Real Madrid: la manta corta de la excelencia |
|
Los medios de comunicación de corte pseudo-nacional se hacen eco de la rueda de prensa en la que Florentino Pérez anunció su decisión de presentarse de nuevo a las elecciones del Real Madrid. Quedan muy lejos los tiempos en los que la grada del Bernabéu atronaba con sonoras pitadas el mal juego de su equipo de fútbol durante la presidencia del que será entronizado como mesías y salvador del imperio del Paseo de la Castellana, según afirman los mismos medios que le hacen la campaña a dicho personaje - nótese la ironía y líbrenme de la irreverencia religiosa - por los siglos de los siglos.
Partiendo de la base de que ni me va ni me viene la decisión de la masa social blanca acerca del futuro de su club como tal, tan sólo apuntar que la histórica institución que pretenden representar, hasta hace poco tiempo, era una potencia temible en el otro deporte que aún les queda, el baloncesto. Ahora no me voy a poner a recordar las categorías multidisciplinarias del Real Madrid que se han ido abandonando - o empujando al abandono - a lo largo del siglo pasado, pero si todavía piensan que esa misma institución de la que se sienten orgullosos debe enfocar sus esfuerzos económicos en revitalizar la parcela futbolística, esto conllevaría el subsiguiente abandono de la parcela baloncestística. Y dichosas son las comparaciones con el acérrimo enemigo catalán...
Voy al grano: sostengo la teoría de que la excelencia monopolizada en un sector de una empresa - llámese X - impide el desarrollo sostenible de cualquier otro sector, o más bien, vive acomplejado de su hermano mayor. Es decir, por muy grande que sea la manta de la excelencia que se quiera vender desde las candidaturas que ahora mismo revolotean alrededor de la presidencia del Madrid, siempre es corta del lado del baloncesto, por lo que a los seguidores blancos del deporte de la pelota naranja no debe hacerles mucha gracia. Dicho de otro modo, ni se ha nombrado en todo este período una sola palabra sobre las intenciones de los candidatos sobre la sección de baloncesto, y sin embargo estamos hartos de escuchar los nombres de los 200 fichajes que el club de fútbol va a realizar - y nos quejamos de que los bancos no den créditos. La manta corta siempre termina tapando a los mismos.
A todo esto añado que el Real Madrid de baloncesto es el club más laureado del continente, que lleva un porrón de años sin entrar en la élite, y que equipos como Unicaja de Málaga o Tau Cerámica, con presupuestos más bajos, han llegado a la Final Four de la Euroliga en los últimos años. La élite no es ganar una liga de medio chiripa a falta de 10 segundos. Mucho me temo que si el afamado presidente de ACS retorna cual hijo pródigo a la poltrona madridista, volveremos a escuchar los ecos de un RMNBA, en lugar de un proyecto deportivo al nivel de los mejores. A los hechos me remito. Y en el hipotético caso de que pongan a cargo de la sección de baloncesto a un responsable máximo, convencido estoy de que situarían a un clásico de los despachos, de los que tiene al baloncesto como hobby y que se pregunta cuándo va a salir Brabender a la pista. Señores míos, si quieren aspirar a lo máximo, no se pregunten si lo que tienen es bueno, sino si es mejor que lo que tienen el resto de los mejores...
El que note en mis palabras cierto tono de socarronería, no va mal encaminado. El que note cierto tono de madridismo resentido, se equivoca. Los que me hayan leído ya muchas veces - que sois unos cuantos - podéis constatar mi continua búsqueda de la imparcialidad, incluso ocultando mis colores (lo que tardé en desvelar que era de los Sacramento Kings...).
Aparte de esto, y debido a mi vocación frustada de entrenador de cantera, me da cierta pena hablar del Real Madrid en estos términos. Y tengo la impresión de que más pena le puede dar al seguidor identificado con la causa madridista que lleva viendo como la sección de sus amores deambula al margen de la historia que le acompaña.
La reflexión en este caso es: ¿es la política de la manta corta de la excelencia la que quieren mantener ellos? No me toca contestar.