Como viene siendo habitual en los últimos años (en su día la FIBA también llegó a realizarlo), la primera jornada de la Euroliga tendrá en lunes un partido adelantado conformando el llamado “opening day”, que esta temporada enfrentará a Zalgiris Kaunas y CSKA de Moscú. Con el imponente Zalgirio Arena viviendo su estreno en Euroliga tras su puesta de largo en el EuroBasket, el encuentro gozará de un marco ideal para estar a la altura de un duelo entre dos equipos muy reforzados y con una intrahistoria particular tremendamente interesante que, con los años, ha conformado una de las rivalidades más históricas y entrañables del panorama cestista europeo.
- LOS EQUIPOS
Tras recuperar el título liguero de la LKL y alcanzar el Top 16 en la Euroliga, el Zalgiris afronta su nueva temporada europea buscando, cuanto menos, repetir los resultados del año pasado sin para ello tener que sufrir tantos vaivenes como entonces.
Con el lockout en mente, pues no en vano tiene en sus filas nada menos que a un Ty Lawson que, si se adapta, puede ser desequilibrante, el Zalgiris parte con un base llamado a ser una de las atracciones del torneo a poco que pueda explotar su juego en campo abierto. Con todo, incluso aunque el conflicto entre NBA y jugadores se solucionara, los pupilos de Ilias Zouros, reforzado tras su buen EuroBasket, tienen una amplia rotación exterior donde a la continuidad de Kalnietis y Collins se une la vuelta de un Marco Popovic llamado a cubrir las lagunas en el tiro exterior. Desde Toronto, y sin cláusula de salida, llega también Sony Weems que junto al todoterreno Milaknis, Delininkaitis y al emergente y talentoso Kuzminskas completan un perímetro ilusionante. Por dentro siguen Jankunas y Klimavicius, y los verdes se refuerzan con Javtokas y Rakovic, perfilando un juego interior rocoso aunque quizás algo falto de talento ofensivo.
Tras el horrible inicio de temporada del año pasado, la llegada de Jonas Kazlauskas al CSKA Moscú logró devolver al club rojo parte de su identidad perdida, manteniendo a la vez el título liguero. El técnico lituano, con su gusto por el 1x1 como motor de desequilibrios apostó por la consolidación de Shved y Vorontsevich, a la par que explotaba la versatilidad de un Khryapa que en los play-off volvía a jugar muchos minutos de 3. Ahora, y tras las retiradas de Holden y Langdon y la salida de Smodis, el CSKA inicia una nueva etapa que comienza marcada por la ilusión. Con Siskauskas como representante de la vieja guardia, al trío de inicio se le une la continuidad de Kaun, Sokolov o Gordon y el regreso de Ponkrashov, dotando al conjunto de una sólida base que cobra su verdadera dimensión con los fichajes de Teodosic, Krstic, D.Lavrinovic, Mejia o Voronov. Si con estas premisas, el CSKA partía como una de las plantillas más potentes del torneo, la guinda final llegaba con la contratación de Andrei Kirilenko, lo que coloca a los moscovitas como claros candidatos a estar presentes en la Final Four de Istambul.
- UNA VIEJA RIVALIDAD
Es muy probable que ningún otro país europeo viva el baloncesto como lo hace Lituania, de ahí que no es de extrañar que el reciente EuroBasket supusiera todo un terremoto emocional para la joven república báltica, que de repente se vio inundada de actos, publicaciones y un sinfín de actividades relacionadas con su “Krepšinis”. Entre todas ellas, destacaba la publicación del excelente libro de fotografía “Legendiniai Zalgirio vyrai”, puesta al día de la histórica obra de los Romualdas más famosos de la fotografía europea: Pozaerkis y Rakauskas, quienes en 1987 publicaban un álbum captando en imágenes los cuatro últimos años de existencia de un club, el Zalgiris, que se había convertido en mucho más que una entidad deportiva… hasta el punto que en la nueva edición, Ferdinadas Kauzonas, uno de los autores del célebre documental “Aukso karstlige”, llega a comparar la trascendencia del club con la del movimiento Sajudis.
Es fácil comprender el orgullo que una ciudad como Kaunas pudo haber sentido cuando en 1998 y 1999 su equipo enlazaba los títulos de la Copa Saporta y la Euroliga, pero quizás sea un poco más complejo tratar de explicar como algo más de una década antes otro Zalgiris es reverenciado hoy con un fervor y un respeto a la altura de los más escogidos. Para explicarlo se podría enfocar el tema desde muchos ángulos, pero quizás ninguno como el de la rivalidad con un CSKA elevada a la categoría de perfecta Némesis, y es que como Holmes tuvo a su Moriarty (aunque en realidad el pobre profesor apenas aparece en una historia del canon a la par que es mencionado en otras dos…), la leyenda del Zalgiris va muy ligada a la del equipo rojo.
- Baloncesto en rojo
Hablar hoy en día del CSKA de Moscú conlleva referirse a uno de los equipos más potentes del viejo continente. Sus dos Euroligas y su presencia en las ocho Final Four sólo en la última década así lo atestiguan. Con una estructura altamente profesionalizada y un poderío económico casi sin parangón, el actual equipo moscovita poco tiene ya que ver con lo que fue en sus orígenes. Sin embargo, el histórico TSKA también logró dominar Europa, logrando cuatro títulos europeos entre 1963 y 1971 que bien podrían haber sido más de no mediar un par de decisiones políticas.
Por un lado, las autoridades soviéticas daban absoluta prioridad al baloncesto olímpico y cada cuatro años sus equipos no participaban en competición internacional alguna. La otra, más dañina para los intereses del TSKA, llega en 1966. Buscando dar mayor protagonismo a los jóvenes valores, la Federación soviética decide limitar la presencia de los mayores de 25 años por lo que, de un plumazo, los moscovitas se ven obligados a prescindir de Zubkov, Korneev y Borodin. ¿Tenía razón el TSKA para quejarse? Evidentemente no, pues si alguien había favorecido la legislación era al equipo del ejército.
- Draft soviético
El Tska de Moscú era oficialmente el equipo del ejército, por lo que, apoyándose en esa condición, comenzó a realizar su particular draft. Desde 1954 y hasta 1987, los técnicos del TSKA reclutaban a los mejores jugadores del país para que realizaran su servicio militar en el equipo rojo. De Semenov en 1954 a Goborov en 1987, con excepción de las lituanas, todas las grandes estrellas de la URSS pasaron por el TSKA mediante este procedimiento (Belov, Volnov, Edeshko, Tarakanov...), labrando una hegemonía local tan brutal que, entre 1960 y 1984, los moscovitas sólo dejaran de ganar el torneo en dos ocasiones, en el 68 ante el Dinamo de Tbilisi y en 1975 ante el Spartak de Leningrado de Alexander Belov, que por una vez dejaba de lado su condición de Poulidor del basket soviético (7 subcampeonatos en la década de los 70). Con Kurtinaitis como excepción de la ausencia de lituanos (los detalles y un millón de cosas más en las magnificas “Crónicas lituanas” de Juan Carlos Gallego) , el basket en la república báltica se convertía en algo más que un mero acontecimiento deportivo para definir uno de los símbolos de la identidad lituana… entre la que el Zalgiris se erigía, con algún breve interludio como el del 79 del Statyba, como principal referente.
Fundado en 1944 bajo la denominación de Skif Kaunas, el club de la segunda ciudad de Lituania tardaría tan sólo tres años en llevarse su primera liga soviética de la mano de Mykolas Zimiskas, llegando la segunda cuatro años más tarde ya bajo la denominación de Zalgiris. Pese a ese espectacular arranque, el club de Kaunas pasaría su particular travesía del desierto alejándose de manera paulatina de los puestos de cabeza. Con el excepcional Modestas Paulaskas a la cabeza, en los finales de los años 60 y los 70 el club va recobrando su status alcanzando en diversas ocasiones el tercer puesto, aunque la falta de jugadores interiores de garantías acaba por limitar a un equipo preciosista pero falto de contundencia.
La irrupción del Civilis y la consolidación de Iovaisha como una estrella llevan al Zalgiris al subcampeonato en el año 80 y preparan el asalto al trono de un CSKA que empieza a mirar de reojo la imparable ascensión de un gigantón de la propia Kaunas, de nombre Arvydas. Con Sabonis y Civilis cubriendo el juego interior, la falta de un base puro se suple con la dinamita de Homicius, Kurtinaitis o Iovaisha. El club sigue creciendo, y con la llegada de los play-off cede en las finales del 83 y del 84 ante un CSKA símbolo del poder central de Moscú y ya obsesión absoluta de un grupo que cada día esta más cerca.
La temporada 84/85 se ve en Kaunas como la de la definitiva ascensión algo que la propia competición va confirmando de tal manera que el Zalgiris cierra la primera fase liguera con un balance de 20-2 (cayendo solamente por 74-73 ante el Spartak y 100-92 ante el Vef Riga de Valters), con doble victoria ante el CSKA (98-88 en Kaunas y 78-80 en Moscú) y con registros anotadores espectaculares hasta el punto de superar los 110 puntos en 8 ocasiones. La segunda fase de los de Garastas es aún mejor, cerrándola invictos y venciendo de nuevo al CSKA esta vez (la segunda vuelta la jugaban los ocho primeros a una sola vuelta) por 88-78. Las previsiones se cumplen y lituanos y moscovitas alcanzan la final con ventaja de campo para los primeros pero con la particularidad de que el equipo peor clasificado juega primero como local. Lejos de acusar la presión, el Zalgiris asalta Moscú por 71-86 con 26 puntos de Homicius, 19 de Kurtinaitis y 15 de Sabonis, mientras que Tkachenko con 12 se queda como el mejor realizador del Tska. Con todo a favor el segundo partido resulta ser mucho más trabado con la buena defensa de los de Gomelsky minimizando a Sabonis y obligando al Zalgiris a jugar a un ritmo menor al acostumbrado. Tensión, dureza, nervios… y empate a 69 que da paso a una prórroga donde un triple de Iovaisha certifica el triunfo del Zalgiris cortando la racha moscovita y llevando al delirio al publico que abarrotaba el viejo pabellón.
La euforia de la victoria y la baja de un Iovaisha al limite condicionan a un Zalgiris que días después pierde la final de la Recopa ante el Barcelona. Esa derrota y la del año siguiente en la final de Copa de Europa ante la Cibona impiden un mayor reconocimiento internacional, pero los verdes con el triunfo ante el CSKA ya se habían convertido en inmortales… y más aun cuando conseguían repetir título ante el mismo rival en el 86 y el 87, con mención especial a esta última con un tercer partido épico y que probablemente se encuentre entre los mejores de esa década. Un año después, y con Sabonis lesionado, el CSKA conseguía vencer en el cuarto cara a cara consecutivo, mientras que los de Kaunas, en el último baile de su quinteto mágico, serían de nuevo subcampeones en el 89 cayendo en una polémica final (al igual que Livorno o Partizan ese mismo año) ante el Budivelnyk de Volkov… tras superar al CSKA en semifinales, cerrando siete años de enfrentamientos al más alto nivel.
Hoy en día, las cosas han cambiado y el Zalgiris cuenta con un dueño ruso, ambos conjuntos disputan la VTB e incluso cooperan, hasta el punto que el año pasado los moscovitas cedían a mitad de temporada a Boban Marjanovic a un Zalgiris que cubría de esa manera la salida de Mirza Begic rumbo a Madrid.
- Precedentes en Euroliga
Bajo la organización de la Uleb, Zalgiris y CSKA se han enfrentado en ocho ocasiones con otras tantas victorias del CSKA. La primera de ellas en la 2003-04 por 90-81 con 21 puntos de Marcus Brown y 19 de Sabonis y la última en el Top 16 de 2010 por 84-71 con 19 puntos de Pops Mensah Bonsu y 22 de Kalnietis. Bajo los auspicios de la FIBA, Zalgiris y CSKA se encontraron en la temporada 99/00 con sendas victorias locales: 76-64 en Moscú con 18 puntos de Kirilenko y 16 de Timinskas y 84-76 en Kaunas con 21 de Mindaugas Zukauskas para los locales y 25 de Karasev para el cuadro ruso.
- ¿Cómo llegan?
Ambos conjuntos llegan tras vencer en su último partido dentro de la VTB, de manera cómoda el CSKA ante el Enisey y con más apuros el Zalgiris ante el Samara. Más allá de esos resultados, ambas escuadras ya conocen la derrota, ya que si bien marchan invictos en sus competiciones locales, en la VTB caían ante Astana y St.Petersburgo respectivamente. Por parte de los de Kaunas en el último partido fueron baja Kalnietis y Popovic, mientras que en el CSKA Vorontsevith, Khryapa y Kaun han tenido diversos percances.
Por lo demás el Zalgiris se esta mostrando como un conjunto más rápido que el año pasado pero con lagunas de concentración, mientras que el CSKA ha alternado momentos espectaculares con otros de claroscuros. Con Shved manteniendo su jerarquía, los problemas defensivos de Teodosic y el nivel de Siskauskas, conforman, junto a la dificultad de rotar a una plantilla tan amplia, los mayores problemas para un Kazlauskas que, no obstante, puede mostrarse medianamente satisfecho de la marcha de un CSKA que parte como favorito.
- Homenaje
Al margen de lo expuesto, el partido contará con el aliciente de ver el homenaje a Marcus Brown, quien tras jugar en ambos equipos pone fin a una larga y exitosa carrera en Europa donde, al margen de ser el máximo anotador de la historia de la competición, puede alardear de haber conquistado las ligas de Lituania, Rusia, Israel, Francia, Italia, Turquia y España en una marca de muy difícil parangón.
Al margen de la relación de Brown, el Zalgiris se encontrará con más caras conocidas en el lado ruso, donde un ex como Darjus Lavrinovic se une a Jonas Kazlauskas el entrenador que llevo al Zalgiris a los títulos de Saporta y Euroliga en el 98-99 y que en este partido vivirá un duelo de banquillos con su sustituto en la selección griega, añadiendo así el último ingrediente a un menú de lujo para comenzar una temporada que esperemos se torne en pantagruélica.
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