Las Historias de Sunara: Zoran Sretenovic |
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Buen defensor, duro (a lo Stockton, no era raro verle dejar el codo en los bloqueos), gran director y peligroso triplista con alguna canasta ganadora a sus espaldas, es muy posible que Zoran Sretenovic estuviera un tanto infravalorado dada la pléyade de estrellas que le rodeaba en Split, pero no cabe duda de que se trataba de un excelso director de juego.
Internacional en categorías inferiores por Yugoslavia, Sretenovic da sus primeros pasos en el profesionalismo de la mano de Ranko Zeravica en un Estrella Roja con el que logra un subcampeonato liguero, aunque no obstante la presencia de jugadores de la talla de Karadzic o Radovic le cierran la puerta, de tal manera que en 1987 decide dar el salto al club de Split de la mano del nuevo seleccionador esloveno, un Bozidar Maljkovic que a la sazón había sido el segundo de Zeravica en Belgrado. 4 ligas, 3 Copas de Europa, 2 Copas… poco más queda que decir de su paso por el club dálmata.
Paralelamente a sus éxitos en el club amarillo, le llega la oportunidad de alcanzar la internacionalidad absoluta con los plavi. Medalla de oro en los Juegos de los Balcanes en el año 90 con Ivkovic como seleccionador, un año después debuta con la “absoluta” en un amistoso ante Francia y consigue hacerse con un puesto para el EuroBasket de Roma. La ausencia de Drazen, la marcha de Zdovc... Sretenovic goza de mucha confianza y es parte importante en la medalla de oro, incluso algunas publicaciones como Gigantes o La Gazzetta Dello Sport le incluyen en su quinteto ideal del torneo. En el 92 entra en la preselección para el Preolímpico, pero las sanciones de la ONU impiden que Yugoslavia pueda formar parte. Tras el levantamiento de éstas, Zoran vuelve a estar con la selección que gana el oro en 1995, aunque ahí su participación es casi testimonial. Con su segundo oro, Sretenovic se despide del equipo nacional.
A nivel de clubes, tras su salida de la Jugoplastika (por su condición de serbio tuvo que abandonar el equipo en 1992), el base pasó por Alemania y Francia (en un muy buen Antibes con Bonnato y Ostrowski) antes de volver a Serbia, donde lograría la Copa del 94 con el Partizan (espectacular 104-102 ante el Estrella Roja), al margen de jugar en Radnicki o Estrella Roja, para luego poner fin a su carrera como jugador en Polonia con un Stal Ostrow en el que llegaría a dominar la clasificación de asistencias de la liga polaca durante tres temporadas consecutivas.