| Última llamada para Sergio Rodríguez |
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El plazo para traspasos se agotaba. Muchos equipos trataban de cuadrar sus tablas salariales y dar los últimos retoques en su plantilla. Al mismo tiempo, Sergio Rodríguez veía cómo paulatinamente contaba menos para Paul Westphal, entrenador de Sacramento Kings.
Aunque la situación no era la misma que la de Portland, en la que Nate McMillan no contaba absolutamente nada con Sergio, en Sacramento, Sergio tampoco gozaba de cierta continuidad y lo mismo un día disponía de 15/20 minutos con buenas actuaciones o, por el contrario, no disputaba un solo minuto. Con todo este panorama, al base canario se le gastaban las balas en la NBA y el fantasma sobre su posible precipitado salto a las Américas se ceñía sobre él. Sin embargo, el destino le tenía guardada una última llamada, y no cualquier llamada…
Al filo de la expiración de traspasos en la NBA, los Kings, Houston Rockets y New York Knicks gestaban un macrointercambio a tres bandas en el que Sergio estaba incluido. Después de cuadrar salarios y de perfilar todos los traspasos, Rodríguez fue un día jugador de los Rockets para el día siguiente convertirse en jugador de New York Knicks, su equipo soñado desde la infancia.
De repente, la situación del base viraba 360°; pasaba de ser un jugador casi marginal en Sacramento a llegar a un equipo en el que nada más llegar, su entrenador, Mike D’Antoni, se deshacía en elogios hacia su juego, alabando su visión de juego, rapidez y posibilidades de mejora.
Después de un primer partido en el que salió desde el banquillo, Sergio, beneficiado por la salida de Nate Robinson, se convirtió en titular en el equipo del Madison. Unos partidos después, Sergio volvía al banquillo de inicio, pero lo importante es que Sergio goza de minutos y confianza del entrenador salga de inicio o desde el banquillo. Por tanto, la gran oportunidad que Sergio buscaba cuando emigró a América por fin le ha llegado. Era lo que buscaba, un equipo que le diera confianza y minutos porque si echamos la vista atrás, el juego del tinerfeño siempre se ha caracterizado en transiciones rápidas, jugadas imaginativas, asistencias mágicas y pases imposibles. Todo esto, por tanto, lo podrá desarrollar a partir de ahora en la ‘capital del mundo’, en el mítico Madison Square Garden porque las características de juego del equipo entrenado por D’Antoni casan a la perfección con Sergio Rodríguez. Porque no lo olvidemos, el preparador de los Knicks es conocido mundialmente por el ‘run&gun’ practicado en los mejores años de los Suns, liderados por Steve Nash, en su mejor momento. Por ello, Sergio aterriza en un equipo perfecto para sus características de juego, con la total confianza del entrenador y sin presión alguna, ya que este año es un año de transición para los míticos Knicks, que preparan un gran golpe para la temporada venidera.
El gran objetivo de los Knicks para el año que viene es reclutar dos estrellas de la NBA apuntando los tiros a Lebrun, Wade o Chris Bosh. Si esto ocurre, y Sergio explota, por qué no podemos ver a ese Sergio que dejaba boquiabiertos a los aficionados en el Europeo Junior de Zaragoza o aquel base que deslumbró en su año en Estudiantes, donde además de seguir jugando como él solo sabe, aprendió a leer el juego junto al maestro Nacho Azofra.
Por eso, por la gran oportunidad que se le presenta, Sergio Rodríguez ha recibido la última llamada para triunfar en la liga por la que dejó todo en España, en la liga de sus sueños, en la liga en la que siempre quiso estar y en el equipo de su infancia, New York Knicks…
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