.
Tanjevic puede presumir, entre mil cosas más, de haber sido oro europeo con Italia, plata con Yugoslavia y plata a su vez mundialista con Turquía, y además conoce a Vucevic literalmente desde siempre. Y es que siendo entrenador del Bosna, Tanjevic viajó en 1978 expresamente hasta Bar para llevarse del Mornar a Boro Vucevic... el padre de Nikola. Con Tanjevic como entrenador, Vucevic formaría parte de aquel Bosna capaz de convertirse en el primer club campeón de Europa yugoslavo, así que en cierta forma ahora la historia tiene una continuación.
Cabe decir que tras la salida de Tanjevic y la llegada de Pesic (compañero de Boro Vucevic como jugador), Vucevic padre ganaría la liga del 83 y sería el autor del triple en el último segundo que eliminaba a la Jugoplastka como local en el 87... la única derrota en un play-off de los de Split en la época Maljkovic y la canasta que propició que Europa los conociera un año más tarde. Tras eso, Boro Vucevic continuó su carrera en Suiza (donde nacería Nikola) y Bélgica a buen nivel, se casó con Ljiljana Mugosa (campeona olímpica en los Juegos de 1984 en balonmano... y tía de Marko Mugosa, el actual jugador montenegrino). Una carrera notable pero que su hijo va a dejar en muy poca cosa. Consagrado ya en la NBA, tiene toda la pinta de que el año que viene en el EuroBasket va a ser una de las grandes estrellas del torneo.
Cuentan que no estaba muy decidido a venir este verano, pero que un viaje a Orlando de Tanjevic le convenció. De Sarajevo Tanjevic fue a Bar para convencer a Boro, y desde Podgorica, casi cuarenta años después, fue a Florida.... pero de ambos viajes el rédito ha sido inmenso.